Arqueólogos han publicado un estudio sobre tres antiguos cráneos desenterrados en Croacia, dos de ellos con deformaciones artificiales que le daban un aspecto casi «alienígena».

En un yacimiento llamado Hermanov vinograd, en el este de Croacia, los arqueólogos han descubierto una fosa peculiar que contenía los restos de tres adolescentes. Los chicos habían sido enterrados entre el 415 y el 560 d.C.

Los cráneos de dos de los chicos presentaban deformación artificial y un análisis genético publicado en la revista PLOS ONE ha revelado otro hecho curioso: los tres adolescentes enterrados juntos tenían antecedentes genéticos muy diferentes. El que carecía de modificación craneal tenía ascendencia euroasiática occidental, el adolescente que tenía un cráneo alargado pero redondeado tenía ascendencia de Oriente Próximo y el chico con un cráneo muy elongado tenía ascendencia de Asia oriental, principalmente.

Este cráneo extremadamente elongado perteneció a un adolescente con ascendencia asiática oriental que falleció hace 1500 años en la actual Croacia. Los cráneos se ataban desde la infancia para crear formas distintivas que podrían haber indicado el origen étnico o la clase social. CRÉDITO: M. CAVKA, UNIVERSITY HOSPITAL DUBRAVA, ZAGREB.

«Cuando obtuvimos los resultados del ADN antiguo, nos quedamos atónitos», afirma Mario Novak, autor principal del Instituto de Investigación Antropológica de Zagreb, Croacia. «Resulta obvio que en esta parte de Europa vivían e interactuaban muy estrechamente personas diferentes. Quizá utilizaran la deformación craneal artificial como indicador visual de pertenencia a un grupo cultural específico».

La deformación craneal artificial (ACD, por sus siglas en inglés) consiste en atar la cabeza de un niño desde la infancia para deformar el cráneo y es una forma de modificación corporal que se ha practicado desde, como mínimo, el Neolítico en culturas de todo el mundo. Susanne Hakenbeck, arqueóloga histórica de la Universidad de Cambridge que ha estudiado la alteración craneal en Europa y que no participó en el estudio, explica que en Europa la práctica de la ACD apareció en torno al mar Negro en los siglos II y III d.C., alcanzó su auge en los siglos V y VI y desapareció a finales del siglo VII.

La entrada de los hunos

Novak y sus colegas creen que sus hallazgos respaldan la antigua teoría de que los hunos —una confederación nómada de jinetes cuyo origen, según se cree, se encuentra en Asia oriental— introdujeron la ACD en Europa central.

Este cráneo alargado y redondeado perteneció a un adolescente con ascendencia de Oriente Próximo que fue enterrado en Hermanov vinograd. CRÉDITO: M. CAVKA, UNIVERSITY HOSPITAL DUBRAVA, ZAGREB.

«Ahora, por primera vez, contamos con evidencias biológicas y físicas de la presencia de pueblos de Asia oriental en esta parte de Europa, probablemente los hunos, basándonos en los resultados del ADN antiguo», afirma Novak.

Sin embargo, el origen exacto de los hunos es un tema de debate entre los arqueólogos y otros académicos han sugerido que el grupo no procedía de Asia oriental, sino del norte del mar Negro.

Una tumba para tres

También es un misterio cómo acabaron juntos en la fosa los tres adolescentes. Hermanov vinograd es el sitio de un gran asentamiento neolítico, pero no existe ningún asentamiento del periodo de las grandes migraciones en las inmediaciones.

La tumba, por otra parte, no formaba parte de ningún cementerio más grande y establecido, y podría haber estado vinculada a una comunidad nómada o a un grupo de gente que vivió en otra parte.

La fosa de Hermanov vinograd al principio de la excavación (derecha), con presencia de huesos de animales, y al final de la excavación (izquierda), con restos humanos desenterrados. CRÉDITO: M. CAVKA, UNIVERSITY HOSPITAL DUBRAVA, ZAGREB.

Los niños tenían dietas similares en sus últimos años de vida, lo que apunta a que habrían vivido en el mismo lugar durante algún tiempo. Los enterraron junto a huesos de caballo y cerdo y la causa de su muerte no está clara. Aunque los restos óseos completos no muestran señales de haber sufrido una muerte violenta, los investigadores creen que es posible que los adolescentes fueran asesinados en algún tipo de ritual o que hubieran fallecido por la peste u otra enfermedad de rápido avance.

«La salvedad es que se trata de una muestra pequeña, es solo una tumba y carecemos de información sobre lo que es», afirma Krishna Veeramah, genetista de la Universidad de Stony Brook en Nueva York que no participó en el estudio. «Pero, con todo, resulta interesante que exista tal diversidad».

Fuente: National Geographic.

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