Congresista de EE.UU. sorprende a la NASA con una pregunta sobre alienígenas

Ante la incómoda pregunta, un científico de la NASA ha tenido que asegurar que no hay pruebas de que Marte haya acogido una civilización alienígena.

Durante la audiencia del Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología del Subcomité Espacial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos celebrada el pasado 18 de julio, el congresista republicano por California Dana Rohrabacher pidió a un panel de científicos planetarios especular acerca de esta posibilidad.

La insólita petición siguió a los testimonios del panelista Ken Farley, científico del proyecto para la misión Mars 2020 de la NASA, afirmando que el planeta rojo tenía lagos y ríos, y tal vez incluso un enorme océano septentrinal, hace unos 3.600 millones de años. Así que le tocó a Farley responder a la pregunta de si Marte quizá fuera una vez hogar de alienígenas inteligentes.

A continuación publicamos el video con el fragmento donde se escucha el intercambio entre Rohrabacher y Farley (activar subtítulos en español):

«Ud. indicó que Marte fue totalmente diferente miles de años atrás, ¿es posible que una civilización haya vivido en Marte miles de años atrás?», preguntó el congresista.

«La evidencia es que Marte fue diferente hace miles de millones de años atrás, no miles... y, que yo sepa, no hay evidencia de eso», dijo Farley. «¿Ud. lo descartaría por completo?», interrumpió Rohrabacher.

En ese momento el congresista amaga a mencionar el hecho que alguna gente, a menudo rotulados como «teóricos de la conspiración», dicen que hubo una civilización en Marte y que es posible que aún la haya en complejos subterráneos del planeta. Sin embargo, antes que pudiera esbozar algo, el científico de la NASA responde tajantemente que «es extremadamente improbable».

En la red no se hicieron esperar los comentarios, algunos burlándose del chascarrillo numérico del congresista y otros dando cómo válida la esencia de la pregunta que buscaba, a fin de cuentas, indagar más en un tema tan esquivado por el antropocentrismo aún reinante en ciertos estratos de la Ciencia.