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Cuando los antiguos griegos celebraban sus maratones como prueba de resistencia y gloria humana, jamás habrían imaginado que, milenios después, corredores de metal compartirían el mismo tipo de desafío. Lo que alguna vez fue símbolo del espíritu atlético y la capacidad física del ser humano, ahora también se ha convertido en terreno de prueba para la inteligencia artificial y la robótica avanzada.
Por primera vez en la historia, un grupo de robots humanoides compitió junto a miles de corredores humanos en la media maratón de Yizhuang, celebrada ayer sábado en Pekín. El evento marcó un hito en la integración entre tecnología y deporte, con 21 robots participando en el recorrido de 21 kilómetros, diseñados por empresas chinas como DroidVP y Noetix Robotics.
Los robots, que variaban en forma y tamaño —desde apenas 1.20 hasta imponentes 1.80 metros de altura—, ofrecieron un espectáculo inédito. Algunos incluso presentaban rasgos casi humanos, como expresiones faciales, la capacidad de sonreír y hasta guiñar un ojo. Para muchos, más que una competencia atlética, el evento se asemejó a una carrera de ingeniería, con equipos técnicos encargados de navegación, monitoreo y soporte.
«El rendimiento de los robots ha sido impresionante. Son estables y consistentes. Siento que estoy presenciando la evolución de la inteligencia artificial», comentó He Sishu, un espectador y profesional del sector tecnológico.
Durante la carrera, los robots fueron acompañados por entrenadores humanos, quienes en algunos casos debieron ayudarlos físicamente para mantenerse en pie. Uno de los androides lucía guantes de boxeo, otro una vincha roja con la inscripción en chino «Destinado a ganar», y varios calzaban zapatillas deportivas diseñadas para la ocasión.
El robot ganador fue Tiangong Ultra, desarrollado por el Centro de Innovación en Robótica Humanoide de Pekín, que completó la media maratón en 2 horas y 40 minutos. Aunque bastante por detrás del tiempo del ganador humano (1 hora y 2 minutos), su desempeño fue destacado por su diseño y el algoritmo que le permitió imitar de forma precisa el movimiento humano al correr. Según Tang Jian, director tecnológico del centro, la clave estuvo en sus largas piernas y en un sistema que permitió cambiar las baterías tres veces durante la competencia.
Sin embargo, no todos los robots tuvieron la misma suerte. Uno cayó al suelo apenas cruzada la línea de salida, y otro colisionó contra una valla a pocos metros de iniciar el recorrido, provocando incluso la caída de su operador.
Aunque algunos analistas dudan de que este tipo de exhibiciones sean indicadores reales del potencial industrial de la robótica, el evento demuestra la fuerte apuesta de China por las tecnologías de frontera como la inteligencia artificial y la robótica humanoide, con el objetivo de impulsar nuevas fuentes de crecimiento económico.
Esta inédita carrera no solo evidenció los avances tecnológicos del país asiático, sino que también dejó entrever un futuro donde humanos y máquinas podrían compartir no solo el trabajo… sino también el deporte.
Fuente: The Guardian. Edición: MP.
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