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En la seguidilla de recientes revelaciones sobre los fenómenos aéreos no identificados, se ha venido hablando mucho de naves estrelladas —de tornillos y tuercas—, y muy poco de sus presuntos tripulantes no-humanos. Pero eso podría estar a punto de cambiar a medida que surgen más datos y denunciantes.
Hace poco, el ex funcionario de inteligencia David Grusch salió a denunciar que el gobierno de EE.UU. tiene en su posesión naves de origen no-humano, recuperadas parcial o totalmente de diferentes incidentes. De refilón, también deslizó que «si hay naves, hay tripulantes». Sin embargo, no ahondó en este último punto, solo reconociendo que el primero de estos objetos recuperado provino de Italia, de algo que se estrelló allí en 1933 (más detalles del caso AQUÍ).
Según explicó el investigador local Roberto Pinotti, existen documentos oficiales que dan constancia que esta nave fue salvaguardada por el régimen de Benito Mussolini. La misma terminaría finalmente al otro lado del charco cuando en la Segunda Guerra Mundial los estadounidenses la descubrieron y secuestraron.
Aquello que se llevaron de Europa no solo sería tecnología alienígena, sino también material biológico. Y es que este extraño objeto estrellado en la región de Lombardía, muchos años antes que Roswell, habría estado ocupado por dos tripulantes que podrían considerarse «gigantes» si los comparamos con la descripción ufológica más común para los visitantes de otros mundos.
El periodista Christopher Sharp del Liberation Times hizo una extensa investigación sobre el accidente de Italia, encontrando dos relatos de estos supuestos cuerpos recuperados, que actualmente se encontrarían bajo siete llaves en alguna instalación ultrasecreta dentro de la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson.
El primero de los relatos proviene de William Brophy, cuyo padre aseguró haber visto los cuerpos cuando se desempeñaba como teniente coronel en la Fuerza Aérea (USAF). Brophy sostuvo que su padre le contó la historia, entre las de otros encuentros ovni que tuvo mientras estaba de servicio.
El segundo relato pertenece al investigador ovni Leonard Stringfield, quien relató la historia de un biólogo francés en su libro de 1982, llamado UFO Crash/Retrievals: Amassing the Evidence: Status Report III.
Los funcionarios estadounidenses supuestamente confirmaron al biólogo francés que los cuerpos no eran humanos y que eran de origen extraterrestre. Después de muchas dudas y muchos años, el biólogo decidió dar a conocer su historia, y Stringfield la difundió.
Si creemos en estos relatos sobre el «ovni de Mussolini», la descripción de las inteligencias no-humanas recuperadas sería como sigue:
En la clasificación ufológica, esta descripción coincidiría con los llamados «nórdicos» o «altos blancos».
Desde luego, no es la primera vez que se sugiere que se han recuperado cuerpos de los tripulantes de los ovnis. De hecho, el asunto se ha filtrado a menudo en la ciencia ficción, desde la serie X-Files hasta la película Independence Day.
Por ejemplo, se dice que tejidos de los seres estrellados en Roswell en 1947 permanecen ocultos en el mundialmente famoso Walter Reed, el principal centro médico militar de EE.UU.
Tal vez, y solo tal vez, la parte biológica del tema de los ahora llamados UAPs pronto comience a salir a la luz si las revelaciones siguen al ritmo que se mueven ahora. ¿Nos visita más de una especie? ¿Tienen algo en común con nosotros? ¿Qué indican sus cuerpos sobre su lugar de origen o qué quieren aquí?
Relacionado con la última pregunta, cabe destacar que otro tema pendiente, y evitado convenientemente por el oficialismo desclasificatorio, ha sido el de las abducciones y el de posibles tratados entre humanos y no-humanos... Pero eso lo dejaremos para otro artículo.
Por MysteryPlanet.com.ar.
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