Series de TV como True Blood y películas como Twilight motivan a la nueva generación a prácticas ocultistas que la iglesia vincula con «posesiones diabólicas». Así lo expresó el Profesor Giuseppe Ferrari, cabeza del Grupo de Investigación e Información Socio-Religiosa, durante un curso de exorcismo en Roma respaldado por el mismísimo Vaticano.

'Twilight' (Crepúsculo en español) es una película estadounidense de género fantástico dirigida por Catherine Hardwicke y basada en la novela del mismo nombre escrita por Stephenie Meyer. Es una historia de amor narrada por su protagonista Bella Swan, interpretada por Kristen Stewart, una adolescente que se enamora del vampiro Edward Cullen, interpretado por Robert Pattinson.

«Existen aquellos que intentan convertir a las personas en vampiros y hacerlos beber sangre de otras personas, o alentarlos a tener relaciones sexuales especiales para obtener poderes», dijo Ferrari a los asistentes al curso.

«Estos grupos son atraídos por la hermosura de los vampiros de ficción que tanto han aparecido en películas y series en años recientes», agregó.

El vampirismo es considerado por el Vaticano como una posesión diabólica. Y si bien la Iglesia continúa celebrando el rol de los exorcismos, mantiene estrictos requisitos y guías respecto a cómo y cuándo deben ser llevados a cabo.

'True Blood' es una serie de televisión original de HBO creada por Alan Ball, basada en la franquicia 'The Southern Vampire Mysteries' de Charlaine Harris. Su argumento se centra en un conservador pueblo de Luisiana llamado Bon Temps, y en cómo su gente debe adaptarse y enfrentarse a los cambios que se han producido en la sociedad desde que los vampiros salieron a la luz pública.

El año pasado, el Papa Francisco denunció un aumento de actividad demoníaca y arengó a exorcistas de diversas partes del mundo a estar alertas. En concordancia con lo dicho por Ferrari, el sumo pontífice señaló en aquel entonces que «asistimos a un continuo proliferar de mensajes mediáticos, libros, programas televisivos, programas cinematográficos, que en alguna manera por el sensacionalismo incentivan, sobre todo en las nuevas generaciones, a ocuparse de ocultismo, satanismo, e incluso a practicarlo».