El científico chino He Jiankui, creador de los primeros bebés modificados genéticamente de la historia, fue sentenciado a 3 años de cárcel y a pagar una multa de 3 millones de yuanes (430 mil dólares).

En un juicio celebrado por sorpresa y a puerta cerrada, un tribunal de Shenzhen ha declarado al científico culpable de «llevar a cabo, de manera ilegal, la edición genética de varios embriones humanos con fines reproductivos»; según una información adelantada por la agencia de noticias oficial, Xinhua. He, además, estará vetado de por vida para el desempeño profesional de cualquier actividad relacionada con el mundo sanitario.

El 26 de noviembre del año pasado, He Jiankui sorprendió al mundo al anunciar que había manipulado dos embriones humanos por medio de una técnica de edición genética conocida como CRISPR con el propósito de lograr que fueran inmunes al virus del sida. El científico, conocido a raíz del suceso como «el Frankenstein chino», hizo público su logro por medio de un vídeo colgado en YouTube en el que narraba cómo un par de bebés, dos gemelas que recibieron los nombres de Lulu y Nana, habían nacido «semanas atrás» y se encontraban «en perfecto estado de salud».

Ayer el tribunal de Shenzhen sentenció que He, movido por su ansia de «fama y fortuna» se saltó «las regulaciones nacionales sobre investigación científica y gestión médica de manera deliberada». El fallo establece que He falsificó documentos y proporcionó información falsa sobre sus estudios, «rebasando toda línea ética», para reclutar hasta siete parejas en las que el hombre estuviera infectado con el VIH y la mujer no. La pretensión del equipo liderado por He era, tras la fecundación, intervenir el embrión para desactivar el gen CCR5, empleado por el virus del sida para acceder al sistema inmunológico humano.

Durante su participación en una cumbre científica en Hong Kong dos días más tarde, el genetista confesaba la existencia de una segunda fecundación, «un embarazo potencial». La reciente sentencia confirma que ese embarazo llegó a buen término, por lo que se eleva a tres el total de niños nacidos a consecuencia del experimento.

Problema ético

El anuncio de He Jiankui levantó entonces una enorme polémica y recibió fuertes críticas por parte de sus colegas, los cuales lamentaron su falta de ética a la hora de llevar a cabo un procedimiento ilegal en la mayoría de los países del mundo. A las voces de desaprobación se sumó el Nobel de Medicina David Baltimore, quien calificó su proceder de «irresponsable».

En su país, 122 científicos publicaron una declaración conjunta en la que afirmaban que «cualquier intento» de hacer cambios en embriones humanos mediante modificaciones genéticas es «una locura» y que el nacimiento de estos bebés representaba «un alto riesgo». Incluso Huang Wei, viceministro de Ciencia y Tecnología, se manifestó al respecto, asegurando que las actividades científicas de He —en paradero desconocido desde entonces— serían suspendidas de inmediato y calificando su conducta de «estremecedora e inaceptable».

Pese al revuelo, He no solo no expresó ningún remordimiento, sino que se manifestó satisfecho de su logro. «Me siento orgulloso, especialmente porque el padre [de las gemelas] pensó que había perdido toda esperanza en su vida», indicó entonces. Aferrándose a la idea de que su método «puede ser la única manera de curar alguna enfermedad», el investigador, que dijo haber autofinanciado su trabajo y rechazó cualquier implicación de sus dos compañías de investigación genética, insistió en que «si la tecnología está disponible, podemos ayudar a la gente que lo necesita», y que de lo único que es culpable es de «abrir una igualdad de oportunidades para tener familias sanas».

Junto a él fueron penados otros dos científicos, miembros de instituciones médicas de la provincia de Guangdong, a los que la sentencia calificó de colaboradores necesarios en la «conspiración»: Zhang Renli, con dos años de cárcel, y Qin Jinzhou, con uno y medio. Asimismo, el veto de por vida para el desempeño profesional de cualquier actividad relacionada con el mundo sanitario se ha extendido a todas las personas involucradas en el procedimiento científico, cuyo número exacto no ha trascendido.

«Esta sentencia supone un mensaje muy esperado por la comunidad científica», resaltó Lluis Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y experto en CRISPR. «Es una condena importante que acalla las críticas que decían que en China eran posibles todo tipo de experimentos sin que hubiera consecuencias. La sentencia demuestra que no es así y, más allá de los años de cárcel y la multa, lo más relevante es que se inhabilite de por vida a Jiankui para realizar más investigaciones en este campo».

Cada una de las células de una persona llevan en su interior una copia de su genoma, un conjunto de 6.000 millones de letras de ADN que son el libro de instrucciones para el correcto funcionamiento de todas las funciones vitales. Hay multitud de erratas en ese genoma que pueden provocar enfermedades. He intentó modificar el genoma de los embriones para reproducir una errata beneficiosa: 39 letras de menos en el gen CCR5 que son esenciales para que el virus del sida pueda infectar a los glóbulos blancos. El problema es que CRISPR no es perfecto, sino que también puede introducir erratas adicionales con un potencial peligro para la salud del bebé. Además es frecuente que CRISPR no edite todas las células, sino solo una parte, generando así seres humanos con dos genomas diferentes.

«Hace unas semanas se hizo público parte del manuscrito en el que el equipo describía sus experimentos [obtenido por Technology Review]. El texto demostraba que Jiankui sabía que algunos embriones no se habían editado correctamente y tuvo la posibilidad de no implantarlos en la madre, pero decidió seguir con el procedimiento, lo que es aberrante», destacó Montoliú.

Fuente: El País.

3 comentarios
Etiquetas: , ,

¿Te gustó lo que acabas de leer? ¡Compártelo!

Facebook Reddit Twitter WhatsApp Pinterest Email

Artículos Relacionados

 3 comentarios
Comentarios
Dic 31, 2019
12:39
#1 Hipolito:

Esto me recuerda, por un lado, al médico que hizo la primera vacuna contra la viruela. A él no le fue nada bien. ¿Qué hubiera ocurrido si no experimentaba con ese niño al que le salvó la vida, y después salvó millones de vidas? Y por otro lado, al tema de la CROTOXINA, donde tres médicos fueron defenestrados por continuar la investigación comenzada por el Dr Vidal, que se fue a EEUU, por intereses económicos, mientras que el laboratorio en Argentina fue desmantelado. Algo en común debe haber, cierto?

Reply to this commentResponder

Dic 31, 2019
18:21

Estoy mas que seguro que millonarios con fines del a enfermedad del SIDA o que ya la padecen van a financiar secretamente a este cientifico luego de salir de la carcel, mas de 1 lo va llamar a formar parte de seguir con este experimento, claro esta vez no de forma publico sino de forma privada.

Reply to this commentResponder

Dic 31, 2019
21:18
#3 Hipolito:

@Lenin Zapata: No tengas ninguna duda. Como siempre, al negocio se lo llevan los grandes laboratorios. Lógicamente, recurren a la ética y a los protocolos.

Reply to this commentResponder

Dejar un comentario