Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos tienen poco consuelo para ofrecer a un planeta cansado de una pandemia. ¿Hacia dónde nos dirigimos en los próximos 20 años. Respuesta corta: parece bastante sombrío.

Estudiantes activistas llevan carteles y gritan consignas mientras marchan contra el cambio climático en Nueva Delhi, 19 de marzo. Crédito: Altaf Qadri/AP.

El jueves, el Consejo Nacional de Inteligencia, un centro de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional que crea pronósticos y estimaciones estratégicas, a menudo basados ​​en material recopilado por agencias de espionaje estadounidenses, publicó su informe cuatrienal intitulado Tendencias globales.

Mirando hacia el horizonte temporal, encuentra un mundo inquieto por la pandemia de coronavirus, los estragos del cambio climático, que impulsarán la migración masiva, y una brecha cada vez mayor entre lo que las personas exigen a sus líderes y lo que realmente pueden ofrecer.

La comunidad de inteligencia ha advertido durante mucho tiempo a los legisladores y al público que una enfermedad pandémica podría remodelar profundamente la política global y la seguridad nacional de Estados Unidos. Los autores del informe —que no representa la política oficial de Estados Unidos— describen la pandemia como un anticipo de las crisis que se avecinan. Ha sido un evento globalmente desestabilizador; de hecho, el consejo lo calificó como «la disrupción global más significativa y singular desde la Segunda Guerra Mundial». Un evento que recordó al mundo su fragilidad.

Portada del reporte Global Trends de este año.

«Ha sacudido suposiciones de larga data sobre qué tan bien los gobiernos y las instituciones podrían responder a una catástrofe», reza el informe.

Al mismo tiempo, la pandemia aceleró y exacerbó las fisuras sociales y económicas que ya habían surgido. Y subrayó los riesgos de «más y más desafíos globales en cascada, que van desde enfermedades hasta el cambio climático y las interrupciones de las nuevas tecnologías y las crisis financieras», escriben los autores.

Potencias

El informe considera que la escena internacional está determinada en gran medida por la rivalidad entre China y Estados Unidos, junto con sus aliados. «Ningún estado está preparado para convertirse en la fuerza global dominante», señalan. «Y las potencias competirán por la posición, lo que conducirá a un entorno geopolítico más volátil y propenso a los conflictos».

La tecnología, con todo su potencial para impulsar las economías y mejorar la comunicación, también puede agravar la tensión política, como ya lo ha hecho.

Es probable que las personas «graviten hacia los silos de información de personas que comparten puntos de vista similares, lo que refuerza las creencias y la comprensión de la verdad», apunta el informe.

Cambio climático

Por último, sugiere la posibilidad que los más jóvenes, marcados por los fracasos de sus líderes durante la pandemia de coronavirus, adopten políticas para reparar el clima y abordar la desigualdad social de larga data. En este escenario, una Unión Europea dominada por partidos verdes trabajaría con las Naciones Unidas para expandir la ayuda internacional y enfocarse en la sostenibilidad.

Desplazados internos cerca de Jowhar, Somalia, noviembre de 2013. Crédito: Tobin Jones/ONU.

También advierte que las naciones que no hayan tomado las medidas preventivas y tecnológicas necesarias para mitigar los efectos del cambio climático —es decir, aquellas con menos capacidad de adaptación—, sufrirán graves consecuencias, como hambrunas que desatarán caos social.

Fuente: The Washington Post. Edición: MP.

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