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El hallazgo fue realizado en una muestra de roca recolectada por el rover Curiosity en Yellowknife Bay, una antigua cuenca lacustre marciana que, en el pasado, habría contado con las condiciones necesarias para la vida.
Perforación de Cumberland con una impresión artística de largas cadenas de hidrocarburos. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS, Caroline Freissinet.
Los análisis realizados a bordo del explorador robótico revelaron la presencia de alcanos de cadena larga, moléculas orgánicas que se consideran restos de ácidos grasos. Aunque estos compuestos pueden formarse mediante procesos químicos no biológicos, en la Tierra son componentes esenciales de las membranas celulares de todos los organismos vivos.
«Estas moléculas pueden ser producidas por procesos químicos o biológicos», explicó la doctora Caroline Freissinet, química analítica que dirigió la investigación en el Laboratorio de Observación de Atmósferas y Espacio en Guyancourt, Francia. «Si encontramos ácidos grasos de cadena larga en Marte, podrían —y es solo una hipótesis— provenir de la degradación de membranas celulares que existieron hace 3.700 millones de años».
El cráter Gale en Marte, con el sitio de perforación en roca de lodo señalado con un círculo. Crédito: NASA.
El Curiosity, que ha recorrido más de 32 kilómetros en el cráter Gale desde que aterrizó en Marte en 2012, ya había detectado rastros de materia orgánica en rocas de lodo antiguas seis años después de iniciar su misión. Sin embargo, hasta ahora solo había identificado moléculas de carbono de cadenas relativamente cortas.
En el estudio más reciente, Freissinet y su equipo implementaron un nuevo método de análisis en una muestra de roca conocida como Cumberland, lo que permitió identificar alcanos más complejos, como decano, undecano y dodecano. Este hallazgo sugiere que la roca marciana probablemente contenía ácidos carboxílicos (o ácidos grasos) que se convirtieron en alcanos debido al proceso de calentamiento.
Lo más intrigante es que las moléculas detectadas muestran una posible tendencia hacia una estructura biológica. En la Tierra, los organismos que producen ácidos grasos tienden a formar cadenas con un número par de átomos de carbono, debido a que las enzimas añaden dos átomos de carbono a la vez. En la muestra marciana, se observó un patrón similar: el compuesto con 12 átomos de carbono era más abundante que los de 10 y 11 átomos.
«Cumberland nos está tentando», comentó Freissinet. «Tenemos el mismo patrón en Marte, pero basándonos en solo tres moléculas, aún no podemos afirmar que sea una tendencia real. Aun así, es muy intrigante».
El hallazgo refuerza la idea de que las señales orgánicas de la vida pueden preservarse en las rocas marcianas durante miles de millones de años, lo que alimenta las esperanzas de que, si alguna vez surgió vida en el planeta rojo, sus restos aún podrían descubrirse.
El siguiente paso es analizar una segunda muestra de la roca, que el Curiosity ya tiene a bordo, en busca de moléculas orgánicas aún más complejas. No obstante, para confirmar definitivamente el origen biológico de estos compuestos, los científicos necesitarían analizar los diferentes isótopos de carbono e hidrógeno en las moléculas, algo que solo puede realizarse con equipos avanzados en la Tierra.
«Los resultados de este estudio representan la mejor oportunidad que hemos tenido hasta ahora para identificar restos de vida en Marte», concluyó John Eiler, profesor de geología y geoquímica en el Instituto de Tecnología de California (Caltech). «Pero para confirmar con certeza que estas moléculas provienen de organismos vivos, será necesario traer estas muestras a la Tierra».
Fuente: The Guardian. Edición: MP.
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