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La inscripción había desconcertado a los eruditos durante más de un siglo, pero finalmente ha sido descifrada, revelando un poema breve e inusual.
Datada en el siglo III, la estatua de bronce de la esfinge se originó en Dacia, una provincia romana que en gran medida corresponde a la Rumania moderna.
Tomando la forma de un león alado, «la esfinge fue percibida por los creadores originales y los usuarios del artefacto como una representación de una deidad mítica a la que honraban y adoraban», dijo Peter Revesz, autor de un estudio publicado en la revista Mediterranean Archaeology and Archaeometry.
Después de ser descubierta en el siglo XIX, la estatua fue robada de un conde europeo alrededor de 1848. Y aunque nunca fue recuperada, permaneció un detallado dibujo de ella, en el cual se puede distinguir una inscripción compuesta por un puñado de caracteres en la base.
Durante décadas, los eruditos examinaron el dibujo, intentando descifrar la inscripción. Sin embargo, no tuvieron éxito, quizás porque, en un quiebre «inusual» de las normas antiguas, se lee de derecha a izquierda.
«Los caracteres pueden parecer misteriosos al principio. Pero una vez que se nota el efecto de espejo, se vuelven fácilmente reconocibles como letras del alfabeto griego, algunos de ellos en una forma más arcaica», señaló el autor del estudio que, tras examinar alfabetos antiguos, determinó que el mensaje era un poema proto-húngaro.
Traducido al español, dice: «Mirad, contemplad, adorad: aquí está el león sagrado», lo que puede interpretarse como un mandato para venerar la esfinge.
«El poema descifrado es notable porque el culto a la esfinge no formaba parte de la mitología romana antigua predominante que presenta a los dioses y diosas romanos con los que muchas personas hoy en día están familiarizadas», explicó Revesz. «Tiene importancia que esta estatua de la esfinge proporcione un registro de una religión minoritaria dentro del Imperio romano, para la cual los registros son mucho más escasos.
Las representaciones de la deidad surgieron por primera vez en Egipto y partes del Medio Oriente en el tercer siglo antes de Cristo y más tarde se encontraron en todo el mundo mediterráneo más ampliamente.
El texto también es anormal ya que está escrito como un poema métrico, mientras que la mayoría de las inscripciones en esa época estaban escritas en prosa.
«Al usar estas características poéticas, el escriba eligió un texto específico que también fue cuidadosa y artísticamente construido», concluyó Revesz.
Fuente: Miami Herald. Edición: MP.
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