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La apertura al público de este complejo arquitectónico, prevista para la semana próxima, permitirá una nueva visión de Chichén Itzá, al brindar acceso a un área donde residía la clase privilegiada que participó en la parte política y ceremonial de esa capital maya.
Con una fecha de ocupación continua datada por los arqueólogos entre los años 600 y 1200 de nuestra era —que corresponden a los periodos Clásico Medio y Posclásico—, es el primero de los grupos habitacionales prehispánicos de esa emblemática zona arqueológica que serán abiertos al público para su visita.
Su relevancia, además de la magnificente belleza de sus edificaciones y elementos decorativos, es que se trata de un conjunto que fue habitado por uno de los gobernantes de esa antigua capital maya y su familia, asociada por los expertos con el linaje Kup, y que allí se practicaban rituales privados y públicos.
«Este grupo de Serie Inicial o Chichén Viejo es único porque representa un lugar mítico donde se encuentran escenas de los orígenes de la creación en los que aparecen diseños ligados al poder y los astros; ahí tenemos la representación completa de todos los elementos distintivos de la clase dominante», explicó Arturo Cortés, uno de los jóvenes arqueólogos que trabajan en la investigación y consolidación de ese sitio.
«Entonces, es una combinación de edificios que están marcando momentos muy específicos, desde áreas donde se hacían rituales particulares y públicos, donde el personaje podía tener disponibilidad de su séquito y sus invitados especiales».
Para ingresar a Chichén Viejo se debe cruzar un enorme arco característico de esa ancestral civilización mesoamericana, lo cual hace recordar el acceso a los castillos o ciudades medievales europeas, que —curiosamente— corresponden en términos temporales con este sitio.
Dicho arco, según Cortés, representa un ser primigenio que aparece en la mitología mesoamericana, una especie de lagarto con las fauces abiertas, a cuyos costados aparece un par de grecas para señalar los ojos de esa criatura.
El sacbé (antiguo camino maya) para llegar al sitio, que se extiende por unos 800 metros, viene en línea desde Chichén Itzá; habiendo una conexión directa entre ambos puntos.
«Es un acceso controlado, en la época antigua no estaba abierto a todos, sino a los gobernantes y sus invitados, ya que a los flancos de la entrada hay una serie de habitaciones que pudieron ser ocupadas por la guardia del lugar», refirió el arqueólogo.
Durante los últimos trabajos de puesta a punto de este sendero para ser abierto al público la semana que viene, se descubrió una escultura de tipo atlante, según informó el INAH. Por sus dimensiones (90 centímetros de altura y 45 centímetros de ancho), seguramente formó parte de un altar ceremonial, sosteniendo bloques de piedra esculpidos en forma de mesa.
Con aproximadamente 14.605 metros cuadrados de extensión, el grupo residencial de Chichén Viejo se encuentra enclavado sobre una plataforma artificial y rodeado por una muralla que alcanza una altura de cuatro metros en su punto más alto y un metro en su punto más bajo.
Y, a pesar de su nombre, que podría sugerir que es un sitio más antiguo, pertenece a la misma época que el ampliamente turístico Chichén Itzá.
Es importante destacar que, aunque ahora también estará abierto al público para su visita, los arqueólogos continuarán con los trabajos de investigación y consolidación.
Fuente: La Jornada. Edición: MP.
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