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El núcleo del sitio cubre más de 50 hectáreas y tiene estructuras piramidales de hasta 25 metros de altura.
Un equipo liderado por el arqueólogo Ivan Ṡprajc ha encontrado una impresionante ciudad maya en a unos 60 kilómetros de la reserva ecológica Balamkú, al sur de México.
El sitio rodeado de densa vegetación cuenta con numerosas columnas cilíndricas dispersas por todo el antiguo asentamiento. Esta característica es tan predominante que ha sido motivo suficiente para otorgarle a la ciudad encontrada su nombre: Ocomtún, que significa, justamente, ‘columna de piedra’.
El hallazgo de la milenaria urbe maya forma parte del proyecto «Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Centrales Mayas», aprobado por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y coordinado por expertos del Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes.
Esta iniciativa tiene como objetivo ampliar el conocimiento sobre un área extensa que hasta ahora ha sido prácticamente desconocida para la arqueología. El territorio, que abarca una superficie de 3,000 kilómetros cuadrados en el estado de Campeche, está cubierto por una selva mediana y se encuentra en el centro de la región, colindando con la carretera Escárcega-Chetumal al sur, la Reserva de la Biosfera de Calakmul al este y la región de los Chenes al norte.
Durante la primera temporada de campo, que tuvo lugar en mayo y mediados de junio de 2023, el equipo se centró en la parte noroeste del municipio de Calakmul, específicamente en Balamkú, una zona sujeta a conservación ecológica. Las imágenes aéreas y el escaneo láser (LiDAR) aerotransportado realizado por el Centro Nacional para Mapeo Láser Aéreo de la Universidad de Houston en marzo de 2023 resultaron de gran ayuda para identificar posibles vestigios arqueológicos.
Ṡprajc destaca que los datos LiDAR revelaron la presencia de numerosas concentraciones de estructuras prehispánicas en el área, las cuales comparten características comunes y presentan peculiaridades que las distinguen de otras partes del área maya.
Ocomtún, en particular, se encuentra en una «península» de terreno elevado rodeada de extensos humedales. Con más de 50 hectáreas de extensión, el núcleo monumental del sitio alberga varios edificios de grandes dimensiones, incluyendo estructuras piramidales que superan los 15 metros de altura.
De acuerdo al arqueólogo, fue un centro de importancia regional, probablemente durante el periodo Clásico (250-1000 d.C.). Aunque los tipos cerámicos más comunes recolectados pertenecen al Clásico Tardío (600-800 d.C.), se espera que los análisis de las muestras proporcionen datos más precisos sobre las secuencias de ocupación.
En cuanto a las numerosas columnas cilíndricas descubiertas, se cree que formaban parte de las entradas a los niveles superiores de los edificios. Sitios cercanos como Nadzcaan y Chactún, ubicados a más de 30 kilómetros al noreste y sureste de Ocomtún, respectivamente, también presentan similitudes arquitectónicas.
El complejo sureste de la ancestral ciudad destaca por sus tres plazas dominadas por imponentes edificios y rodeadas de grupos de patio. Entre las dos plazas principales, se extiende un conjunto de estructuras bajas y alargadas dispuestas en círculos concéntricos, que incluye un juego de pelota.
Una calzada conecta el complejo sureste con la parte noroeste, donde se encuentra la construcción más voluminosa del sitio. Se trata de una acrópolis de planta rectangular, con lados de 80 metros y una altura de aproximadamente 10 metros. En la parte norte, se eleva una pirámide que alcanza los 25 metros sobre el terreno natural.
Según Ṡprajc, Ocomtún experimentó cambios durante el periodo Clásico Terminal (800-1000 d.C.), como se evidencia en los adoratorios ubicados en los patios y plazas centrales. Estos fueron construidos utilizando materiales extraídos de los edificios circundantes, reflejando cambios ideológicos y demográficos en tiempos de crisis.
Tales cambios llevaron, finalmente, al colapso de la compleja organización sociopolítica y a una drástica disminución demográfica en las Tierras Bajas Centrales mayas en el siglo X.
Además de Ocomtún, también se exploraron estructuras en el área cercana al río La Rigueña, que presentan características similares, como escalinatas, columnas monolíticas y la ausencia de monumentos con inscripciones. Se descubrieron varios conjuntos de uso desconocido, similares a los encontrados en el complejo sureste de Ocomtún, que incluyen juegos de pelota y altares centrales. Se plantea la posibilidad de que estos conjuntos fueran mercados o espacios destinados a rituales comunitarios, aunque solo futuras investigaciones arrojarán luz sobre sus funciones y su singularidad regional.
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