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¿Alguna vez has tenido la sensación de que algo familiar o conocido de repente parece completamente extraño o desconocido?
La repetición tiene una relación extraña con la mente. Considera la experiencia del déjà vu, cuando erróneamente creemos haber experimentado una situación novedosa en el pasado, dejándonos con una inquietante sensación de familiaridad que nos hace pensar en alguna suerte de falla en la Matrix.
Sin embargo, recientemente se ha descubierto que el déjà vu es, en realidad, una ventana a los procesos de nuestro propio sistema de memoria. La investigación fue realizada por científicos de la Universidad de St. Andrews, quienes revelaron que este fenómeno surge cuando la parte del cerebro encargada de detectar la familiaridad se desincroniza con la realidad.
«El déjà vu es la señal que te alerta sobre esta extrañeza —es una especie de «verificación de hechos» para el sistema de memoria—», dijo Akira O'Connor, uno de los autores del estudio.
Pero la repetición puede dar lugar a algo aún más sorprendente y extraño.
El opuesto del déjà vu es el jamais vu (‘literalmente, jamás visto’), cuando algo que sabes que es familiar te parece irreal o novedoso de alguna manera. Puede involucrar, por ejemplo, mirar un rostro familiar y sentir que de repente es inusual o desconocido. Los músicos lo experimentan momentáneamente al perderse en un pasaje musical muy familiar. También puede que lo hayas experimentado al ir a un lugar conocido y sentirte desorientado o verlo con «nuevos ojos».
Para averiguar más sobre el mecanismo detrás de este fenómeno, el mismo equipo de St. Andrews se propuso inducirlo experimentalmente en un grupo de personas.
«Si simplemente le pides a alguien que repita algo una y otra vez, a menudo encuentran que se vuelve sin sentido y confuso», dijo O'Connor. «Este fue el diseño básico de nuestros experimentos sobre el jamais vu».
En un primer experimento, 94 estudiantes universitarios pasaron su tiempo escribiendo repetidamente la misma palabra. Lo hicieron con doce palabras diferentes que iban desde las comunes, como «puerta», hasta las menos comunes, como «prado».
Los científicos británicos le pidieron a los participantes que copiaran la palabra lo más rápido posible, pero les dijeron que podían detenerse y les dieron algunas razones por las cuales podrían hacerlo, como sentirse extraños, aburridos o tener dolor en la mano.
Detenerse porque las cosas comenzaban a sentirse extrañas fue la opción más común elegida, con aproximadamente un 70 % deteniéndose al menos una vez por experimentar algo que podría definirse como jamais vu. Esto generalmente ocurría después de aproximadamente un minuto (33 repeticiones), y típicamente con palabras familiares.
En un segundo experimento, utilizaron solo la palabra «el», pensando que era la más común. Esta vez, el 55 % de las personas dejó de escribir por razones consistentes con la definición de jamais vu (pero después de 27 repeticiones).
Las personas describieron sus experiencias como variadas, desde «Pierden su significado cuanto más las miras» hasta «parecía perder el control de la mano» y —la favorita de los investigadores— «no parece correcto, casi parece que no es realmente una palabra, como si alguien me hubiera engañado haciéndome pensar que lo es».
«Nos llevó alrededor de 15 años escribir y publicar este trabajo científico. En 2003, actuábamos por intuición de que las personas se sentirían extrañas al escribir repetidamente una palabra. Uno de nosotros, Chris, había notado que las líneas que le habían pedido que escribiera repetidamente como castigo en la escuela secundaria le hacían sentir extraño, como si no fuera real», explicó O'Connor.
De acuerdo a los investigadores de St. Andrews, el jamais vu es una señal de que algo se ha vuelto demasiado automático, demasiado fluido, demasiado repetitivo. Nos ayuda a «despertar» de nuestro procesamiento actual, con una sensación de irrealidad que no es más que una comprobación de la realidad.
«Tiene sentido que esto deba ocurrir. Nuestros sistemas cognitivos deben mantenerse flexibles, permitiéndonos dirigir nuestra atención a donde sea necesario en lugar de perdernos en tareas repetitivas durante demasiado tiempo», señaló Christopher Moulin, profesor de neuropsicología cognitiva en la Université Grenoble Alpes, quien también participó de la investigación.
Apenas estamos comenzando a entender el jamais vu. La explicación científica principal es la «saciedad», la sobrecarga de una representación hasta que se vuelve absurda.
Ideas relacionadas incluyen el «efecto de transformación verbal», en el cual repetir una palabra una y otra vez activa palabras fonéticamente similares. Por ejemplo, las personas comienzan escuchando la palabra «hacer» una y otra vez, pero luego informan que escuchan «asear», «será» o «cera».
También parece relacionarse con la investigación sobre el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que examinó el efecto de mirar compulsivamente objetos, como ornallas encendidas. Al igual que escribir repetidamente, los efectos son extraños y significan que la realidad comienza a desvanecerse, pero esto podría ayudarnos a comprender y tratar el TOC.
Si verificar repetidamente si la puerta está cerrada hace que la tarea carezca de sentido, significará que es difícil saber si la puerta está cerrada, y así comienza un ciclo vicioso.
El equipo autor de la reciente investigación ha recibido un premio Ig Nobel de literatura. Los ganadores de estos premios contribuyen con obras científicas que «te hacen reír y luego te hacen pensar».
«Esperamos que nuestro trabajo sobre el jamais vu inspire más investigaciones y aún mayores descubrimientos en un futuro cercano», concluyó O'Connor.
Fuente: The Conversation. Edición: MP.
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