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Este asombroso hecho solo puede ser apreciado desde el aire.
La Gran Pirámide de Guiza (atribuida caprichosamente al faraón Keops) es la única maravilla antigua del mundo aún en pie, mientras que las demás han sucumbido al paso del tiempo. Y a pesar de lo que dice alguna que otra teoría propuesta por los ortodoxos, todavía se desconoce cómo los antiguos egipcios pudieron crear semejante estructura masiva con la primitiva tecnología de hace 4.600 años. Cómo transportaron y cortaron enormes bloques de piedra, para luego colocarlos con una precisión envidiable, es aún un misterio —y los egipcios no dejaron nada escrito al respecto—.
Entre algunos datos asombrosos, por ejemplo, cabe mencionar que este monumento es considerado la estructura alineada más precisamente sobre la faz del planeta, apuntando hacia el norte verdadero con solo un error de 0,66 grados.
Pero, ¿sabías que, además, la Gran Pirámide tiene ocho caras? Sus aparentes cuatro lados son levemente cóncavos, formando una división perfecta en su centro y duplicando esa cantidad.
Curiosamente, este fenómeno es casi imperceptible desde el suelo; solo puede ser apreciado en plenitud desde el aire y en las condiciones de luz apropiadas. De hecho, para observar esto hace falta volar sobre la pirámide durante el amanecer o atardecer de los equinoccios de primavera u otoño, cuando el sol proyecta sombras sobre el monumento, tal como puede observarse en la siguiente imagen:
Esta sorprendente característica es mencionada por primera vez en The Pyramids and Temples of Gizeh, una publicación de la Royal Society de 1883 donde el célebre egiptólogo Sir William Matthew Flinders Petrie detalla sus investigaciones en el terreno y las mediciones hechas sobre diferentes estructuras.
Junto con su esposa Hilda, Sir Petrie excavó varios de los más asombrosos e importantes sitios arqueológicos de Egipto. En una de esas ocasiones, mientras estudiaba la Gran Pirámide de Guiza, el egiptólogo notó un ahuecamiento en el núcleo pétreo de ésta, exactamente en el centro de cada cara. Fue capaz de medir este «error» y eventualmente concluyó que no se trataba de un falla de ingeniería, sino más bien de un atributo casi invisible del monumento.
La particularidad también es mencionada en el libro The Egyptian Pyramids: A Comprehensive, Illustrated Reference, de J.P. Lepre. Allí, en la página 65, puede leerse lo que es el primer avistamiento de las ocho caras desde el aire:
«Una característica muy inusual de la Gran Pirámide es la concavidad en el núcleo que la convierte en un monumento de ocho lados, en lugar de cuatro como las demás pirámides egipcias. Es decir, sus cuatro lados están hundidos o indentados hacia sus líneas centrales, desde la base a la cima. Esta concavidad divide a la mitad cada uno de los aparentes cuatro lados, creando una muy especial pirámide de ocho caras; y esto está ejecutado a tan extraordinario grado de precisión que entra dentro del reino de los asombroso.
»Vista desde cualquier posición en el suelo o a la distancia, esta concavidad es invisible a simple vista. Solo puede ser notada desde el aire, y solo en ciertas partes del día. Esto explica por qué virtualmente cada fotografía disponible de la Gran Pirámide no muestra este fenómeno, y por qué la concavidad no fue advertida en tiempos anteriores a la era de la aviación.
»De hecho, fue descubierta casi por accidente, cuando en 1940 el piloto P. Groves, de la Fuerza Aérea Británica, sobrevoló la pirámide. Así pudo notar la concavidad y capturarla en lo que ahora es una famosa fotografía».
El propósito exacto de las concavidades que crean una Gran Pirámide de ocho caras es todavía un misterio. No obstante, se han propuesto varias explicaciones.
Por ejemplo, en su trabajo Concerning the Concave Faces on the Great Pyramid (publicado en Journal of the American Research Center in Egypt, 20:1983, pp. 27-32), el investigador Martin Isler expone las siguientes teorías:
Sin embargo, estas teorías tienen un gran problema. Las Gran Pirámide forma parte de un complejo, y las otras dos que le acompañan —igualmente desprovistas de sus revestimientos originales— no tienen tales concavidades. Para intentar explicar esto, Isler sugiere que tal vez, al ser la primera de las tres en ser construida, lo observado se debe a un error en la técnica de construcción que se corrigió en las posteriores.
Ante tanta incertidumbre y teorías contradictorias, entonces, es válido considerar —como bien afirmaba Petrie— que las concavidades son algo totalmente intencional y tenían una función que va mucho más allá de la simple ingeniería.
Otros investigadores y autores proponen que las medidas de estas concavidades podrían representar las tres duraciones del año: solar, sideral y anomalístico. Aunque esto último no ha sido probado.
Una teoría llamativa es la de John Williams, autor del libro Hydraulic Theory to Cheops’ Pyramid, quien sostiene que el propósito de las caras cóncavas de la Gran Pirámide era contener presiones interiores extremadamente altas. Algo que apunta hacia la concepción de este monumento como una planta concentradora de energía.
Referencias:
Por Arkantos Khan.
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3 comentariosME LLAMA LA ATENCIÓN POR QUE SE TARDARON EN INFORMAR . LUEGO SABEMOS QUE EXISTEN PIRAMIDES HUECAS PARA MEDITAR DENTRO DE ELLAS . SERÁ QUE ESTA INFORMACIÓN NOS OBLIGUE A CONSTRUIR NUEVAS PIRAMIDES CON LAS MEDIDAS Y GRADOS QUE DEBEMOS SABER ? DEJO ABIERTA ESTA INQUIETUD PIRAMIDOLÓGICA .
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13:36
Interesante el artículo salvo un "pequeño" error : El egiptólogo William Matthew Flinders Petrie nació el 3 de junio del año 1853, por lo que no pudo escribir la obra a "finales de los 1700s" como se menciona. Además, exploró en Egipto a partir del año 1880.
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