Los residentes de Sardis, una antigua ciudad que se encuentra en lo que hoy es Turquía, pasaron años reconstruyendo sus edificios luego que un terremoto devastador provocara un desastre en una noche del año 17 d.C. Para cuidarse de los demonios y futuros desastres, algunos ciudadanos enterraron cáscaras de huevo bajo sus nuevos suelos a modo de amuletos.

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En el verano de 2013, los arqueólogos excavaron en un edificio de Sardis, uno de los tantos reconstruidos tras el terremoto mencionado anteriormente. Bajo su suelo se toparon con unos curiosos recipientes, cada uno contenía pequeñas herramientas de bronce, una cáscara de huevo y una moneda. Estos recipientes se encontraban justo en el techo de los restos del edificio anterior que había sufrido las consecuencias catastróficas.

Los objetos al parecer formaban parte de un ancestral ritual para mantener a las fuerzas malignas alejadas. Los arqueólogos que los hallaron piensan que podrían constituir un ejemplo de cómo el terremoto afectó a los antiguos habitantes a nivel personal, llevándolos a tomar este tipo de medidas supersticiosas para protegerse.

Una de las cáscaras de huevo halladas en el suelo de Sardis estaba casi intacta al ser removida de uno de los recipientes.

"Eso fue realmente fantástico", dijo Elizabeth Raubolt de la Universidad de Missouri. "Uno puede ver claramente la sutileza de los recipientes y cómo los utilizaron para salvaguardar estos objetos."

Raubolt trabajó en las excavaciones en Sardis (lideradas por Nick Cahill de la Universidad de Wisconsin-Madison) como especialista en cerámica romana durante las últimas cuatro temporadas. Este mes presentó sus hallazgos durante la reunión anual del Instituto Arqueológico de América en Chicago, destacando el hecho que varias supersticiones de la antigüedad involucraban huevos.

"El historiador romano Plinio escribió acerca de cómo la gente luego de comer huevos procedía a romper o perforar las cáscaras sobrantes con el objetivo de repeler hechizos maléficos. En la zona del actual Irán e Irak, las cáscaras de huevo también eran puestas en 'trampas para demonios' y enterradas para atraer y capturar a las fuerzas malignas", agrega Raubolt.

Teniendo esos precedentes en cuenta, la especialista piensa que las cáscaras de huevo en Sardis servían para ayudar a proteger los edificios de las fuerzas dañinas, incluyendo futuros terremotos y maleficios lanzados por otros.

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