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La misma región italiana que el pasado verano sufría las calamidades de la sequía y veía cómo el Po, su río más caudaloso, languidecía, ahora ha quedado anegada por el agua.
Imágenes dramáticas de personas clamando ayuda desde sus balcones, 9 muertos, más de 13.000 evacuados, más de 30 comunas inundadas, son, al momento, el balance de una ola de mal tiempo sin precedente que ha golpeado dramáticamente el centro-norte de Italia, donde en dos días llovió lo que normalmente solía llover en seis meses.
Las fuertes lluvias torrenciales —denominadas «bomba de agua»— afectaron especialmente la región de Emilia-Romagna y vecinas, cuyos 21 ríos se salieron de cauce arrasando ciudades, pueblos y campos.
La catástrofe, debida a un «factor del cambio climático» y a un proceso de «tropicalización» de Italia, según aseguró en una conferencia de prensa en esta capital el ministro Nello Musumeci, jefe de la Protección Civil, provocó, además, la cancelación del Gran Premio de Fórmula 1 de Imola, previsto para este domingo justamente en la zona de las mayores inundaciones.
The decision has been taken not to proceed with the Grand Prix weekend in Imola#EmiliaRomagnaGP #F1 pic.twitter.com/4taauGnFEA
— Formula 1 (@F1) May 17, 2023
«La media de agua que cayó en las últimas 36 horas fue de 200 milímetros y, en algunas zonas, alcanzó los 500 milímetros, lo que da la idea de la cantidad de lluvia que ha caído, visto que la media del año es de 1.000 milímetros», agregó Musumeci.
En lo inmediato, las autoridades advirtieron que quien vive cerca de cursos de agua suba a los pisos altos y que no se mueva si no es por necesidad.
«Mientras seguía lloviendo y sigue vigente la alerta roja en esa zona de Italia, los noticieros mostraban imágenes impresionantes. No sólo rescatistas salvando en helicópteros y gomones a diversas personas que quedaron atrapadas en sus viviendas, totalmente aisladas porque no funciona la red eléctrica. También se veían escenas de puentes derrumbados por barro y aludes y personas, la mayoría ancianas y frágiles, evacuadas por los rescatistas de zonas totalmente inundadas, que, además, quedaron sin agua potable», comentó Elisabetta Piqué, corresponsal del medio La Nación en Italia.
Dada la abundancia cada vez más frecuente de estos fenómenos metereológicos extremos, los alcaldes de las zonas afectadas están planteando la urgente necesidad de recalificar la red de distribución y de absorción de las aguas en toda la península, para prevenir y reducir riesgos. De hecho, en Italia no se hacen diques desde hace 40 años.
Fuente: LN/Infobae/El País. Edición: MP.
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