Motociclistas se encuentran con un pigmeo perteneciente a una mítica tribu perdida de Indonesia

Un grupo de motociclistas que se desplazaban por los polvorientos caminos cercanos a Banda Aceh, al norte de la isla de Sumatra, se cruzaron con un hombre de muy baja estatura que ha sido identificado por algunos como un posible miembro de una mítica tribu de pigmeos de la que no se tenía registro desde el siglo 17.

En la filmación obtenida de este «encuentro cercano» se muestra a uno de los motociclistas que cae al suelo al esquivar a una misteriosa figura que aparece de la nada y se cruza en su camino. Al ver la situación, los pilotos rezagados dan persecución a lo que parece ser un pequeño hombre semi-desnudo armado con una vara de madera, quien corre rápidamente y logra escapar internándose en los elevados pastizales al costado de la carretera.

Posteriormente, los motociclistas bajan de sus rodados y también se meten a los pastizales, hallando la vara de madera que cargaba el supuesto pigmeo.

Tribu perdida

Se dice que los integrantes de la «mítica» tribu Mante tienen una estatura menor a la de un hombre promedio, no superando el metro y medio de altura, informa Mail Online.

El único registro de esta tribu pertenece al siglo 17, cuando dos de estos pigmeos fueron capturados y presentados al Sultán de turno. Desde entonces, no se ha vuelto a saber oficialmente sobre los Mante, tal vez debido a que —según cuenta el folclore local— son muy cerrados y suelen huir de todo contacto con el «hombre civilizado».

Actualmente, al menos siete tribus todavía viven en la norteña provincia de Aceh.

¿Descendiente de los hobbits?

En 2003, los restos de una ancestral especie diferente al humano moderno fueron descubiertos en la isla de Flores en Indonesia, al otro lado del archipiélago donde fue avistado el supuesto pigmeo que se observa en la filmación. La evidencia arqueológica arrojó una antigüedad de 95,000 y 17,000 años para este pequeño Homo, como así también una altura promedio no superior al metro, lo que le valió el tolkeniesco apodo de «hobbit».

No obstante, este descubrimiento generó un debate antropológico sin precedentes que aún persiste. Parte de la comunidad científica sigue aferrándose a la idea de que el «hobbit» no es una especie diferente; en cambio, argumentan que se trata de un humano con anomalías anatómicas producto del fenómeno de enanismo insular.