Si hablamos de Sherwood, el bosque cercano a Nottingham, lo primero que viene a la mente es la leyenda de Robin Hood, el príncipe de los ladrones. Y si se reporta el hallazgo de un valioso anillo allí, uno no puede más que suponer que antaño le fue arrebatado a un rico para dárselo a un pobre, la filosofía asociada al arquetípico héroe y forajido del folclore inglés.

Mark Thompson, un buscador de tesoros amateur, ha hallado una joya muy especial, y en un lugar más especial si cabe. En pleno bosque de Sherwood, lugar en el que se ubicaron las andanzas de Robin de Locksley, más conocido como Robin Hood, Thompson encontró hace unos días un anillo que los especialistas han datado en época medieval, concretamente en el siglo XIV.

El hombre, de 34 años, suele buscar en su tiempo libre con un detector de metales en los terrenos cercanos a su hogar, pero seguro que no esperaba encontrar esta joya, valorada en unos 87.000 dólares. Descubrió el anillo después de que su dispositivo emitiera un sonido y lo encontró en medio del terreno.

El anillo está grabado con la imagen del niño Jesús de un lado y la de una mujer santa en el otro. Probablemente perteneció a un antiguo arzobispo de Canterbury.

Según ha declarado Thompson al diario británico Mail Online, se emocionó mucho cuando vio que el objeto era de oro. «Es el hallazgo de toda una vida, nunca esperé encontrar algo así, por lo que todavía estoy en estado de shock. Si resulta ser tan valioso como creemos, cambiaría mi vida por completo».

Dot Boughton, coordinador de hallazgos regionales, confirmó que el anillo actualmente está siendo sometido a diversos análisis en el Museo Británico y que el caso ha sido referido al forense para que se lo clasifique como tesoro (en Inglaterra, forense también se refiere al funcionario que lidia con los hallazgos de tesoros). De confirmarse como tal, Thompson recibirá su recompensa como descubridor del mismo.