Un nuevo hallazgo suma más porotos a la noción que Marte fue habitable en su pasado.

Cráter Gale, Marte.

Imágenes de los soles 1685-1689 muestran texturas sedimentarias de areniscas ricas en manganeso de tono oscuro y rocas cercanas. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS.

Un equipo de investigación descubrió, utilizando el instrumento ChemCam del rover Curiosity de la NASA, cantidades inusualmente altas de manganeso en las rocas del lecho de un lago dentro del cráter Gale en Marte. Esto indica que los sedimentos se formaron en un río, delta o cerca de la costa de un lago antiguo.

«La formación de óxido de manganeso en la superficie de Marte es difícil», afirmó Patrick Gasda, del grupo de Ciencia y Aplicaciones Espaciales del Laboratorio Nacional Los Alamos y autor principal del estudio publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Planets. «En la Tierra, estos depósitos son comunes debido al alto contenido de oxígeno en nuestra atmósfera, producido por la vida fotosintética y microbios que catalizan las reacciones de oxidación del manganeso».

«En Marte, no tenemos evidencia de vida y el mecanismo de producción de oxígeno en su antigua atmósfera no está claro. Por lo tanto, la forma en que se formó y concentró el óxido de manganeso aquí es un verdadero misterio. Estos hallazgos apuntan a procesos más grandes que ocurrían en la atmósfera marciana o en las aguas superficiales y demuestran que se necesita más trabajo para comprender la oxidación en Marte», agregó Gasda.

ChemCam, desarrollado por Laboratorio Nacional de Los Álamos y la agencia espacial francesa CNES, utiliza un láser para generar plasma en la superficie de una roca y analiza la luz emitida para cuantificar su composición elemental.

Una ventana al Marte habitable

Las rocas sedimentarias exploradas por el rover son una mezcla de arenas, limos y arcillas. Las arenosas son más porosas, lo que permite que el agua subterránea las atraviese con mayor facilidad que las arcillosas que forman la mayor parte de las rocas del lecho del lago en el cráter Gale.

El equipo de investigación analizó cómo el manganeso podría haberse enriquecido en estas arenas, por ejemplo, mediante la percolación de agua subterránea a través de las arenas de la costa de un lago o la desembocadura de un delta, y qué oxidante podría ser responsable de la precipitación del manganeso en las rocas.

Imágenes de areniscas de tono oscuro clasificadas por el Índice GINI (Rivera-Hernández et al., 2019) como de grano más grueso. Las flechas amarillas señalan granos individuales. Algunos granos en las imágenes están delineados con líneas punteadas amarillas. Crédito: NASA/Caltech-JPL/MSSS.

En la Tierra, el manganeso se enriquece debido al oxígeno atmosférico, y este proceso a menudo se acelera por la presencia de microbios. Los microbios terrestres pueden utilizar los múltiples estados de oxidación del manganeso como fuente de energía para su metabolismo. Si hubiera habido vida en el antiguo Marte, las mayores cantidades de manganeso en estas rocas a lo largo de la costa del lago habrían sido una fuente de energía útil.

«El entorno del lago Gale, tal como lo revelan estas rocas antiguas, nos ofrece una ventana a un entorno habitable que se parece sorprendentemente a lugares de la Tierra actual», dijo Nina Lanza, investigadora principal del instrumento ChemCam. «Los minerales de manganeso son comunes en las aguas someras y oxigenadas de las costas lacustres terrestres, y es notable encontrar características tan reconocibles en el antiguo Marte».

Fuente: Los Álamos. Edición: MP.

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