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En las puertas de la inteligencia artificial general, Terminator Zero viene a recordarnos lo que podría suceder si la humanidad no controla adecuadamente esta tecnología.
IMPORTANTE: Este artículo NO contiene spoilers.
Ver a Arnold Schwarzenegger arrancarse su ojo cibernético en el clásico de ciencia ficción de 1984, The Terminator, dirigido por James Cameron, podría tener un efecto traumático en cualquier joven que viera la película en una copia granulada de VHS en los años 90. Eso fue precisamente lo que le ocurrió a Mattson Tomlin, escritor, creador y showrunner de Terminator Zero, cuando tenía solo ocho años.
Esta nueva serie animada para adultos de Netflix es el proyecto centrado en Terminator que los fanáticos han estado esperando, especialmente después de las decepcionantes últimas secuelas (Genisys y Dark Fate). Colaborando con Masashi Kudo, director de Bleach, Tomlin ha impregnado este impresionante proyecto con el mismo horror absoluto que experimentó de niño, cuando tuvo que apagar la cinta de video y devolverla.
Tomlin y Kudo aportan una intensidad sorprendentemente enfocada y una creatividad feroz al animé subido hace unos días a la primigenia plataforma de streaming. Alejado de la región fronteriza entre Estados Unidos y México, escenario de entregas anteriores de Terminator, esta primera versión animada se desarrolla en Tokio y se enfoca en Malcolm Lee (interpretado por André Holland), un prolífico científico cuyo sistema de inteligencia artificial, Kokoro (con la voz de Rosario Dawson), tiene el potencial de derrotar a Skynet, aunque también podría ser un algoritmo igualmente peligroso.
Un exterminador (interpretado por Timothy Olyphant) es enviado desde el año 2022 para eliminar a Lee y a sus tres hijos, mientras que una luchadora de la Resistencia desplazada en el tiempo, Eiko (interpretada por Sonoya Mizuno), está decidida a proteger a Lee, su familia y su trabajo para evitar que el Día del Juicio Final —el legendario 29 de agosto de 1997— se haga realidad. Todos estos personajes desarrollan sus propias personalidades y enfrentan complejos dilemas morales, logrando no parecer simples variaciones de temas anteriores.
Terminator Zero también se atreve a plantear preguntas provocadoras sobre si la erradicación de la humanidad podría ser, en realidad, una bendición disfrazada y necesaria para la evolución de la sociedad. El anime está lleno de inquietantes imágenes de máquinas asesinas y una inteligencia artificial antagonista, pero también se beneficia de la perspectiva moderna que sugiere que la humanidad podría no ser, de hecho, el menor de dos males en esta situación. Algunos de los momentos más poderosos de la serie son cuando Kokoro le pide a Malcolm que defienda la utilidad de los seres humanos y su propensión a la guerra y la destrucción, mientras él es incapaz de encontrar respuestas.
Primero y ante todo, Terminator Zero muestra el ADN puro de las dos películas dirigidas por James Cameron —y probablemente las únicas dos que debieron hacerse—, que Tomlin respeta y admira profundamente: Terminator de 1984 y Terminator 2: el juicio final de 1991. Su objetivo es replicar el miedo y el estilo que han hecho de esta una franquicia icónica durante los últimos 40 años.
Para el diseño del personaje del exterminador, el guionista investigó un poco y descubrió en una antigua entrevista que Cameron había pensado en Lance Henriksen para el papel, ya que el personaje originalmente estaba concebido como el infiltrador definitivo. Este cyborg homicida era alguien que podría mezclarse en cualquier multitud mientras cazaba a su presa humana. Aquí, el físico corpulento de culturista ha sido reemplazado por una figura delgada, sudorosa, con una expresión desequilibrada y un comportamiento aterrador.
El toque de gracia que sumerge al espectador en la historia lo aporta Production I.G (Ghost in the Shell), que ha hecho un trabajo magistral al producir una animación sangrienta y llena de balas, reflejando un producto final que destaca por su amor, cuidado y atención al detalle.
Todo esto se acompaña magistralmente con la penetrante banda sonora de sintetizador compuesta por Michelle Birsky y Kevin Henthorn, cuya música inquietante aporta a cada episodio, desde intensas pistas electrónicas hasta interludios de piano agridulces.
A medida que se desarrolla la narrativa de la serie y los dos últimos episodios ofrecen una serie de revelaciones sorprendentes y giros inesperados en la trama, cualquier persona familiarizada con las películas y la mitología de Terminator será recompensada con una conclusión satisfactoria que amplía el universo y allana el camino para futuras temporadas en Netflix.
Terminator Zero no solo logra presentar ideologías reflexivas sobre la naturaleza de la humanidad, sino que también ofrece extrapolaciones provocadoras sobre la logística inexacta del viaje en el tiempo y cómo cambiar el pasado no afecta directamente el futuro, sino solo los hilos de estas nuevas líneas de tiempo alternativas. La ejecución y explicación de estos elementos es parte de su esfuerzo por acertar en la ciencia y crear el tipo de serie digna del canon de las primeras películas.
Referencias:
Por MysteryPlanet.com.ar.
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