La empresa británica Core Power ha anunciado sus planes para fabricar en masa plantas nucleares flotantes (FNPPs, por sus siglas en inglés) que serán ancladas frente a la costa de Estados Unidos en un plazo de aproximadamente 10 años.

Concepto de planta nuclear flotante. Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

El resurgimiento de la energía nuclear como fuente confiable y sostenible se enfrenta a un obstáculo clave: los largos y costosos procesos de ingeniería civil para construir infraestructuras en tierra, que incluyen la adquisición de terrenos, permisos y licencias. Para superar estos desafíos, Core Power propone la producción en serie de reactores modulares montados en buques, una estrategia inspirada en la rápida fabricación de los barcos Liberty durante la Segunda Guerra Mundial.

El corazón de estas plantas flotantes será un reactor compacto de sales fundidas, una tecnología avanzada originada en la década de 1950. A diferencia de los reactores convencionales que utilizan barras de combustible en agua presurizada, este diseño emplea combustible nuclear disuelto en sal fundida a presión atmosférica. Entre sus ventajas destacan su diseño compacto, menor complejidad mecánica, enfriamiento pasivo y una reducida posibilidad de accidentes nucleares.

Lanzado durante la cumbre New Nuclear for Maritime de Core Power en Houston, Texas, el 12 de febrero, el Programa Liberty «sentará las bases para el uso de la energía nuclear en el sector marítimo civil», dijo el CEO de Core Power, Mikal Bøe. Crédito: Nina Rangoy.

Un beneficio adicional es la facilidad de mantenimiento, ya que el combustible gastado se puede filtrar y reemplazar de manera eficiente. Sin embargo, Core Power afirma que sus reactores no requerirán recarga de combustible durante su vida útil.

Flexibilidad y nuevas oportunidades energéticas

La instalación de reactores en embarcaciones permitirá trasladarlos según la demanda, evitando los obstáculos normativos de las plantas en tierra y facilitando su retiro o reubicación si la situación política o económica lo requiere. Además, al ubicarse en la costa, estarán cerca de las áreas con mayor demanda energética.

Concepto de una planta de energía nuclear flotante de Core Power.

La energía nuclear flotante no es una idea nueva. Desde 1954, reactores han sido utilizados en submarinos y barcos, y en 1967 se desarrolló la primera planta nuclear flotante. Rusia revivió el concepto en 2019 y, recientemente, EE.UU. y Reino Unido han mostrado un creciente interés en esta tecnología.

Una visión para el futuro: energía, propulsión y sostenibilidad

Core Power busca llevar el concepto un paso más allá. Además de generar energía eléctrica, sus reactores podrán utilizarse para propulsión comercial, desalinización y producción de hidrógeno verde. Según la compañía, el Programa Liberty desbloqueará un mercado de energía flotante valorado en 2.6 billones de dólares, permitiendo un acceso más amplio a la energía nuclear y revolucionando el sector marítimo y comercial.

El uso de energía nuclear flotante para producir hidrógeno. Crédito: Core Power.

El plan de la compañía británica contempla la apertura de su cartera de pedidos en 2028 y las primeras entregas comerciales en la década de 2030. «Nuestro programa Liberty ofrecerá seguridad energética para la industria pesada y el transporte oceánico, transformando el comercio global», afirmó Mikal Bøe, CEO de la empresa.

Posibles riesgos ambientales y de seguridad

A pesar de sus ventajas, las plantas nucleares flotantes plantean preocupaciones sobre la contaminación radiactiva en los océanos:

  • Fugas radiactivas: Si bien el diseño reduce el riesgo de accidentes, cualquier fuga en el reactor podría liberar material radiactivo al agua, afectando la vida marina y la salud humana.
  • Gestión de residuos nucleares: Aunque la empresa afirma que los reactores no necesitarán recarga durante su vida útil, sigue siendo necesario un plan detallado para el desmantelamiento y disposición segura de los residuos nucleares.
  • Ataques o sabotajes: La presencia de reactores en el mar los hace potencialmente vulnerables a ataques cibernéticos o físicos, lo que podría comprometer su seguridad.

Es probable que la implementación de estas plantas flotantes genere un debate entre defensores de la energía nuclear y ambientalistas, quienes podrían exigir mayores garantías de seguridad y regulación estricta antes de su despliegue.

Fuente: WNN/Core Power. Edición: MP.

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