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Sin ánimo de meter bazas en la polémica entre ciencia y Fe, puede afirmarse que está más que probado el beneficio físico y espiritual que queda como remanente en las personas que vivieron una experiencia mística. Por lo tanto, es válido buscar la manera de entrenar esa percepción de lo trascendente como si fuera un músculo. Al respecto, los recientes estudios sobre plasticidad neuronal son un buen punto de partida para esta misión.
“Recuerdo la noche y casi el lugar preciso, en la cima de la montaña, donde mi alma se expandía, por decirlo de alguna manera, hacia el Infinito. Se produjo una unión impetuosa de los dos mundos, el exterior y el interior; se trataba de lo profundo llamando a lo profundo, lo profundo que mi propia lucha había abierto dentro de mi ser, contestado por lo profundo impenetrable del exterior, que llegaba más allá de las estrellas. Estaba solo con Aquel que me había creado, a mí y a toda la belleza del mundo, el sufrimiento e, incluso, la tentación. Yo no lo buscaba, pero sentía la unión perfecta de mi espíritu con el suyo. El sentido normal de las cosas a mi alrededor había cambiado y, de momento, tan sólo sentía una alegría y una exultación inefables. Era como el efecto de una gran orquesta cuando todas las notas dispersas se han fundido en una armonía distendida que deja al oyente consciente únicamente de que su alma flota, casi rota de emoción. La perfecta quietud de la noche se estremecía tan sólo por un silencio aún más solemne, y la oscuridad era todavía más patente afuera de invisible. No podía dudar que Él estaba allí lo mismo que yo; de hecho, sentía, si es posible, que yo era el menos real”. Testimonio citado por William James en “Las variedades de la experiencia religiosa” (Madrid, ediciones península, 1ª ed. 1986).
William James - Las variedades de la experiencia religiosa (1,3 MiB, 2.008 hits)
Descripción de archivo: La aproximación del libro intenta ser científica: presenta tesis que intenta luego demostrar con razonamientos y casos empíricos. Habla mucho del misticismo, de la conversión, de la santidad, de lo que aporta la religión al hombre. Y analiza muchos casos, en ocasiones de santos. El libro está escrito en 1902 y es fruto de una serie de conferencias. El escritor es un filósofo estadounidense, hermano del famoso escritor Henry James.
En el origen de las religiones siempre se puede encontrar una “revelación mística” similar a la del relato que cita el pionero filósofo y psicólogo estadounidense. Quienes las vivieron refieren el acceso a una forma de conocimiento que no puede ser captado por imágenes o palabras, una certeza de unidad de todo lo existente, la pérdida del yo y del mundo, potentes estados de alegría, bienaventuranza, paz, vitalidad, bienestar físico y mental y de cercanía con lo sagrado, entre otras sensaciones.
Estas experiencias fueron estudiadas a fondo por varios autores y, aunque todavía no se ponen de acuerdo con las causas, ya casi no se discute el potencial transformador y sanador de la experiencia mística: Quien la vive, no vuelve a ser el mismo. Se transforma para siempre y en general para mejor, porque, como sentencia el psicólogo transpersonal Stanislav Grof: “podemos hablar de un profundo cambio a nivel psicofísico. Un individuo que vive una experiencia cumbre tiene la sensación de sobreponerse a la fragmentación y división cuerpo/mente, y alcanza un estado de unidad y completud interna total que usualmente resulta muy curativo y benéfico (…) Estas experiencias producen una mejora de la salud emocional y física”.
Ahora bien, ¿es posible fomentar, estimular o provocar este tipo de experiencias por medios naturales? Los estudios sobre neuroplasticidad parecen indicar que sí.
En los lóbulos frontales del cerebro está la llave del propio destino. Allí se cocinan los proyectos y las decisiones que surgen de la interacción de los 100 mil millones de neuronas del cerebro. Todas aquellas conexiones que no se usan se pierden, y hoy se sabe que el cerebro puede remodelarse a medida. La neuroplasticidad es la capacidad de aumentar o disminuir el número de ramificaciones neuronales y de sinapsis, a partir del estímulo sobre el cerebro. De este modo, una persona estimulada por la percepción desarrolla más conexiones que otra menos receptiva.
Al respecto, el psiquiatra Daniel Drubach, de la Mayo Clinic, en Minnesotta, explicó en su conferencia “Neurobiología de la imaginación y su relación con la espiritualidad” (dictada en el Foro de reflexión Cerebro y Espiritualidad, Buenos Aires, 17 de Septiembre de 2007): “es impresionante la manera en que el cerebro puede reorganizarse para poder adaptarse a nuevos desafíos”. Más aún si se somete a entrenamiento durante años. Por ejemplo, indica: “El músico que se expone a la música percibe una realidad diferente. Por el hecho de practicarla escucha otra cosa y puede detectar cambios muy sutiles en las notas que pasan desapercibidos para los no músicos. Esto se ha probado muchas veces y no es genético. Es la exposición al enriquecimiento del medio ambiente lo que modifica al cerebro. Percibir algo lo cambia a uno y luego lo puede percibir mejor”. Y agrega: “Otro estudio se hizo con pintores artísticos. Ellos son capaces de diferenciar entre los colores de una manera muy superior a la media. De una escala reconocen 35 tipos diferentes de amarillo, por ejemplo. Alguien que no es pintor dice que sólo hay 4 ante la misma paleta de colores. Es tremendo cómo la experiencia y más que nada el entrenamiento cambian la percepción de la realidad”.
De este modo, si la experiencia mística es algo que sucede (o es percibida) en el cerebro, nada impediría, en teoría, modificar la estructura de la red sináptica para favorecer la espiritualidad y, si se da el caso, la producción o recepción (esto ya es cuestión de Fe) de las experiencias místicas.
¿Es posible esto? Hay algunas pistas. El doctor Drubach explica que “al cerebro le interesa lo que cambia, no lo constante. Si hay un ruido repetitivo se lo escucha durante unos segundos y al rato se lo ignora. El cerebro se habitúa. Del mismo modo, uno entra a una habitación con un cierto olor y en unos minutos no lo huele más. Así, desde el punto de vista de las descripciones de Maimónides y otros, si la manifestación de Dios está siempre presente pero no cambia, será más difícil percibirla”.
Habrá entonces que tratar de modificar la percepción. Hace mucho que los cabalistas, judíos y cristianos, afirman que hay una realidad diferente y que hay que prepararse para descubrirla. En definitiva, de lo que están hablando es de plasticidad perceptiva.
A propósito, los ya famosos estudios de Andrew Newberg y Eugene Daquili, de la División de Medicina Nuclear de la Universidad de Pennsylvania, tienen que ver con esto también. Ellos estudiaron a un grupo de monjes tibetanos y frailes franciscanos (con tomografías computarizadas mientras meditaban) y encontraron cambios notables en la actividad cerebral. Al igual que los músicos o pintores, los que practican la meditación o la plegaria activan su cerebro de una manera diferente y lo predisponen a ciertas percepciones y experiencias místicas, espirituales o religiosas.
Este también es el tono de las investigaciones que los neurocientíficos Antoine Lutz y Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) llevan a cabo desde 1992 en colaboración con el Dalai Lama y otros monjes budistas muy experimentados en el arte de la meditación. Ellos colocaron en los monjes y en un grupo de control una red con sensores eléctricos mientras meditaban.
Los resultados no dejaban dudas. La amplitud de las ondas gamma recogidas en algunos de los monjes son las mayores de la historia registradas en un contexto no patológico. Lo cierto es que los monjes sincronizan un número de neuronas mucho mayor al promedio. De este modo, Lutz y Davidson dedujeron que el cerebro, con un correcto entrenamiento, puede desarrollar funciones nunca imaginadas.
¿Pero cuál sería el beneficio de volcarse a una vida espiritual? Muchos y diversos, y todos están bien testeados.
Aún si se deja a un costado la cuestión de la Fe, varios estudios probaron con el método científico que la vida espiritual ofrece beneficios indiscutibles. Estos son apenas algunos ejemplos de investigaciones realizadas en los últimos tres años:
-La religión aliviaría el estrés del cerebro ante las presiones cotidianas, de acuerdo con la investigación que el antropólogo Lionel Tiger de la Rutgers University de Estados Unidos, y Michael McGuire, psiquiatra y neurocientífico de la Universidad de California. Ellos publicaron el libro, "God’s Brain" donde sugieren que el estrés propio de la vida cotidiana, capaz de modificar la química del cerebro, encuentra alivio en las creencias y los rituales religiosos, lo que ayuda al cerebro a soportar las tensiones.
-Bajo ciertas circunstancias, la creencia religiosa fomenta actitudes de generosidad, altruismo y mejora el comportamiento social, según el estudio de los psicólogos sociales de la University of British Columbia (Vancouver, Canadá) Ara Norenzayan y Azim Shariff.
-Los individuos religiosos son más amables y rectos. Así lo probaría un meta-análisis de docenas de estudios que vinculaban ciertas características de la personalidad humana con la religiosidad realizado por el científico de la Universidad belga de Louvain, Vassilis Saroglou, especializado en la investigación de la personalidad y de la psicología religiosa.
-La Fe en Dios reduce los síntomas de la depresión clínica, puesto que los depresivos creyentes son un 75 por ciento más propicios a responder a los medicamentos, de acuerdo con un estudio publicado por investigadores del Rush University Medical Center de Chicago, en Estados Unidos.
-A principios de 2009 otra investigación, realizada por científicos de la Universidad de Miami, Estados Unidos, y dirigida por el profesor de psicología Michael McCullough, reveló que las personas religiosas tienen mayor capacidad de autocontrol que las no religiosas y regulan de manera más eficiente sus actitudes y emociones, con la finalidad de conseguir objetivos para ellos valiosos.
-Las plegarias por otros potencian la capacidad individual de perdonar, sugiere un trabajo realizado por el psicólogo de la Florida State University, Nathaniel Lambert, y sus colaboradores, de la Florida State University. Al rezar, señalan, las personas dejan de centrar su atención en sí mismos y en sus propios objetivos. Así, los sentimientos negativos pueden desvanecerse. Una investigación anterior de estos mismos investigadores había demostrado que la gratitud también puede potenciarse mediante la oración.
-La religiosidad ayuda a evitar las depresiones en la vejez, según se explica en un comunicado emitido por la Universidad de Arizona, a partir de un estudio realizado por la Master of Philosophy Rita Law.
-Creer en Dios puede bloquear la ansiedad y minimizar el estrés, señalan los resultados de dos investigaciones realizadas en la Universidad de Toronto, en Canadá, dirigidas por el profesor de psicología Michael Inzlicht.
-La meditación con mantras ayudaría a relajar el sistema nervioso, a rebajar la presión arterial, a mejorar la salud del corazón, a prolongar la vida, además de dar felicidad y de generar el sentimiento de estar más cerca de una entidad trascendente, entre otras ventajas, según el estudio de Herbert Benson, cardiólogo de la Harvard Medical School.
Por lo tanto, si la meditación y la vida espiritual favorecen las tendencias a ser generosos, amar al prójimo y desear el bien a los demás sin esperar nada a cambio; y si además propenden al bienestar físico, emocional e intelectual, es indudable que este tipo de pensamiento o filosofía puede llevar a una vida más feliz.
De este modo, sin meterse en las pantanosas aguas de la interminable polémica entre ciencia y religión, se podría decir que la primera le está dando la razón en algo a la segunda. Aunque todavía no esté dispuesta a reconocerlo.
Por Patricia Arca Mena y Gustavo Masutti Llach.
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6 comentariosSeñores...
Basado en mi larga experiencia de años de practicas de meditación. Yo les recomiendo a todos los que deseen experimentar con lo místico y espiritual que practiquen un tipo de meditación especial que yo he practicado. Fabriquen o compren una piramide de metal en esta pagina: http://www.acupiramide.com/
Pongan la piramide aislada electricamente del suelo en un lugar tranquilo de sus casas y mediten todos los días de 20 a 30 minutos buscando siempre someter sus mentes al bacio. Despues de varios meses de meditación contínua ustedes experimentaran grandes experiencias extracorporales durante las horas de sueños, podran predecir acontecimientos futuros que se realizarán y tambien podran introdusirce sin ser percibidos en lugares proividos del govierno y quizas algunos de ustedes podrán tener contactos con los pilotos del fenomeno OVNI. Yo e podido salir de mi cuerpo de forma involuntaria y ser visto por familiares y amigos. Es algo que no se puede controlar, simplemente sucede involuntariamente durante las horas de sueño, casi siempre al amanecer.
Las experiencias son increibles, se puede volar en esos estados alterados de conciencia y se puede revisar el pasado tambien!!!
Eso son avilidades a desarrollar que no les gusta a los amos del NUEVO ORDEN MUNDIAL... jejeje
REVELENSE EXCLAVOS!!!
Estas pagina tambien hablan de este tipo de meditacion, meditacion que es tambien recomendada por los pilotos del fenomeno OVNI:
http://www.figu.org
http://www.semjase.net
http://www.theyfly.com
:-)
La mente puede hacer todo lo imaginable e inimaginable.. piensenlo, "poderes paranormales" y demas.. son posibles (y reales en la actualidad)
ResponderChicos, piensen. Si el cerebro/mente está encerrado en el cráneo, es obvio que no es éste el que sale de paseo astral. Y si solito reorganiza sus conexiones neuronales ¿no es esto prueba de que el cerebro es sólo una máquina y que el pensamiento posiblemente este en otro lado, a decir, el alma? Es decir, lo único que podemos estudiar en el cerebro es si hay actividad en algunas zonas, pero esto no significa que el pensamiento esté ahí. No por que veamos las llantas virar, significa que son éstas las que deciden dar la vuelta... hay alguien atrás. El cerebro decodifica los conceptos del espíritu y los transforma al lenguaje aprendido. Supongamos que alguien nace con deficiencia cerebral y durante 20 años vive casi como vegetal; entonces con alguna droga milagrosa los médicos logran devolverle parte de su funcionalidad.... entonces veremos que el sujeto presenta algún tipo de conocimiento y los médicos pensarán que esto se debe a la medicina, pero no reparan en que presenta conocimiento que nunca aprendió (por que no tenía la capacidad) y ahora que tiene cierta capacidad lo tiene. Quiere decir que lo que pasó fue que el cerebro aumentó su capacidad para codificar los conceptos que ya trae el espiritu. Así se explica también el instinto, en alguna medida... ¿ o como le hacen los caballos para aprender a caminar en 10 minutos? Se las dejo de tarea. Saludos. Chequen La Estructura del Hombre de Grupo Elron.
Respondermuy interesante,sobre todo muy acertados los comentarios estoy muy de acuerdo que una esperiencia espiritual activa,auna persona y sobre todo produce un cambio a nivel psicologico, fisico y espiritual
Responderla meditacion cambio mi vida, ya que moldeo mi forma de ser y miperspectiva, pero no considero que la religion ,tal cual existe, tenga significativo poder sobre esto
La religion nos anula como entes, Dios no es todo y el sacrificio nos lleva a el, Dios es una meta a la que la meditacion nos acerca, hace 30 años empece a meditar tras un par de cursos y desde entonces no deje de investigar resultados, posibilidades y la respuesta a la pregunta universal, PORQU O PARA QUE?
8:56
¡Muy, pero muy bueno el artículo! Sin embargo, destacaría algo que puede ser importante: En mi opinión, la religión cumpliría un papel estructural en cuanto a la organización, llevando a las personas en el contexto de agrupación, enseñanza y reglamentos, pero que no necesariamente esto sería espiritual. Mi impresión es que las personas que son espirituales y más sensibles de captar lo que otras no pueden hacerlo, tienden a organizar a otras para que aprendan a ser más espirituales, juntándolas en algún lugar determinado. De manera que la religión no es la causa sino el efecto. Conozco gente que pertenece a religiones y que no tienen nada de espiritual o que por lo menos, algo andan buscando, pero que no encuentran, lo que implica a que no están en ese nivel. La ciencia, por otro lado, es lo mismo, conozco gente que pertenece a ésta y que solamente espera un buen sueldo al mes.
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