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El telescopio espacial Kepler, que ha descubierto el 70 % de los ya casi 4.000 exoplanetas confirmados hasta la fecha, se ha quedado sin combustible, informó la NASA en un comunicado publicado hoy: «Kepler ya no puede reorientarse a sí mismo para estudiar objetos cósmicos o transferir sus datos a la Tierra, por lo que el trabajo espacial del legendario instrumento ha concluido luego de casi una década».
El anuncio era esperado. Kepler ha estado bajo en combustible por meses, y los administradores de la misión habían puesto a la nave en modo de ahorro varias veces en los últimos tiempos para extender su vida útil tanto como fuera posible. Sin embargo, el fin era inevitable; el tanque de la nave finalmente se secó hace dos semanas, dejándolo fuera de operaciones.
«Esto marca el fin de las operaciones de Kepler, y el fin de la recolección de datos científicos», declaró Paul Hertz, jefe de la división de astrofísica de la NASA durante una teleconferencia sostenida el día de la fecha.
Las observaciones del telescopio en su misión principal y la extendida (K2), sugieren que la cantidad de planetas supera la cantidad de estrellas en la Vía Láctea y que los mundos como la Tierra son más comunes de lo que se creía. De hecho, cerca del 20 % de las estrellas como el Sol en nuestra galaxia parecen albergar planetas rocosos en zonas de habitabilidad, la distancia donde el agua líquida puede existir en la superficie de un planeta.
Aunque Kepler ha cerrado sus ojos para siempre, los descubrimientos gracias a su tarea cósmica continuarán. Los datos enviados por la nave en los últimos tiempos dan para que los astrónomos se entretengan un buen rato; de hecho, aún faltan analizar 2.900 «candidatos» a exoplanetas encontrados por el telescopio espacial.
Kepler también continuará viviendo gracias a la revolución que ayudó a desencadenar. Por ejemplo, en abril la NASA lanzó una nueva nave llamada TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite), que salió a la caza de mundos alienígenas orbitando estrellas relativamente cercanas al Sol —usando el mismo método de tránsito que Kepler para detectarlos—.
Los hallazgos de TESS a la vez serán escudriñados por el telescopio espacial James Webb, cuyo lanzamiento está programado para 2021. Webb será capaz de escanear la atmósfera de los exoplanetas en busca de metano, oxígeno y otros gases que evidencien la presencia de vida.
«La muerte de Kepler no es el fin de una era, es solo un ocasión para marcar, pero para nada un fin», concluye Charlie Sobeck del Centro de Investigación Ames de la NASA.
Fuente: Space.com
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