El proyecto de fusión nuclear más grande del mundo, que intentará replicar las reacciones del Sol y crear una fuente de energía limpia e ilimitada, ha comenzado a ser ensamblado en Francia.

Localizado en Saint-Paul-lez-Durance, este proyecto cuenta con la colaboración y financiación de China, Europa, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos. De allí su nombre de Reactor Experimental Termonuclear Internacional (ITER por sus siglas en inglés). Su ensamblaje llevará cinco años y se espera que para 2035 esté funcionando y demostrando que la fusión nuclear es rentable.

La energía de fusión funciona al colisionar átomos de hidrógeno pesado para formar helio, liberando así vastas cantidades de energía en el proceso, tal como ocurre naturalmente en el centro de las estrellas.

En las calderas estelares, la gravedad es la que contiene la tendencia de los átomos cargados de hidrógeno a repelerse entre sí. En ITER, en cambio, esto será logrado al crear un anillo de un gas cargado y supercaliente llamado plasma, que será mantenido en su lugar por magnetos.

Para la misma cantidad de combustible, la fusión produce alrededor de cuatro veces la energía de una planta nuclear convencional, que se vale de las reacciones generadas a partir de la división de átomos, fisión.

La «milagrosa» fusión utiliza un combustible accesible y provee a cambio energía limpia, barata y segura, sin desechos radiactivos o riesgo de accidente nuclear.

Demoras

El proyecto ITER fue lanzado en 2006 y estaba entre los planes el llevar a cabo sus primeras pruebas este año, para alcanzar la fusión completa en 2023. No obstante, desde entonces ha afrontado varias demoras, principalmente debido a problemas financieros y, más recientemente —al igual que la mayoría de las cosas este olvidable año 2020— obstáculos propios de la pandemia de COVID-19.

«Claramente, la pandemia impactó en el plan inicial», dijo el Dr. Bernard Bigot, director general de ITER, en una conferencia virtual para celebrar el inicio del ensamblaje del reactor que tuvo lugar el martes pasado (28 de julio). «Nadie de nuestro equipo —localizado en Saint-Paul-les-Durance, noreste de Marsella— se ha infectado con COVID-19».

El dispositivo central de ITER, conocido como Tokamak, tiene una circunferencia de 30 metros y una altura que ronda la misma cifra. Está compuesto por más de un millón de piezas individuales, las cuales deberán ser ensambladas con la precisión de un reloj suizo.

«Es una fase enormemente emocionante del proyecto. La mayoría de nosotros nos unimos para cambiar el mundo, para hacer una gran diferencia sobre cómo proporcionamos energía limpia a las generaciones futuras. Todos sabemos que necesitamos ITER para tener éxito», dijo a la BBC el profesor Ian Chapman, director ejecutivo de la Autoridad de Energía Atómica de Reino Unido.

«Esperamos ver el primer plasma en cinco años. Eso será solo un plasma corto, que durará unos pocos milisegundos, que demuestre que todos los imanes funcionan. Luego tendrá que haber una etapa posterior de ensamblaje de otros componentes… Sin embargo, está marcando hitos en ese camino para demostrar la fusión a escala comercial», explicó.

Si el proyecto resulta exitoso, una segunda versión ampliada podría ser construida para proveer más energía a la grilla.

Fuente: DailyMail/BBC. Edición: MP.

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