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Analizamos brevemente cómo se debe actuar si alguien se encuentra frente a este tipo de fenomenología y cual sería su verdadera causa subyacente.
Con frecuencia los parapsicólogos recibimos consultas con respecto a lugares que parecen estar poseídos por fuerzas demoníacas. Sitios en los que —repentinamente— empiezan a suceder cosas inusuales, fuera de lugar. Muebles que se rompen de manera inexplicable. Vajilla que se desplaza, sin que alguien la toque; a veces hasta romperse en mil pedazos al chocar violentamente contra una pared. Objetos materializados, apareciendo donde nunca antes estuvieron. Ruidos inesperados. Arrastrar de cadenas. O voces producidas por seres inidentificables. Hasta aullidos lastimeros que espantan ya no sólo a medianoche como ocurre en novelas de misterio y películas de terror, sino a cualquier hora del día.
Alteraciones en las cañerías de agua o gas así como interrupciones inesperadas en el suministro eléctrico, suelen ser otros de los fenómenos descriptos. Bombitas de luz que explotan, una tras otras, sin que haya razón física aparente. Aparatos eléctricos que, de vez en vez, estallan. Piedritas —surgidas sin que se conozca de dónde, ni cómo— que golpean a manera de alucinante lluvia, en determinados momentos, sólo sobre precisas y repetidas partes de la vivienda. Perturbaciones en la captación de ondas de radio y televisión. Incendios iniciados de manera espontánea sin causa determinable, localizados en reducidos sectores.
En algunos casos los hechos llegan a adquirir tal intensidad que, inclusive, se observan por espacio de varios días, figuras difusas antropomorfas, desplazándose con rápidos movimientos sin tocar el piso a la manera de las tradicionales descripciones de fantasmas.
Contra lo que a priori pueda suponerse, éste tipo de acontecimientos sucede bastante a menudo aún hoy en día. No únicamente en sitios aislados o ciudades pequeñas. También en ciudades como la de Buenos Aires.
¿Qué hacer ante un caso así? ¿Cómo debe actuar alguien que se encuentra frente a tan inusuales sucesos? Pues sin duda solicitar la participación de un parapsicólogo es fundamental. De no tomar intervención un profesional idóneo fenómenos de esta índole pueden durar meses, intensificándose hasta causar severos trastornos en la conducta y el psiquismo de quienes habitan el lugar en que ocurren los hechos. Muy rara vez, se extinguen solos de la misma inesperada forma en que comenzaron.
Lo que hay que hacer cuando se produce un caso de psikinesis espontanea recurrente (que es así como lo denominamos en Parapsicología) es dar rápida intervención a un parapsicólogo. Cualquier otro tipo de intento de ayuda, venga de donde proviniere y por mejor intencionado que sea, no sólo resultará inútil, sino que puede provocar mayores disturbios.
Frente a la psikinesis espontánea recurrente (PKER) Edvino Augusto Friderichs, sacerdote jesuita y miembro del Centro Latinoamericanos de Parapsicología creado por otro jesuita, nos referimos al famoso padre Oscar González Quevedo, afirma que: «Ni los mismos exorcismos resuelven esta situación. Con frecuencia sólo agravan los síntomas».
Es por esto que ni siquiera un sacerdote se halla en condiciones de ayudar. Agrega luego el padre Friderichs que estas situaciones deben «orientarse científicamente, esclareciendo que no se trata de espíritu alguno, ni demonio o alma de otro mundo. Es un fenómeno parapsicológico… La solución para estos casos siempre es posible, mientras se observan las normas indicadas por el parapsicólogo».
De manera que tomando los recaudos necesarios nada hay para temer. El tipo de fuerza que desencadena este tipo de perturbaciones —que como ya se ha dicho pero preferimos subrayar, nada tiene que ver con espíritus de los muertos ni con fuerzas demoníacas— tienen su origen en factores humanos que la Parapsicología conoce y tiene los elementos para evitar su recurrencia.
Casas supuestamente embrujadas, sitios a los que se atribuye la condición de estar endemoniados, lugares que parecen encontrarse encantamientos así como aparentes posesiones enigmáticas son, apenas, algunos de los nombres que recibe —popularmente lo que los parapsicólogos denominamos psikinesis espontánea recurrente—.
Producto de la acción del factor parapsicológico que se halla en todos los seres y que, a veces, al coincidir una serie de factores específicos provoca estos repentinos hechos que —a lo largo de la Historia de la Humanidad— han provocado tanto temor y generado tantas leyendas para explicarlos.
Por el Dr. Antonio Las Heras.
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3 comentariosVaya, en la casa de mis padres desde siempre han sucedido cosas extrañas, pero nunca al grado descrito en el documento: se escuchan ruidos como quejidos y suspiros o alguien que susurra algún nombre de la familia; los animales se vuelven locos de la nada e igualmente se calman, los aparatos se descomponen mucho, algunos objetos se pierden y aparecen en un sitio impensado y, lo mejor, a veces se ven sombras y pequeños seres deambulando por todos lados.
ResponderEn casa de mis padres desde siempre han ocurrido cosas extrañas, pero nunca con la magnitud descrita en el artículo: se escuchan quejidos, murmullos y suspiros en espacios vacíos, a veces, inclusive, susurran el nombre de alguien de la familia; los aparatos electrónicos se descomponen con demasiada frecuencia, algunos objetos se pierden y aparecen en sitios impensados, los animales se "vuelven locos" de la nada y así mismo se calman y, lo mejor, a veces se pueden observar sombras de personas y entes diversos que aparecen y desaparecen en la nada, por ejemplo, un gato andando en dos patas por el corredor, en la semioscuridad o algo que hace un sonido como de agua goteando muy cerca de uno. Lo bueno es que estos eventos nunca han escalado hasta convertirse en lo que pasa en una verdadera casa embrujada y, salvo los pequeños sustos que nos dan, se puede vivir en relativa paz.
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23:39
el padre QUEVEDO FUE EL QUE DEJO EN RIDICULO AL CHANTA DE Uri Geller.!!!
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