El objeto volador no identificado, que habría aterrizado en la región montañosa de Moquehue de la provincia de Neuquén, Argentina, dejó plasmadas extrañas figuras que parecen haber sido grabadas por algo que derritió la nieve y quemó la tierra.

Huella circular.

El principal testigo, de quien solo trascendió el su primer nombre, Rodrigo, halló de forma accidental dos extrañas huellas de supuestos ovnis mientras circulaba con su moto por la ruta provincial 11, en la región montañosa de Moquehue, Neuquén, y cuando se dirigía rumbo a Ñorquinco (Río Negro), en una zona cerrada durante el invierno, en medio de la cordillera de los Andes.

El hecho, ocurrido el pasado 13 de octubre y que difundieron esta semana varios medios locales, se produjo cuando Rodrigo, inesperadamente, divisó un extraño patrón en medio de la nieve junto a la carretera. Al detenerse e ir a mirar el sitio, se encontró con la capa de nieve fresca y dos especies de figuras «dibujadas» en la superficie, una que tenía la forma de una gran estrella, y la otra más pequeña y mucho más redondeada.

Huella en forma de estrella.

Inicialmente, el hombre pensó que se trataba de una broma, pero pronto se dio cuenta de que junto a los patrones no había ningún tipo de cosa, animal o ser humano. Entonces cayó en cuentas que podría estar ante el sitio donde pudo aterrizar una nave de origen desconocido.

En declaraciones al diario La Mañana de Neuquén, Rodrigo declaró: «Me llamó la atención el tamaño y la perfección. Nunca había visto nada igual. Me sorprendió que no haya huellas humanas cerca, es un lugar donde no hay mucha circulación. Para mí los ovnis existen, tal vez fueron ellos».

Con respecto al tamaño de las marcas, el testigo no los midió, y tampoco pudo asegurar si alguien más las vio o cuánto hace que se encontraban ahí. Sí dijo estar sorprendido por el tamaño y su perfección. «Nunca había visto algo parecido», afirmó.

Una vez que la noticia salió a la luz, otros testigos que suelen recorrer la zona afirmaron que las extrañas marcas son el rastro de aterrizajes dejados por naves extraterrestres, que varios alcanzaron a ver en reiteradas oportunidades.

En cambio, quienes todo lo niegan lo relacionaron con marcas «parecidas» que se pudieron observar en 2017 cerca del lago islandés Thingvallavatn, atribuidos a un fenómeno muy raro llamado sobreescurrimiento de dedos (en inglés, Finger rafting), un proceso de presión por el cual un trozo de hielo se coloca uno encima de otro, generalmente en hielo nuevo y hielo joven, y así se van creando extraños patrones.

Fuente: Crónica.

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