Astrónomos han detectado el campo magnético de una galaxia tan lejana que su luz ha tardado más de 11 mil millones de años en alcanzarnos —es decir, la vemos tal como era cuando el universo tenía solo 2.5 mil millones de años—.

Vista de ALMA de la galaxia 9io9.

«Muchas personas pueden no estar al tanto de que nuestra galaxia entera y otras galaxias están atravesadas por campos magnéticos, que abarcan decenas de miles de años luz», afirmó James Geach, profesor de astrofísica en la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido, y autor principal del estudio publicado hoy en Nature.

Sin embargo, aún no está claro cuán temprano en la vida del universo y cuán rápido se forman los campos magnéticos en las galaxias, ya que hasta ahora los astrónomos solo han mapeado aquellos en galaxias cercanas a nosotros.

Ahora, utilizando el radiotelescopio ALMA, Geach y su equipo han descubierto un campo magnético completamente formado en una galaxia distante, similar en estructura a lo que se observa en galaxias cercanas. El campo es aproximadamente 1.000 veces más débil que el campo magnético de la Tierra, pero se extiende por más de 16.000 años luz.

«Este descubrimiento nos proporciona nuevas pistas sobre cómo se forman los campos magnéticos a escala galáctica», explicó Geach.

Observar uno completamente desarrollado en esta etapa temprana de la historia del cosmos indica que los campos magnéticos que abarcan galaxias enteras pueden formarse rápidamente mientras las galaxias jóvenes siguen creciendo.

El equipo cree que la intensa formación de estrellas en el universo temprano podría haber desempeñado un papel en acelerar el desarrollo de los campos magnéticos, los cuales, a su vez, habrían influido en cómo se formaron las generaciones posteriores de estrellas.

El hallazgo

Para realizar esta detección, el equipo buscó la luz emitida por granos de polvo en una galaxia distante, denominada 9io9. Las galaxias están llenas de granos de polvo y cuando está presente un campo magnético, los granos tienden a alinearse y la luz que emiten se polariza. Esto significa que las ondas de luz oscilan a lo largo de una dirección preferida en lugar de hacerlo al azar.

Cuando ALMA detectó y mapeó una señal polarizada proveniente de 9io9, se confirmó por primera vez la presencia de un campo magnético en una galaxia muy distante.

Una vista infrarroja de la galaxia 9io9

«Ningún otro telescopio podría haber logrado esto. La esperanza es que, con esta y futuras observaciones de campos magnéticos distantes, el misterio de cómo se forman estas características galácticas fundamentales comience a desvelarse», concluyó Geach.

Fuente: ESO. Edición: MP.

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