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A pesar de haber criticado duramente la práctica en China que llevó a la creación de las dos primeras bebés genéticamente modificadas, un científico de Nueva York está experimentado con el mismo método de edición del ADN en embriones humanos.
El Dr. Dietrich Egli, un biólogo de la Universidad de Columbia, se ha valido del método CRISPR para reparar mutaciones del ADN relacionadas con la ceguera, según reporta NPR.
En noviembre, un científico chino llamado He Jiankui hizo pública su creación: dos bebés que nacieron en forma saludable con inmunidad al HIV, el cólera y la viruela. Y a pesar que el propio Egli en su momento rotuló a esta práctica como «vandalismo genético», ahora está llevando a cabo sus propios experimentos, aunque afirma que solo lo hace «con fines de investigación y para determinar la seguridad del procedimiento».
Cuando fue desarrollada por primera vez, la técnica CRISPR —que funciona como un corte y pegue químico, hallando y removiendo genes defectuosos y reemplazándolos con mejor copias— se estableció como una esperanza para acabar con las enfermedades genéticas.
En teoría, podría prevenir que cualquier bebé naciera con anormalidades genéticas, un prospecto prometedor para los padres a nivel personal y una reducción en la carga que genera en la salud pública. En teoría... porque es un terreno muy pantanoso. Después de todo, si los científicos pueden editar los genes para reparar problemas, ¿por qué no usar la misma técnica para darle a los padres la posibilidad de elegir las características de su futuro hijo?
Entre la prevención de enfermedades y el diseño de bebés «a la carta» la línea es muy fina. Es por esto que el Dr. Egli ha salido a aclarar lo cuidadoso que está siendo para no cruzar tal línea ética.
Según el genetista estadounidense, su experimento consiste en reparar genes asociados a una forma de ceguera hereditaria.
«No podemos solo hacer ediciones y luego esperar que todo vaya bien al implantarlo en el útero. Eso no es responsable», dice Egli en clara referencia a las recientes noticias desde China. «Primero tenemos que hacer los estudios de investigación básica para ver lo que sucede. Y eso es lo que estamos haciendo aquí».
Uno por uno, el doctor ha estado colocando esperma de hombres con ceguera congénita (llamada retinitis pigmentosa) en una solución que contiene la herramienta CRISPR programada para cortar los genes defectuosos. Luego inyecta el esperma en el óvulo, que tiene copias saludables del gen que provoca la ceguera. La idea es que cuando se combinan, la copia saludable en el óvulo sustituirá la defectuosa.
Cuando el proceso de reparación está terminado, Egli afirma que solo deja que el embrión madure por un día de observación para ver si la técnica es segura hasta ese punto.
Desde luego, el objetivo final de la edición es suprimir la ceguera del ADN, lo que eventualmente llevará a esos embriones a desarrollarse por completo.
La ley y las regulaciones en Estados Unidos (y en otras naciones) todavía se debaten en cuanto al aborto y a la definición de la concepción. Por lo que no se espera que estén listas aún para lidiar con la alteración genética de bebés. Hasta entonces, trabajos como los del Dr. Egli permanecerán en un área fronteriza y controvertida de la ciencia médica, y en la ilegalidad en caso de su par chino He Jiankui.
Fuente: Daily Mail.
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