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El cerro Uritorco, situado en la provincia argentina de Córdoba, es conocido por su reputación como un punto energético y por su alta actividad ovni. Ahora, una nueva investigación realizada en sus alrededores ha revelado la posibilidad de que este emblemático lugar haya sido el hogar de una antigua civilización que dejó tras de sí llamativas alineaciones megalíticas.
El Uritorco ha sido durante mucho tiempo objeto de fascinación y especulación, atrayendo a visitantes y estudiosos por igual en busca de respuestas a sus enigmas. El nuevo estudio, llevado a cabo a finales del año pasado por el investigador Gustavo Fernández y su equipo, ha revelado pistas sorprendentes que podrían redefinir nuestra comprensión de la historia de la región.
Partiendo de un conocido centro ceremonial (el llamado «Pucará del Uritorco»), el equipo descubrió que existen varias alineaciones megalíticas dispersas por los alrededores del cerro, creando formaciones geométricas y cuidadosamente dispuestas en el paisaje, algo que apunta a una intervención en tiempos antiguos por parte de una cultura desconocida que una vez habitó esta tierra.
Las piedras colocadas estratégicamente revelan un nivel de planificación y conocimiento astronómico sorprendente para su época. Por ejemplo, en los solsticios, formaciones conocidas como «El Zapato» o «Piedra Bola» están alineadas con la salida del Sol; algo que se repite en el equinoccio de junio con un monolito en la cima del cerro. Estas mismas formaciones, además, muchas veces forman triángulos perfectos entre sí o apuntan hacia los mismos puntos cardinales.
Pero, ¿quiénes fueron los que erigieron o intervinieron estas grandes piedras en el pasado remoto?
«Se debe considerar la complejidad logística involucrada en el traslado, tallado, elevación y alineación de grandes rocas. Esto implica una sociedad sofisticada y estratificada, con líderes, sacerdotes, artesanos, agricultores y soldados. Esta tarea demandaría posiblemente siglos de observación meticulosa: primero, para comprender los ciclos celestiales, luego para distinguir los patrones regulares de los irregulares, y finalmente para establecer la relación entre algunos de estos fenómenos y las necesidades de la comunidad», explicó Fernández a MysteryPlanet.com.ar.
«La complejidad extrema de esta sociedad excede con creces la noción común de grupos tribales o clanes familiares dispersos que a menudo se asocian con la región. Este nivel de organización social y técnica sugiere una civilización avanzada y altamente desarrollada, capaz de llevar a cabo proyectos monumentales y de largo plazo que dejarían una marca indeleble en el paisaje y la historia», continuó.
«Estoy firmemente convencido de que no estamos hablando de los grupos étnicos tradicionalmente conocidos como “Hênia” y “Kamiare”, incorrectamente denominados “comechingones”. Tampoco parece adecuado asociar estos hallazgos con la cultura Ayampitín, que se distinguían principalmente por su cerámica de mayor calidad y algunos tejidos, lo que no parece corresponder con la magnitud y la complejidad de las estructuras megalíticas descubiertas. Por lo tanto, tengo fuertes sospechas de que estamos ante una cultura o civilización aún desconocida, y es un aspecto que continuamos investigando.
»En calidad de miembro del equipo investigador, propongo que denominemos a esta civilización recién descubierta como “Civilización Erahenén”, tomando en cuenta el significado en el dialecto “henia”, que se traduce como ‘lugar de rocas’. Esta denominación refleja tanto la ubicación de los hallazgos como la importancia de las formaciones rocosas en la cultura y la vida cotidiana de esta civilización antigua», dijo.
En cuanto al propósito de estas formaciones pétreas intervenidas y sus alineaciones, Fernández piensa que lo más probable es que —al igual que otras culturas alrededor del mundo— sea principalmente calendárico.
«No dudo que deben hallarse aún otros alineamientos y correspondencias; nuestro estudio es solo un complemento de los anteriores y un prolegómeno de los que vendrán», concluyó.
La investigación completa ha sido publicada en Academia.
Por MysteryPlanet.com.ar.
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