Un adolescente francés ha transcrito partes del Génesis bíblico y del Corán árabe en moléculas de ADN, para luego inyectárselas en los muslos.

Adrien Locatelli, un estudiante y biohacker de 16 años, publicó un artículo hace pocas semanas en el servidor de preimpresión OS, en el cual afirma que «es la primera vez que alguien se inyecta a sí mismo con macromoléculas desarrolladas a partir de un texto».

«Solo necesité comprar solución salina y una jeringa, dado que VectorBuilder me envió líquido y ProteoGenix el polvo», explicó Locatelli, quien asiste al Lycèe les Eaux Claires en Grenoble, Francia.

VectorBuilder es una compañía que crea virus que pueden insertar cadenas de ADN en células para propósitos de edición genética. ProteoGenix, por su parte, sintetiza cadenas de ADN personalizadas. Ambas compañías sirven especialmente para proyectos científicos y sus productos están disponibles libremente al público para ser adquiridos.

El estudiante tradujo pasajes religiosos del Libro del Génesis y del capítulo 13 del Corán, el Surah Ar-Ra'd, para construir proteínas desconocidas que luego inyectó en su cuerpo.

Si pudiésemos ver los textos que se inyectó Locatelli en su cuerpo, no lucirían como mucho. El ADN es solo una larga molécula con la capacidad de almacenar grandes cantidades de información. Y a pesar que naturalmente contiene la información genética de seres vivos, puede ser utilizado para almacenar cualquier tipo de datos (¡hasta música!).

El método

El método utilizado por el estudiante francés para traducir los textos sagrados en ADN fue bastante directo, por no decir ordinario. El ADN codifica su información utilizando secuencias repetidas de cuatro nucleótidos, que los científicos han abreviado como A, G, T y C. Locatelli alineó cada letra de los alfabetos hebreo y árabe con un nucleótido para que cada uno represente más de un letra. De esta manera, si fueras a escribir una oración en hebreo utilizando esta plantilla, cada alef, vav, yud, nun, tzadi y tav se volverían una G. Cada dálet, khet, ayin y resh en una T. Etcétera.

Fue así como el biohacker utilizó las secuencias de las letras de ADN para convertirlas en cadenas químicas que tenían el potencial de transformarse en cualquier número de proteínas en el cuerpo humano. Luego construyó las proteínas en un laboratorio y finalmente se las inyectó en las piernas.

Pero... ¿es una buena idea?

«Hice este experimento como símbolo de paz entre religiones y ciencia. Pienso que para una persona religiosa puede ser bueno inyectarse textos religiosos», comentó.

Asimismo, añadió que no experimentó ningún problema de salud significativo tras el procedimiento, a pesar que reportó una «inflamación menor» en su muslo izquierdo que duró unos días.

«Es poco probable que los textos inyectados generen mayores complicaciones, a excepción, tal vez, de una reacción alérgica. Aunque, para ser honesto, desconozco el vector utilizado y cómo se hizo para dar una opinión más calificada», dijo Sriram Kosuri, profesor de bioquímica en UCLA.

Fuente: Live Science.

2 comentarios
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 2 comentarios
Comentarios
Ene 2, 2019
0:58
#1 Mulder:

Paren! Voy a buscar un microscopio para ver cómo luce mí texto religioso en mí ADN!!!!

Yo no soy un biohacker pero no podría hacer otra cosa? .... Locuras de adolescentes... Igual un muchacho precozmente inteligentisimo si fuera cierto todo claro ...

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Ene 2, 2019
8:31
#2 roberto:

y que paso??? obtuvo superpoderes el idiota ???

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