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Dos fosas realizadas por humanos, con numerosos restos de mamuts, han sido excavadas en México, en lo que los arqueólogos presentan como trampas usadas por los primeros pobladores de la región.
Según informa el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) de México, se trata de un contexto inédito de cacería y despiece de mamuts que se construyó donde hoy se sitúa Tultepec (Estado de México) hace aproximadamente 15.000 años. Se trata de dos fosas con paredes de casi 90 grados, de 1,70 metros de profundidad y 25 metros de diámetro.
Distribuidos en las fosas por debajo de los 3,50 metros, se han recuperado más de 800 huesos correspondientes a, por lo menos, 14 mamuts. Los restos de ocho proceden de las dos primeras unidades de excavación localizadas en la esquina suroeste del terreno; los vestigios de otros seis fueron rescatados al norte del mismo, en la tercera unidad de excavación.
Además, se han referido tres sitios próximos con restos de mamuts, por lo que se estaría ante una «línea de trampas», estrategia que permitiría a los cazadores reducir el margen de error en la captura del ejemplar.
En ese sentido, las trampas prehistóricas de Tultepec, fueron excavadas en la arcilla del fondo del Lago de Xaltocan, hace aproximadamente 15.000 años, cuando sus niveles descendieron y dejaron expuestas grandes llanuras. Este fenómeno mundial coincidió con uno local: la gran erupción del Popocatépetl hace 14.700 años, que motivó una gran movilización de animales y seres humanos hacia el norte de la Cuenca de México, donde la caída de ceniza volcánica fue menor.
La deposición de finas capas de ceniza, entre y por encima de varios de los huesos de mamut recuperados, así como la presencia de bentonita (arcilla del lecho lacustre) sobre otros, permite fechar tentativamente este contexto y especular su uso continuo a lo largo de 500 años. No obstante, el registro de más restos por encima de las fosas, es evidencia de que una vez recuperado el nivel del lago y rellenadas las fosas con la descomposición de tules, carrizos y demás vegetación acuática, esta zona continuó siendo un «cementerio de mamuts».
Fuente: INAH. Edición: EP.
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