El proyecto es la continuación de las excavaciones arqueológicas realizadas por el explorador catalán Anselm Pi Rambla y su equipo en 2000-2003 en Coricancha y Sacsayhuamán.

Búsqueda de los túneles en el Coricancha. Crédito: Anselm Pi Rambla.

Durante 40 años, Pi Rambla se ha especializado en culturas orientales y precolombinas colaborando con distintos organismos internacionales. Sus esfuerzos se concentraron principalmente en los enigmas más insondables de nuestro pasado, recogiendo multitud de datos que aportan una nueva visión sobre la historia de las antiguas civilizaciones.

Una de las pistas seguidas por el catalán en su búsqueda han sido aquellas que hablan de los túneles de los incas, que formarían una gran red subterránea y laberíntica (Chinkana) que conecta el Coricancha con las murallas de Sacsayhuamán, siguiendo más allá hasta internarse en los propios Andes. Esta información se basa en datos dejados en crónicas del pasado, tales como Historia General de los Jesuitas (1600) o los Comentarios Reales de los Incas (Garcilaso de la Vega, 1609).

Hasta el momento, la existencia y origen de la Chinkana no se ha documentado lo suficiente. No obstante, Pi Rambla hizo un primer intento por escudriñar el misterio a principios de los 2000s, en lo que se conoció como «Proyecto Koricancha». En tal ocasión, mediante el georradar encontró indicios de varias estructuras y cavidades, sin poder indagar en mayor profundidad debido a trabas impuestas por el gobierno peruano y los dominicos —algunas de las estructuras subterráneas yacerían bajo templos e iglesias—.

Ahora, un par de décadas después, Pi Rambla y su equipo vuelven a la carga, y no solo para encontrar evidencia sólida de la existencia de esta red del mundo andino bajo la superficie.

«El Proyecto Qosco es una iniciativa de investigación y excavación arqueológica en la ciudad del Cusco con el objetivo de acceder a las grandes estructuras subterráneas incas y preincas enterradas bajo la ciudad y en la cercana ciudadela de Saqsayhuamán», se lee en un comunicado publicado en el sitio web del explorador, donde se da como fecha de inicio este año.

Sucesivamente (2024), también se llevará a cabo un segundo proyecto llamado «Candelabro de Paracas», cuyo objetivo será una «restauración arqueológica para devolver el enigmático geoglifo de la Bahía de Paracas a su estado original y revisar su interpretación generalmente aceptada».

«Esperamos que la comunidad internacional reciba estos dos importantes proyectos, que sin duda ofrecerán nuevas perspectivas y conocimientos sobre la arqueología andina», concluye la asesora del equipo, Marta Pi.

En Mystery Planet los mantendremos informados sobre las novedades que surjan de estas interesantes iniciativas arqueológicas.

Por MysteryPlanet.com.ar.

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