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El casco corintio se encontró en una tumba que data del siglo V a.C. en la península de Tamán, al suroeste de Rusia. Es el único de este tipo descubierto al norte del mar Negro.
A pesar de estar corroído después de estar enterrado durante 2500 años y encontrarse altamente fragmentado, su hallazgo sigue siendo espectacular. Fabricados en bronce, los cascos corintios cubrían toda la cabeza y el cuello, con aberturas para los ojos y la boca, y protectores de mejilla sobresalientes (paragnathides). Una gran proyección curvada protegía la nuca. El interior estaba acolchado con tela o cuero para proteger el cráneo del guerrero. A menudo, su cresta estaba coronada por un penacho (lophos) con una pluma de crin de caballo.
Altamente protector debido a que cubrían por completo la cabeza, estos cascos representaban una pieza esencial del equipo para los hoplitas griegos, los famosos soldados de infantería de las falanges.
Los cascos corintios comenzaron a aparecer alrededor del siglo VI a.C. y son uno de los símbolos de la antigua Grecia. Con frecuencia, la diosa Atenea o Pericles son representados llevándolos. Cuando un guerrero moría, sus cascos solían ser enterrados junto a él.
Según Roman Mimohod, director de la expedición del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia (IA RAS), «el casco de la península de Tamán pertenece al tipo Hermione corintio y podría datar del primer cuarto del siglo V a.C.».
Los arqueólogos de la Academia de Ciencias de Rusia han estado trabajando durante dos años en una necrópolis de 600 túmulos funerarios donde están enterrados muchos guerreros griegos del reino del Bósforo. En efecto, varias colonias griegas estuvieron presentes en esta región. Su asentamiento se extendió desde finales del siglo VII a.C. hasta el segundo cuarto del siglo IV a.C.
«Estos asentamientos estuvieron en contacto muy cercano con los habitantes escitas de las estepas», afirmó el historiador Iraoslav Lebedynsky, especialista en estas antiguas culturas eurasiáticas.
A partir del siglo VI a.C., los griegos fundaron grandes ciudades en la costa norte del mar Negro. Las principales eran Olbia, en la desembocadura del Dniéper; Panticapeo (hoy Kerch) en el extremo oeste de Crimea, y Quersoneso (Sebastopol); en la orilla rusa se encontraba Fanagoria (Tamán), también el nombre dado a la península en la que se descubrió el casco corintio.
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