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El futuro podría ver los datos humanos del mundo, entregados a través del creciente poder y alcance de la inteligencia artificial, en manos de unos pocos poderosos: una receta para un mañana distópico poblado por «humanos pirateados».
Al menos así lo advierte Yuval Noah Harari, historiador y escritor de renombre mundial.
En una entrevista a emitirse en el programa 60 Minutos (CBS) de este domingo, Harari sostiene que las naciones deben comenzar a cooperar para establecer un marco de regulación de la inteligencia artificial y la recopilación de datos en todas las naciones.
La razón es sencilla e hija de nuestra actual era: los países y empresas que controlan la mayor cantidad de datos controlarán el mundo.
«El mundo está cada vez más dividido en esferas de recopilación y cosecha de datos. En la Guerra Fría, tenías el Telón de Acero. Ahora tenemos el Telón de Silicio, que el mundo está cada vez más dividido entre Estados Unidos y China», explica.
Harari, profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, publicó su primer libro, Sapiens, en 2014; siendo un éxito de ventas mundial. Desde entonces ha publicado dos libros más con temas futuristas, Homo Deus y 21 lecciones para el siglo XXI. Los tres libros juntos han vendido 35 millones de copias en 65 idiomas.
El autor ha estado advirtiendo a la gente sobre un futuro no muy lejano de cambios increíbles, diciendo que la inteligencia artificial que funciona hoy a través de algoritmos no hará más que fortalecer su control sobre los humanos.
«Netflix nos dice qué mirar y Amazon nos dice qué comprar. Eventualmente, dentro de 10, 20 o 30 años, estos algoritmos también podrían decirle qué estudiar en la universidad y dónde trabajar y con quién casarse e incluso por quién votar», dice, subrayando que la reciente pandemia ha abierto la puerta a una recopilación aún más intrusiva de nuestros datos.
«Son datos sobre lo que está sucediendo dentro de mi cuerpo. Lo que hemos visto hasta ahora, son las corporaciones y los gobiernos que recopilan datos sobre a dónde vamos, con quién nos encontramos, qué películas vemos. La siguiente fase es la vigilancia bajo nuestra piel», advierte.
«Ciertamente, ahora estamos en el punto en el que necesitamos la cooperación global. No se puede regular el poder explosivo de la inteligencia artificial a nivel nacional», continúa.
Para esto, Harari cree que lo primero que se debería hacer es establecer reglas de juego bien claras e inviolables.
«Una regla clave es que si obtiene mis datos, los datos deben usarse para ayudarme y no para manipularme. Otra regla clave es que siempre que aumente la vigilancia de las personas, simultáneamente debe aumentar la vigilancia de la corporación, los gobiernos y las personas en la parte superior. Y el tercer principio es que nunca permita que todos los datos se concentren en un solo lugar. Esa es la receta para una dictadura».
Si estas regulaciones no son establecidas pronto, el escritor israelí sostiene que los humanos corren el riesgo de ser «pirateados».
«Hackear a un ser humano es llegar a conocer a esa persona mejor de lo que se conocen a sí mismos. Y en base a eso, manipularte cada vez más».
Por último, menciona que no todo es tan distópico con la inteligencia artificial.
«También es utópico. Quiero decir, este tipo de datos también pueden permitirnos crear el mejor sistema de atención médica de la historia. La pregunta es ¿qué más se está haciendo con esos datos? ¿Y quién los supervisa? ¿Quién los regula?».
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