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La compañía que opera la central nuclear devastada en 2011 por un terremoto masivo y el subsecuente tsunami, dijo que pronto se quedará sin espacio para almacenar las grandes cantidades de agua contaminada con radiación, poniendo presión al gobierno nipón para tomar alguna medida con urgencia. Una de las opciones consideradas hasta ahora es liberar el agua al océano Pacífico.
Ocho años después del accidente nuclear de Fukushima, en la costa de Japón, la compañía de servicios públicos que opera las instalaciones —o lo que queda de ellas— anunció el viernes que en tres años se quedarán sin espacio de almacenamiento para las grandes cantidades de agua contaminada producto de la producción de energía.
El peor desastre nuclear del mundo, desde Chernobyl en 1986, se dio a raíz de un terremoto de magnitud 9.0 en la escala de Richter y un tsunami que en 2011 causaron derrumbes en tres de los seis reactores de la planta de Fukushima Dai-Ichi, a 250 kilómetros al norte de Tokio.
El agua se ha acumulado porque el operador de la planta, Tokyo Electric Power Co (TEPCO), tiene que verterla sobre los tres reactores para mantener el combustible de uranio a una temperatura segura.
El agua subterránea que fluye desde las colinas hacia la planta ingresa a los sótanos de los reactores, donde se mezcla con desechos altamente radiactivos. Eso se bombea y se trata antes de almacenarse en tanques que se están llenando rápidamente.
Según reporta el periódico local Asahi Shimbun, los grandes tanques de almacenamiento en el sitio actualmente albergan unos 1.05 millones de toneladas de agua procesada pero aún con una fuerte carga radiactiva. Asimismo, las limitaciones de espacio apuntan a que para fines de 2020 se alcanzará una capacidad de almacenamiento máxima de aproximadamente 1.34 millones de toneladas.
Citando a funcionarios de servicios públicos, cuyas identidades no han trascendido, el periódico agrega que los tanques de almacenamiento se llenarán de agua procesada para el verano de 2022.
Este viernes se reunió un panel de expertos para considerar las opciones que existen. Una de las ideas que más ha sobresalido del encuentro es buscar cómo evaporar el agua, pero también se considera inyectarla bajo tierra. Sin embargo, la opción más preocupante es la que propuso la entidad reguladora de energía nuclear del gobierno de Japón, que sugirió liberarla al océano —algo que sería el último clavo en el ataúd de la agricultura y pesca de la región—.
Otra opción ante una parsimonia en el consenso sería asegurar más tierras y construir más tanques. El problema es que TEPCO había planeado terminar la limpieza del combustible derretido en 2021, por lo que necesitará liberar espacio actualmente ocupado por los tanques para guardar de forma segura los escombros y otros contaminantes que emerjan. Es decir que, de ser ésta la opción elegida, las labores de limpieza y desmantelación de la planta deberían posponerse.
«Cuando hablamos de la reconstrucción de Fukushima, la cuestión es si se debe priorizar el desmantelamiento a costa de la vida de la gente», dijo Naoya Sekiya, profesor de ciencias sociales de la Universidad de Tokio. «El asunto no es solo sobre ciencia».
Fuente: Daily Mail. Edición: La Red 21.
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1 comentario
6:07
Eso seria muy itresponsable departe de japon Deberian cubrir toda la planta con cemento ya tienen que darle de baja a la planta. Su orgullo no los feja recibir el consejo de los expertos extranjeros
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