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¿Tendrá algo que ver que este expresidente fue uno de los informados sobre la realidad de los fenómenos anómalos no identificados? ¿O es acaso un simple paso para impedir que China logre una dominancia orbital y cislunar?
Trump expresó su intención de crear una Guardia Nacional Espacial durante su intervención en la 146ª Conferencia General y Exposición de la Asociación Nacional de la Guardia de los Estados Unidos (NGAUS) en Detroit, Michigan, a principios de esta semana.
«Ahora que la Fuerza Espacial está en funcionamiento, coincido con su liderazgo —ustedes lo desean mucho— pero estoy de acuerdo en que ha llegado el momento de crear una Guardia Nacional Espacial como la principal reserva de combate de la Fuerza Espacial de EE.UU.», dijo el candidato presidencial republicano a los asistentes a la conferencia.
Trump también destacó la creación de la Fuerza Espacial durante su discurso. El expresidente firmó la legislación en 2018 que dio origen a la rama más reciente del ejército estadounidense.
«Uno de mis mayores logros en mi primer mandato fue la creación de la Fuerza Espacial, la primera nueva rama de las fuerzas armadas en más de 70 años; es un gran logro», afirmó. «Así que, como presidente, firmaré una legislación histórica para crear una Guardia Nacional Espacial. Vamos a hacerlo. La Fuerza Espacial ha sido muy importante, muy, muy importante».
La idea de crear una Guardia Nacional Espacial no es nueva. Desde 2021, legisladores en el Congreso estadounidense han estado proponiendo esta idea, pero aún no ha recibido el apoyo necesario para ser aprobada. Incluso el año pasado, la oficina del presidente Joe Biden emitió un comunicado en contra de su creación, argumentando que solo «generaría una nueva burocracia con implicaciones y gastos duraderos y de gran alcance».
En este contexto, se rumorea que Trump fue uno de los ocho presidentes de EE.UU. que habrían sido informados sobre la realidad extramundana de los ovnis y sus tripulantes, lo que pudo haber influido en la creación de la Fuerza Espacial hace unos años y el redoble de la apuesta en la actualidad.
Pero preocuparse por una invasión extraterrestre podría no ser necesariamente el motor principal para nuevos organismos que controlen lo que sucede en el espacio cercano a la Tierra.
Varias naciones, incluyendo EE.UU., China, Rusia, e India, han desarrollado y probado sistemas de armas anti-satélite (ASAT). Estos sistemas pueden destruir satélites en órbita, lo que podría desactivar sistemas de comunicación, navegación, y espionaje. Por ejemplo, en 2007, China probó un misil ASAT que destruyó uno de sus propios satélites meteorológicos, creando una gran cantidad de escombros espaciales que aún representan un peligro para otros satélites.
Además de las armas físicas, las capacidades de interferencia electrónica y ciberataques son áreas de interés. EE.UU. y China han sido acusados de desarrollar tecnologías que pueden interferir con las señales satelitales o hackear sistemas espaciales, lo que podría desactivar o manipular satélites sin necesidad de destruirlos físicamente.
Por último, existe preocupación sobre el potencial uso de estaciones espaciales para fines militares, sobre todo con el futuro retiro de la Estación Espacial Internacional y el surgimiento de Tiangong, la primera estación espacial china de larga duración.
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