Mystery Planet es un sitio web que ofrece noticias y artículos sobre ciencia y misterios. Para estar al tanto de todo lo que publicamos, además de seguirnos en nuestras redes sociales o suscríbete a nuestro boletín de noticias, te invitamos a nuestro canal de Telegram.
Un reciente estudio científico ha identificado una potencial amenaza que podría estar acechando desde una región poco explorada del sistema solar: la órbita de Venus.
Aunque desde hace más de dos décadas la NASA trabaja activamente para identificar asteroides cercanos a la Tierra (NEAs, por sus siglas en inglés), un nuevo informe sugiere que podrían estar pasando por alto una población significativa de asteroides peligrosos que co-orbitan con el planeta vecino.
La investigación, titulada The invisible threat: assessing the collisional hazard posed by the undiscovered Venus co-orbital asteroids y disponible en el repositorio científico arXiv, fue liderada por Valerio Carruba, profesor asistente de la Universidad de São Paulo (Brasil). El trabajo ha sido presentado para su publicación en la prestigiosa revista Astronomy and Astrophysics.
Actualmente se conocen solo 20 asteroides que comparten órbita con Venus. Aunque su configuración orbital evita encuentros cercanos con el propio planeta, estos objetos no están exentos de cruzarse con la Tierra. Si alguno de ellos mide más de 140 metros de diámetro y pasa a menos de 0.05 unidades astronómicas (unos 7.5 millones de km) de nuestro mundo, es clasificado como asteroide potencialmente peligroso (PHA).
El mayor reto radica en su detección. Estos cuerpos suelen permanecer ocultos tras el resplandor del Sol, lo que complica enormemente su observación desde telescopios terrestres. Además, sus órbitas son altamente caóticas: según el estudio, su tiempo de Lyapunov —una medida de lo impredecible de sus trayectorias— es de apenas 150 años, lo que dificulta realizar predicciones a largo plazo.
Este gráfico muestra a todos los asteroides potencialmente peligrosos para nuestro planeta y sus trayectorias. Los científicos han contado hasta el momento cerca de 1.400 de estas amenazas.
Para comprender mejor el riesgo, los investigadores simularon una población de asteroides «clonados» con diversas inclinaciones y excentricidades orbitales. Tras modelar sus movimientos por 36.000 años simulados, se determinó que aquellos con excentricidades menores a 0.38 (más circulares) y bajas inclinaciones son los que más podrían representar un riesgo de colisión con la Tierra.
¿El problema? Estos objetos son justamente los más difíciles de detectar. «La combinación de las limitaciones de elevación y elongación solar restringe nuestras observaciones a periodos muy específicos del año», explican los autores. Es decir, solo se hacen visibles desde la Tierra en ventanas muy limitadas.
El Observatorio Vera Rubin, que comenzará sus operaciones científicas próximamente, podría detectar algunos de estos objetos durante sus campañas de rastreo. Sin embargo, los investigadores concluyen que lo más efectivo sería llevar a cabo una misión espacial dedicada que observe desde la órbita venusina, alejada del Sol, para detectar asteroides invisibles desde nuestro planeta.
La advertencia es clara: incluso un asteroide de 150 metros podría liberar una energía equivalente a cientos de megatones de TNT en caso de impactar contra la Tierra, miles de veces más potente que las bombas nucleares de la Segunda Guerra Mundial. Y aunque el peligro no es inminente, la amenaza silenciosa de los asteroides que orbitan con Venus exige atención y vigilancia constante.
«Entre todos los PHA, los co-orbitales de Venus con baja excentricidad representan un desafío único debido a las dificultades para detectarlos y seguirlos desde la Tierra», concluyen los autores.
Una campaña espacial específica podría ser la única forma de asegurarnos de que estas rocas cósmicas no nos tomen por sorpresa.
¿Te gustó lo que acabas de leer? ¡Compártelo!
Artículos Relacionados