Arqueólogos han encontrado evidencia de un terremoto que sacudió la Ciudad de David en Jerusalén hace unos 2.800 años y que podría ser un evento importante descrito en la Biblia hebrea.

El terremoto de 2.800 años fue tan severo que fue mencionado en la Biblia, dicen los arqueólogos. Crédito: Eliyahu Yanai, Ciudad de David.

Durante sus excavaciones, el equipo arqueológico, de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA), descubrió una capa de destrucción que data de esa época en el Parque Nacional Ciudad de David. Dentro de la capa había «una hilera de vasijas destrozadas, que incluían cuencos, lámparas, utensilios de cocina, y frascos de almacenamiento, que se rompieron cuando las paredes de un edificio se derrumbaron», en un comunicado.

Los arqueólogos tampoco encontraron señales de un incendio y dudan que la ciudad haya sido atacada por una fuerza invasora.

Otros sitios en la región tuvieron una destrucción similar hace unos 2.800 años, encontraron los investigadores, y agregaron que los signos de destrucción de varios sitios en el sur de Levante podrían ser evidencia de un terremoto bíblico. Y, de hecho, los libros de Amós y Zacarías mencionan un terremoto que ocurrió alrededor de esta época, cuando Jerusalén era la capital del reino de Judá y estaba gobernada por un rey llamado Uzías.

«Huirás como huiste del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá», dice Zacarías 14:5.

Aquí se muestra parte del área de Jerusalén que el equipo está excavando. Crédito: Ortal Chalaf/IAA.

«Parece probable que aunque Jerusalén no fue el epicentro [del terremoto], se vio significativamente afectado», dijo Joe Uziel, arqueólogo de la IAA, uno de los líderes del equipo.

La observación de que Jerusalén probablemente no fue el epicentro del terremoto se basa en los daños encontrados en Jerusalén y otros sitios de la región.

Las excavaciones revelan que después de la destrucción, la gente reconstruyó los edificios y muros destruidos. El hecho de que el terremoto se mencione en la Biblia es «una señal de que probablemente fue un evento bastante traumático», afirmó Uziel.

¿Realmente sucedió?

Los académicos que no participaron en la investigación del equipo apoyaron con cautela las conclusiones del equipo.

«La interpretación de los arqueólogos parece posible», comentó Israel Finkelstein, profesor emérito de arqueología en la Universidad de Tel Aviv en Israel. «El estudio del equipo, incluida la interpretación de la cerámica, no ha sido publicado en una revista revisada por pares».

El profesor también dijo que el área en Jerusalén que fue excavada debe ser estudiada por sismólogos para confirmar el caso de un terremoto pasado, agregando que la evidencia de un gran terremoto en el siglo VIII a.C. también se puede encontrar en otros sitios de la región, incluso en Megiddo, un lugar investigado por el propio Finkelstein hace 15 años.

Esta cerámica probablemente se rompió cuando un edificio cayó encima durante un terremoto hace 2.800 años, dicen los arqueólogos. Crédito: Eliyahu Yanai, Ciudad de David.

«No he visto las excavaciones, pero se esperaba que se encontraran en Jerusalén algunos daños provocados por este antiguo terremoto», dijo Shmuel Marco, profesor de geofísica en la Universidad de Tel Aviv que también participó en el estudio del terremoto de Meguido. «Los encontramos en las ruinas de la misma edad en Meguido, y otros lo informaron en otras excavaciones y en las perforaciones profundas del Mar Muerto, lo que sugiere que el terremoto afectó un área amplia».

Por otra parte, Jason Radine, presidente del Departamento de Religiones Globales de la Universidad Moravia en Bethlehem, Pensilvania, opinó que la interpretación del equipo de Jerusalén «parece razonable», señalando que la Biblia hebrea menciona que Jerusalén fue atacada alrededor de los años 790 o 780 a.C. por Israel (que en ese momento era un reino separado de Judá). Sin embargo, «tal ataque podría dejar una capa quemada, que los excavadores afirman que no está presente en su hallazgo, lo que sugiere que un terremoto es la causa más probable de la destrucción».

Thomas Levy, quien es un distinguido profesor de Arqueología en la Universidad de California en San Diego, también pensó que el daño probablemente fue causado por un terremoto y que se puede argumentar que este terremoto es el mismo que se menciona en la Biblia. «Cuando los datos bíblicos se combinan con los datos arqueológicos y paleo-sísmicos del sur de Levante, se ve claramente una fuerte correlación entre el Libro de Amós, un profeta en la Biblia hebrea, y el registro arqueológico», sostuvo.

La investigación del equipo se presentará en septiembre en la conferencia City of David Research.

Fuente: Live Science. Edición: MP.

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