En una reveladora entrevista realizada el 8 de julio de 2025 con el podcaster Stephen Diener, el congresista Eric Burlison aseguró que muchos de los Programas de Acceso Especial (SAPs) relacionados con Fenómenos Anómalos No Identificados (UAPs, por sus siglas en inglés) «operan directamente bajo la supervisión de la Casa Blanca».

Denuncias apuntan a la Casa Blanca como centro de una red secreta sobre OVNIs y tecnología no humana

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Según citó el medio Liberation Times, diversas fuentes internas afirman que el impulso por mantener en secreto las actividades relacionadas con UAPs proviene del interior de la propia Casa Blanca. Serían funcionarios de carrera, que trascienden administraciones presidenciales y operan desde oficinas tan sensibles que ni siquiera sus nombres pueden hacerse públicos, quienes están al frente del encubrimiento.

Estas operaciones, según esas fuentes, son reconocidas al más alto nivel del Ejecutivo estadounidense, pero permanecen ocultas a la mayoría de las agencias del gabinete a través de complejos programas de encubrimiento. Si esto es cierto, sugeriría que las misiones relacionadas con UAPs están mucho más centralizadas y son más políticamente delicadas de lo que se pensaba.

Uno de los modelos utilizados para explicar cómo funciona esta estructura es el descrito por Dan Sherman en su libro Above Black: Project Preserve Destiny. Allí se detallan seis niveles de secreto que van desde la información pública hasta programas ocultos incluso para los propios presidentes:

  • Capa pública (No clasificada) – Información divulgada al público, que puede o no reflejar el verdadero propósito de una organización.
  • Capa controlada (Solo para uso oficial) – Datos no clasificados, pero restringidos.
  • Secreto – Información que, de divulgarse sin autorización, podría dañar seriamente la seguridad nacional.
  • Alto secreto con compartimentos por código – Operaciones extremadamente sensibles con nombres clave.
  • Misiones negras – Proyectos clandestinos tradicionales, como misiones de recuperación de tecnología extranjera.
  • Programas dentro de programas – Actividades genuinas relacionadas con UAPs, camufladas dentro de misiones negras, incluso fuera del alcance de presidentes.

Este modelo encaja con lo denunciado por el exfuncionario de inteligencia David Grusch, quien afirmó en 2023 que actividades vinculadas a estos fenómenos han sido ocultadas dentro de SAPs del Departamento de Defensa y Programas de Acceso Controlado (CAPs) de la CIA y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.

«Cuando múltiples agencias incrustan actividades UAP en programas SAP/CAP convencionales, sin reportarlas debidamente a las autoridades de supervisión, tenemos un problema», advirtió Grusch en su momento.

Estas declaraciones contradicen la postura oficial de la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO), cuyo portavoz, Susan Gough, ha asegurado no haber encontrado programas auténticos que trabajen con tecnología no-humana.

Sin embargo, fuentes internas insisten en que estos SAPs y CAPs auténticos —reconocidos o no— funcionan como fachadas. Por ejemplo, la Oficina de Acceso Global de la CIA realiza misiones de recuperación de tecnología extranjera en territorios hostiles. Si en una de esas misiones se recuperara una nave no humana, el evento quedaría automáticamente cubierto por el mismo sistema de secreto, sin necesidad de crear un programa nuevo.

El panorama se complica aún más con programas como el presuntamente llamado IMMACULATE CONSTELLATION, una iniciativa clasificada como SAP no reconocido (uSAP) dedicada al rastreo de vehículos avanzados de origen humano y no humano. Este programa, según fuentes, estaría protegido no por otro SAP, sino directamente por el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca.

El periodista de investigación Jeremy Corbell explicó al Liberation Times que el NSC, sin dirigir operativamente estos programas, puede actuar como escudo institucional y político, coordinando agencias bajo la autoridad presidencial y manteniendo al mismo tiempo una distancia suficiente como para proteger al mandatario con «negación plausible».

No obstante, no todos los programas relacionados con UAPs contarían con respaldo del NSC. Algunas operaciones, de acuerdo varios testimonios, estarían funcionando completamente al margen de cualquier supervisión legal o institucional, operando de forma «clandestina».

La llegada de Marco Rubio —quien alguna vez fue el mayor defensor de la transparencia UAP en el Senado— como Asesor de Seguridad Nacional no ha producido avances significativos en la divulgación oficial. Esto plantea una inquietante posibilidad: ¿pueden los burócratas de carrera y los operadores del aparato de seguridad nacional superar incluso la voluntad política de quienes buscan revelar la verdad?

A medida que surgen nuevas filtraciones y testimonios, aumenta la presión sobre el gobierno estadounidense para responder con claridad y transparencia sobre un tema que podría redefinir la comprensión humana del universo y nuestro lugar en él.

Fuente: LT. Edición: MP.

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