Descubren un nuevo depredador en las profundidades del océano frente a Chile y lo llaman «Oscuridad»

Un equipo de científicos ha identificado una nueva especie de crustáceo en una de las zonas más extremas del planeta: la fosa de Atacama, ubicada frente a la costa de Chile. Nombrado Dulcibella camanchaca, este anfípodo destaca por ser el primer gran depredador activo hallado en estas profundidades.

El recientemente descubierto crustáceo Dulcibella camanchaca es el primer anfípodo depredador grande y activo hallado en las extremas profundidades de la fosa de Atacama. Crédito: Johanna Weston, Woods Hole Oceanographic Institution.

El estudio, publicado en Systematics and Biodiversity, fue llevado a cabo por investigadores del Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI) y el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) de la Universidad de Concepción. Según la doctora Johanna Weston, ecóloga hadal en WHOI y coautora del estudio, el nombre Dulcibella camanchaca hace referencia a la «oscuridad» en las lenguas de los pueblos andinos, en honor a su hábitat en las profundidades abisales.

Este crustáceo, que alcanza casi los 4 centímetros de largo, utiliza apéndices raptoriales especializados para capturar y alimentarse de otras especies de anfípodos más pequeños. Su descubrimiento resalta la fosa de Atacama como un punto caliente de biodiversidad, con especies únicas adaptadas a condiciones extremas, donde la presión y la escasez de alimento desafían la vida.

Dulcibella camanchaca es un depredador de nado rápido que los investigadores nombraron en referencia a la «oscuridad». Con casi 4 centímetros de longitud, este crustáceo utiliza apéndices raptoriales especializados para capturar y depredar especies más pequeñas de anfípodos. Crédito: Johanna Weston, Woods Hole Oceanographic Institution.

El hallazgo se produjo durante la expedición del Sistema Integrado de Observación del Océano Profundo (IDOOS) en 2023, a bordo del buque R/V Abate Molina. Cuatro ejemplares de Dulcibella camanchaca fueron recolectados a una profundidad de 7.902 metros utilizando un vehículo no tripulado con trampas cebadas. Posteriormente, los especímenes fueron analizados genética y morfológicamente en la Universidad de Concepción, confirmando que se trata de una nueva especie y género.

La doctora Carolina González, coautora del estudio y responsable del análisis genético, enfatizó la importancia de este descubrimiento para la comprensión de los ecosistemas hadales. «Este hallazgo refuerza la necesidad de continuar explorando el océano profundo, especialmente en regiones como la fosa de Atacama, que sigue revelando especies desconocidas para la ciencia», destacó.

La fosa de Atacama se extiende a lo largo del este del océano Pacífico sur, alcanzando profundidades que superan los 8.000 metros. El punto rojo indica el lugar del hallazgo de la nueva criatura marina. Crédito: Johanna Weston, Woods Hole Oceanographic Institution.

Los investigadores esperan que, con el avance de la tecnología de exploración, se sigan encontrando nuevas especies adaptadas a estas condiciones extremas, lo que proporcionará información valiosa sobre la evolución de la vida en el fondo del mar. Además, estos estudios contribuirán a la protección de los ecosistemas oceánicos frente a amenazas emergentes como la contaminación y el cambio climático.

Fuente: WHOI. Edición: MP.