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Una histórica sequía en la selva amazónica ha revelado petroglifos esculpidos por seres humanos de hasta 2.000 años de antigüedad.
Los grabados precolombinos fueron hallados en un punto de la ciudad brasileña de Manaus, donde las aguas oscuras del río Negro se encuentran con la corriente turbia del río Amazonas.
«Las imágenes talladas en las rocas representan seres humanos, animales y formas geométricas, como cuadrados y círculos», detalló el arqueólogo indígena Carlos Augusto da Silva, de la Universidad Federal de Amazonas. «Habíamos tenido vislumbres de estos enigmáticos grabados previamente —en 2005, 2009 y 2010—, cuando severas sequías golpearon la región y el nivel del agua del río descendió. De hecho, los petroglifos fueron oficialmente registrados en 2010 por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) de Brasil».
En una expedición el pasado 21 de octubre, Silva contó más de 100 petroglifos, la mayor cantidad que ha identificado hasta ahora en el río Negro.
Los petroglifos están tallados en rocas en el Encontro das Águas, un sitio de Patrimonio Cultural brasileño por su valor paisajístico y los hallazgos etnográficos y arqueológicos descubiertos allí, incluyendo artefactos enterrados cerca de la orilla del río que se han encontrado desde la década de 1970. Los últimos hallazgos de los petroglifos subacuáticos aparecieron a principios de octubre después de que más de la mitad de la altura del río se secó.
Este año, el río Negro alcanzó su punto más bajo desde que se llevan registros en 1902, según el sitio web oficial de Puerto de Manaus, situado a unos 13 kilómetros de los petroglifos. Y el nivel sigue descendiendo: en octubre, el nivel del río está bajando un promedio de 10.6 centímetros diarios.
El Ministerio del Medio Ambiente de Brasil anunció que la sequía en la selva amazónica es el resultado de una combinación de factores, indicando que «el fenómeno de El Niño se agrava por el cambio climático, además hay una gran cantidad de materia orgánica seca y fuego ilegal en áreas privadas y públicas».
The Brazilian Amazon is experiencing one of its worst droughts on record.
The Negro River, one of Earth’s largest rivers by average discharge, has reached its lowest level since records began in 1902, according to data collected by the Port of Manaus. pic.twitter.com/nfJNzjFVIJ
— Nahel Belgherze (@WxNB_) October 18, 2023
«Los niveles de agua en el Amazonas han variado a lo largo de los milenios, por ejemplo, cuando el clima fue más seco entre 8.000 y 4.000 años atrás y el nivel del río probablemente era mucho más bajo que en la actualidad», explicó Eduardo Góes Neves, un arqueólogo de la Universidad de São Paulo que no estuvo directamente involucrado en el hallazgo. «Sin embargo, la sequía actual está relacionada, en parte, con factores provocados por los seres humanos, en lugar de causas puramente naturales».
Neves señaló que el avistamiento de este mes podría ser el período más largo en el que los petroglifos permanezcan expuestos sobre el agua en tiempos modernos, debido a lo reseco de la región.
Los arqueólogos no están seguros de la fecha exacta en que fueron tallados los petroglifos, dado que es difícil datar excavaciones directamente en la roca si no hay material orgánico asociado.
Pero el área proporciona indicios sobre su antigüedad. Por ejemplo, la cerámica encontrada en el sitio arqueológico en la cima del barranco del río Negro, cerca de los petroglifos, data de hace 2.000 años según datación por radiocarbono.
Neves dijo que el Encontro das Águas es muy dinámico y que la cerámica pudo haber sido transportada allí por los ríos, lo que significa que las personas que hicieron la cerámica podrían ser diferentes a las que tallaron los petroglifos. Además, grabados similares han aparecido en muchos lugares a lo largo de los ríos amazónicos, incluyendo alrededor de 800 kilómetros al noroeste de Manaus.
Normalmente, el agua ayuda a ocultar y preservar los petroglifos, por lo que su exposición actual preocupa a los arqueólogos, especialmente porque la curiosidad está atrayendo a personas al lugar.
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