Entonces tuvo un encuentro cercano con un OVNI. O un serio interés acerca de la vida extramundana. O pasión por seguir pistas que parecen apuntar hacia la existencia de una realidad más grande. Mencione cualquiera de estas cosas a la mayoría de los científicos en actividad, y esté preparado para cualquier cosa, desde escepticismo paternal, al despiadado ridículo. Después de todo, la ciencia supone ser, puramente, una empresa de dirección rígida, con poca paciencia para nociones “expandidas” de la realidad. ¿Cierto?

Falso.

debunkers

Como todos los sistemas de búsqueda de la verdad, la ciencia, correctamente conducida, tiene un profundamente expansivo impulso liberador en su núcleo. Este “Zen” en el corazón de la ciencia es revelado cuando el practicante deja a un lado las creencias arbitrarias y preconceptos culturales, y se acerca a la naturaleza de las cosas con “una mente de principiante”. Cuando se hace esto, la realidad puede hablar fresca y libremente, y se puede escuchar más claramente. Una comprobación apropiada y validación objetiva pueden (de hecho *deben*) venir después.

Ver con humildad, curiosidad y ojos frescos, fue una vez el punto principal de la ciencia. Pero hoy es generalmente una historia diferente. A medida que la empresa científica ha sido doblada hacia la expoliación, institucionalización, hiperespecialización y nueva ortodoxia, se ha preocupado incrementalmente por hechos desconectados en una aspiradora psicológica, social y ecológica. Tan desconectada se ha vuelto la ciencia oficial del gran esquema de la cosas, que tiende a negar o descartar dominios enteros de la realidad y a satisfacerse con reducir toda la vida y la conciencia a física muerta.

A medida que cambia el milenio, la ciencia parece, de muchas maneras, estar pisando el cansado camino de las religiones que presumió reemplazar. Donde la libre desapasionada investigación una vez reinó, las emociones ahora se elevan en la defensa de una fundamentalizada “verdad científica”. A medida que las anormalidades se apilan por encima del mar de la negación, defensores de la Fe y el Reino se aferran, con cada vez mayor prepotencia, al casco de un paradigma que se hunde. Enfrentados con evidencia provocativa de cosas ni soñadas por su filosofía, muchos veteranos científicos se revierten a una especie de escepticismo infantil, caracterizado por fe ciega en el familiar absolutismo. No es sorprendente, entonces, que tantos campos prometedores de investigación se mantengan reducidos a la superstición, ignorancia, negación, desinformación, tabú… y debunkeo (sigan leyendo que el término se aclara).

¿Qué es debunkery? Esencialmente es el intento de *debunkear* (invalidar) nueva información sustituyendo al método científico por propaganda cientificista.

Para bajar esta clase de comportamiento pseudocientífico a un osado (en tanto cómico) descargo, compuse una útil guía de “cómo hacer” para los aspirantes a debunkers, con una sección especial dedicada a debunkear la inteligencia extraterrestre (tal vez el tema más agresivamente debunkeado en la totalidad de la historia moderna).

Como será obvio al lector, he llevado algunas de estas estrategias de debunkeo más allá de la línea de lo absurdo para hacer claro el punto. Por el resto, su inherentemente falaz razonamiento, lógica torcida y plana estupidez va a sonar frustrantemente familiar a quienes se han atrevido a explorar por debajo del océano de la negación e intentaron, de buena fe, reportar lo que encontraron ahí.

Sin más agregados:

CÓMO DEBUNKEAR CUALQUIER COSA

Parte 1: Debunkeo General

  • Antes de comenzar a debunkear, prepare su equipamiento. Equipo necesario: una silla con apoyabrazos.
  • Ponga la cara correcta. Cultive un aire condescendiente que sugiera que sus opiniones personales están respaldadas por la total fe y crédito de Dios. Emplee términos vagos, subjetivos y despectivos como “ridículo” o “trivial” en una manera que sugieran que tienen la fuerza total de la autoridad científica.
  • Muestre a la ciencia no como un proceso de descubrimiento de final abierto, sino como una guerra santa en contra de hordas sin gobierno de infieles adoradores de lo raro. Como en la guerra, el fin justifica los medios, puede enredar, estirar o violar el método científico, o incluso omitirlo completamente, en el nombre de defender el método científico.
  • Mantenga sus argumentos tan abstractos y teóricos como sea posible. Esto va a “enviar el mensaje” de que la teoría aceptada está por encima de cualquier evidencia que la pueda enfrentar (y que por lo tanto no vale la pena examinar ninguna evidencia de ese estilo).
  • Refuerce el popular concepto erróneo de que ciertos temas son inherentemente no científicos. En otras palabras, deliberadamente confunda el *proceso* de la ciencia con el *contenido* de la ciencia. (Alguien puede, por supuesto, objetar que, como la ciencia es un acercamiento universal a la búsqueda de la verdad, debe ser neutral al objeto del tema; por lo cual, sólo el *proceso* investigativo puede ser científicamente responsable o irresponsable. Si eso ocurre, desestime tales objeciones usando un método empleado con éxito por generaciones de políticos: simplemente reasegúrele a todos que “¡no hay contradicción aquí!”).
  • Haga parecer que su mensaje es repetido por personas con autoridad. El grado al cual usted puede estirar la verdad es directamente proporcional al prestigio de su boca.
  • Siempre refiérase a los postulados no ortodoxos como “suposiciones”, que son “soltadas”, y sus propias aserciones como “hechos”, que son “indicados”.
  • Evite examinar la evidencia. Esto le permite decir con impunidad, “¡No he visto absolutamente ninguna evidencia que apoye a tan ridículos reclamos!” (Note que esta técnica ha sobrevivido al paso del tiempo y data de, al menos, la era de Galileo. ¡Simplemente rehusándose a mirar a través de su telescopio, las autoridades eclesiásticas le compraron a la Iglesia más de 3 siglos de negación libre y transparente!).
  • Si examinar la evidencia se vuelve inevitable, reporte que “¡no hay nada nuevo aquí!” Si es confrontado con un fuerte cúmulo de evidencias que han resistido las pruebas más rigurosas, simplemente desestímelas por ser “solo un puñado”.
  • Iguale el componente escéptico necesario de la ciencia con *toda* la ciencia. Enfatice los elementos estrechos, rigurosos y críticos de la ciencia hasta la exclusión de la intuición, inspiración, exploración e integración. Si alguien objeta, acúselos de ver a la ciencia en términos exclusivamente difusos, subjetivos o metafísicos.
  • Insista en que el progreso de la ciencia depende de explicar lo desconocido en términos de lo conocido. En otras palabras, ciencia es igual a reduccionismo. Puede aplicar el enfoque reduccionista en cualquier situación, descartando más y más evidencia, hasta que lo poco que queda pueda finalmente ser explicado enteramente en términos del conocimiento establecido.
  • Ponga en escena el hecho que la investigación libre y la discusión legítima son partes normales de la ciencia.
  • Póngase a disposición de los productores de los medios que buscan un “informe balanceado” de las visiones no ortodoxas. Sin embargo, acepte participar sólo en aquellas presentaciones donde los tiempos y las tendencias a-priori, imposibilitan tales lujos como la discusión, el debate y el examen cruzado.
  • En cada oportunidad, refuerce la noción de que lo que es familiar es necesariamente racional. Lo no familiar es, por lo tanto, irracional, y consecuentemente inadmisible como evidencia.
  • Sentencie categóricamente que lo no convencional puede ser desestimado como, en el mejor de los casos, una honesta mala interpretación de lo convencional.
  • Caracterice a sus oponentes como “creyentes sin sentido crítico”. Sumariamente desestime la noción que, debunkear en sí mismo, traiciona una creencia sin sentido crítico, más allá del status quo.
  • Mantenga que en investigaciones de fenómenos no convencionales, una sola falla lo invalida todo. En contextos convencionales, sin embargo, puede sabiamente recordarle al mundo que “después de todo, las situaciones son complejas y los seres humanos son imperfectos”.
  • La “Navaja de Occam”, o el “principio de la parsimonia”, dice que la explicación correcta de un misterio va a involucrar comúnmente los principios fundamentales más simples. Insista, por eso, que la explicación más familiar es, por definición, ¡la más simple! Implique fuertemente que la Navaja de Occam no es meramente una regla filosófica sino una ley inmutable.
  • Desaliente cualquier estudio de la historia que pueda revelar a los dogmas de hoy como la herejía de ayer. De la misma manera, evite discutir muchos paralelos históricos, filosóficos y espirituales entre ciencia y democracia.
  • Como el público tiende a tener poco clara la distinción entre evidencia y prueba, haga su mejor esfuerzo para ayudar a mantener esta oscuridad. Si hay falta de prueba absoluta, sentencie categóricamente que “¡no hay evidencia!”.
  • Si se ha presentado suficiente evidencia para asegurar una mayor investigación de un fenómeno inusual, argumente que “¡la evidencia por sí sola no prueba nada!” Ignore el hecho de que la evidencia preliminar no se supone que deba probar nada.
  • En cualquier caso, implique que la prueba precede a la evidencia. Esto eliminará cualquier posibilidad de iniciar cualquier proceso de investigación significante (particularmente si aún no se ha establecido un criterio de prueba para el fenómeno en cuestión).
  • Insista en que un criterio de prueba no puede ser establecido para ¡un fenómeno que no existe!A pesar de que la ciencia no se supone que tolere vagos o dobles estándares, siempre insista en que los fenómenos no convencionales deben ser juzgados por separado, peor definido, conjunto de reglas científicas. Haga esto declarando que “las suposiciones extraordinarias requieren de evidencia extraordinaria” (pero asegúrese de nunca definir dónde termina lo “ordinario” y comienza lo extraordinario). Esto le permitirá crear un infinitamente lejano horizonte de evidencias; por ejemplo, definir evidencia “extraordinaria” como algo que se encuentra fuera del alcance en cualquier punto en el tiempo.
  • Del mismo modo, insista con clases de evidencia que son imposibles de obtener. Por ejemplo, declare que los fenómenos aéreos no identificados sólo pueden ser considerados reales si los podemos traer a laboratorios para golpearlos con martillos y analizar sus propiedades físicas. Saltee los logros de las ciencias inferenciales (la Astronomía, por ejemplo, que funciona bien sin traer planetas, estrellas, galaxias y agujeros negros a los laboratorios para golpearlos con martillos).
  • Practique debunkeo por asociación. Junte todos los fenómenos popularmente tildados de paranormales y sugiera que quienes los proponen e investigan hablan con una misma voz. De esta manera usted puede, indiscriminadamente, arrastrar material entre líneas de distintas disciplinas de un caso a otro para darle soporte a su visión como sea necesario. Por ejemplo, si una suposición tiene alguna similitud superficial con la que se está tratando y ha sido (o se ha asumido popularmente que ha sido) expuesta como fraudulenta, cítela como si fuera un ejemplo apropiado. Entonces ponga una sonrisa presuntuosa, recuéstese en su sillón y sólo diga “dejo expuesto mi caso”.
  • Use la palabra “imaginación” como un epíteto que se aplico sólo a ver lo que *no* está ahí, y no para negar lo que *está* ahí.
  • Si un número significante de gente está de acuerdo en que han observado algo que viola la realidad consensuada, simplemente inscríbalo como “alucinación masiva”. Evite tratar la posibilidad de que la realidad consensuada pueda, en sí misma, constituir una alucinación masiva.
  • Ridiculice, ridiculice, ridiculice. Es por lejos el arma más asombrosamente efectiva en la guerra en contra de los descubrimientos y la innovación. Ridiculizar tiene el poder único de hacer que gente, de virtualmente cualquier nivel de persuasión, se vuelva completamente inconsciente en un parpadeo. Sólo falla en aquellos pocos de mente suficientemente independiente como para no caer en el tipo de consenso emocional que la ridiculización provee.
  • Con la insinuación y ejemplo apropiado, implique que la ridiculización constituye una parte esencial del método científico que puede elevar el nivel de objetividad y desapasionamiento con el cual cualquier investigación es conducida.
  • Si se encuentra presionado acerca de sus novedosas interpretaciones del método científico, declare que “la integridad intelectual es un asunto sutil”.
  • Implique que los investigadores de lo no ortodoxo son sectarios. Sugiera que para investigar la existencia de algo, uno debe primero creer en ello absolutamente. Entonces declare que tales “verdaderos creyentes” conocen todas las respuestas a sus más difíciles preguntas con completo detalle por adelantado. Convenza a la gente de su propia sinceridad reasegurándoles que a usted mismo “le encantaría creer en estos fantásticos fenómenos”. Cuidadosamente dé un paso al costado respecto del hecho de que la ciencia no se trata de creer o descreer, sino de buscar.
  • Use “humo y espejos”, por ejemplo, ofuscación e ilusión. Nunca olvide que una resbalosa mezcla de hechos, opiniones, insinuaciones, información fuera de contexto y completas mentiras van a engañar a la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo. Tan poco como un décimo de hechos y nueve de m*erda, usualmente va a funcionar. (¡Algunos debunkeadores veteranos usan dilusiones homeopáticas de hechos con increíble éxito!) Cultive el arte de moverse atrás y adelante entre hechos y ficción tan indetectablemente que el más débil fundamento de verdad va a parecer siempre soportar la entera edificación de su opinión.
  • Emplee “TCP”: Técnicamente Correcta Pseudo-refutación. Ejemplo: si alguien comenta que todas las grandes verdades comenzaron como blasfemias, responda inmediatamente que no todas las blasfemias se han convertido en grandes verdades. Debido a que su respuesta fue técnicamente correcta, nadie va a notar que realmente no refutó el comentario original.
  • Trivialice el caso, trivializando el campo entero en cuestión. Caracterice el estudio de fenómenos ortodoxos como profundo y con alto requerimiento de tiempo, mientras juzga al de los fenómenos no ortodoxos como algo tan insubstancial como para no demandar más que un rastreo de las revistas. Si es presionado acerca de esto, simplemente diga “¡pero no hay nada ahí que estudiar!” Caracterice a cualquier investigador serio de lo no ortodoxo como “extraño” (buff) o “freak”, o como “poseedor de un estilo propio” (el código favorito de los medios para “falso”).
  • Recuerde que la mayoría de la gente no tiene suficiente tiempo o experiencia para una discriminación cuidadosa, y tiende a aceptar o rechazar la totalidad de una situación extraña. Por lo tanto, desacredite la historia por completo intentando desacreditar *parte* de la historia. Aquí está el cómo: a) tome un elemento de un caso completamente fuera de contexto; b) busque algo prosaico que, hipotéticamente pueda explicarlo; c) declare que, por lo tanto, ese elemento ha sido explicado; d) llame a una conferencia de prensa y anuncie al mundo que ¡el caso entero ha sido explicado!
  • Contrate los servicios de un mago de escenario profesional que pueda imitar el fenómeno en cuestión; por ejemplo, PES, psicokinesis o levitación. Esto convencerá al público que los demandantes o testigos originales de tales fenómenos, deben haber sido (o engañados por) talentosos magos de escenario que falsificaron el fenómeno original en la misma precisa forma.
  • Encuentre un fenómeno prosaico que, para el no iniciado, parezca el fenómeno en cuestión. Entonces sugiera que la existencia de un parecido, de alguna forma, prohíbe la existencia del artículo genuino. Por ejemplo, implique que, como la gente por lo general ve “caras” en piedras y nubes, la enigmática Cara de Marte debe ser una ilusión similar y, por lo tanto, no puede ser artificial.
  • Cuando un fenómeno no explicado demuestra evidencias de inteligencia (como en el caso de los misteriosos crop circles) enfóquese exclusivamente en el mecanismo que podría haber sido usado por la inteligencia, en lugar de la inteligencia que podría haber usado el mecanismo. Cuanta más atención le dedique al mecanismo, más fácilmente podrá distraer a la gente de considerar la posibilidad de inteligencia no ordinaria.
  • Acuse a los investigadores de fenómenos inusuales de creer en “fuerzas invisibles y realidades extrasensoriales”. Si ellos señalan que las ciencias físicas *siempre* han lidiado con fuerzas invisibles y realidades extrasensoriales (¿gravedad? ¿electromagnetismo?...) responda con una risa ahogada condescendiente que “es una interpretación inocente de los hechos”.
  • Insista que la ciencia occidental es completamente objetiva, y está basada en asunciones no inestables, protegidas de creencias o intereses ideológicos. Si ocurre que un fenómeno extraño o inexplicable es considerado verdadero y/o útil para una sociedad no occidental u otra tradicional, lo puede descartar como un “idea incorrecta”, “superstición medieval” o “cuento de hadas”.
  • Etiquete cualquier fenómeno pobremente entendido como “oculto”, “paranormal”, “metafísico”, “místico”, “sobrenatural” o “new-age”. Esto va a poner a la mayoría de los científicos de la corriente principal fuera del caso por motivos puramente emocionales. Si es afortunado, esto puede retrasar cualquier investigación responsable de tal fenómeno por décadas ¡o incluso siglos!
  • Haga preguntas que parezcan contener conocimiento generalmente asumido que apoye su visión; por ejemplo, “¿por qué no hay oficiales de policía, pilotos militares, controladores de tráfico aéreo o psiquiatras que reporten OVNIs?” (Si alguien apunta que hay tales personas, insista que esos deben ser mentalmente inestables).
  • Haga preguntas sin respuesta basadas en criterios arbitrarios de prueba. Por ejemplo, “si esto fuera cierto, ¿por qué no lo hemos visto en TV?” o “¿en esta revista científica?” Nunca olvide la madre de todas las preguntas: “Si los OVNIs son extraterrestres, ¿por qué no han aterrizado en el parque de la Casa Blanca?”.
  • Similarmente, refuerce la ficción popular de que nuestro conocimiento científico es completo y terminado. Haga esto asegurando que “si tal y tal fuera verdad, ¡ya sabríamos acerca de eso!”
  • Recuerde que puede fácilmente aparentar refutar los dichos de cualquiera construyendo “hombres de paja” a demoler. Una forma de hacer esto es citar equivocadamente sus dichos mientras preserva ese convincente grano de verdad; por ejemplo, actuando como si ellos hubieran intentado la extrema de la posición que han tomado. Otra estrategia efectiva, con una larga historia de éxitos, es simplemente replicar en forma errónea sus experimentos (o evitar replicarlos del todo diciendo que “hacer eso sería ridículo o estéril”). Para hacer el proceso entero aún más fácil, responda, no a sus dichos, sino a sus dichos como fueron reportados por la prensa, o propagados por el mito popular.
  • Insista en que tal y tal dicho no ortodoxo, no es científicamente comprobable porque ninguna organización que tenga algo de autorespeto financiaría tan ridículas pruebas.
  • Sea selectivo. Por ejemplo, si una práctica de curación no ortodoxa ha fallado en revertir un caso de enfermedad terminal, puede juzgarla inútil (mientras se asegura de evitar mencionar las carencias de la medicina convencional).
  • Responsabilice a los demandantes de los valores de producción y pólizas editoriales de cualquier medio o prensa que reporte sus dichos. Si un evento inusual o inexplicable es reportado en una forma sensacionalista, use esto como prueba de que el evento en sí debió ser sin substancia o valor.
  • Cuando un testigo o demandante dice algo en una manera que es científicamente imperfecta, trate esto como si no fuera científico del todo. Si no es un científico acreditado, argumente que sus percepciones no pueden haber sido objetivas.
  • Si no puede atacar los hechos de un caso, ataque a los participantes (o al periodista que reportó el caso). Argumentos *Ad-Hominem*, o ataques personales están entre las formas más poderosas de desplazar al público y evitar la investigación, acúselos de “¡beneficiarse financieramente de actividades conectadas con su investigación!” Si la investigación, publicación, charlas y esas cosas, constituyen su línea normal de trabajo o su único medio de supervivencia, sostenga como hecho que son “¡pruebas concluyentes de que se están obteniendo ingresos de tales actividades!” Si ha trabajado para obtener reconocimiento público por su trabajo, puede caracterizarlos tranquilamente como “buscadores de publicidad”.
  • Fabrique la experiencia de soporte que sea necesaria, citando las opiniones de aquellos cuyo campo es popularmente asumido que incluyen el conocimiento necesario. Los astrónomos, por ejemplo, pueden ser expuestos como expertos en la cuestión OVNI, a pesar de que cursos en ovnilogía nunca han sido un requisito para graduarse en Astronomía.
  • Invente confesiones. Si un fenómeno se niega obstinadamente a desaparecer, prepare a un par de vejetes que digan que fueron quienes fabricaron el engaño. La prensa y el público siempre tenderá a ver las confesiones como motivadas sinceramente, y abandonará puntualmente sus facultades críticas. A fin de cuentas, nadie quiere aparecer como falto de compasión por pecadores arrepentidos.
  • Invente fuentes de desinformación. Proclame que usted ha “¡encontrado a la persona que inició el rumor de que tal fenómeno existe!”.
  • Invente proyectos de investigación. Declare que “¡estas afirmaciones han sido completamente desacreditadas por los más grandes expertos en la materia!” Haga esto más allá de si tales expertos han estudiado tales afirmaciones, o, por lo que importa, si incluso existen.

Parte 2: Debunkeando Inteligencia Extraterrestre

  • Indique que un objeto volador “no identificado” es sólo eso, y no puede ser automáticamente asumido como extraterrestre. Haga esto haya o no haya sido asumido como extraterrestre por alguien involucrado.
  • Iguale las leyes de la naturaleza con nuestro actual conocimiento de las leyes de la naturaleza. Entonces etiquete a todos los conceptos como antigravedad o desplazamiento interdimensional como meras suposiciones porque “la ciencia de hoy día no puede explicarlo, entonces no puede existir”. Entonces, si una nave anómala es reportada por haberse desplazado silenciosamente, por haber hecho giros en ángulo recto a velocidades supersónicas y luego desaparecer instantáneamente, usted puede sumariamente deshechar el reporte.
  • Declare que no hay prueba de que la vida pueda existir en el espacio exterior. Como la mayoría de la gente todavía se comporta como si la Tierra fuera el centro del Universo, usted puede tranquilamente ignorar el hecho de que la Tierra, la cual ya está en el espacio exterior, tiene abundante vida.
  • Apunte que el programa oficial SETI asume por adelantado que la inteligencia extraterrestre puede sólo existir años-luz de distancia de la Tierra. Tome esta asunción a-priori como prueba conclusiva; entonces insista que esto invalida todos los reportes de contactos ET en la Tierra.
  • Si se presenta fuerte evidencia para el accidente de un OVNI o algún caso similar, provea miles de páginas de información detallada acerca de proyectos militares anteriormente secretos que puedan concebiblemente responder por eso. Cuanto más voluminosa sea la información, menor es la necesidad de demostrar cualquier conexión entre el evento reportado y el proyecto militar.
  • Cuando alguien produce la pretendida evidencia física de tecnología extraterrestre, apunte a que ningún análisis puede probar que su origen es extraterrestre; a fin de cuentas, puede ser producto de un perfectamente ordinario ultra secreto laboratorio subterráneo gubernamental. La única excepción sería la evidencia obtenida de un aterrizaje en el césped de la Casa Blanca (la única circunstancia universalmente aceptada por generaciones de escépticos como concluyente certificado de origen extraterrestre).
  • Si fotografías u otro medio visual mostrando fenómenos aéreos anómalos han sido presentadas, discuta que como las imágenes pueden ser actualmente manipuladas en forma digital, no prueban nada. Afirme esto sin importar la cantidad del material o las circunstancias de su adquisición. Insista que cuanto mejor sea la calidad de una foto de un OVNI, más grande es la posibilidad de un fraude. ¡Las fotos que han pasado todas las pruebas conocidas pueden ser tenidas entonces como las más perfectamente fraudulentas de todas!
  • Discuta que todos los reportes de humanoides extraterrestres deben ser falsos porque la evolución de la forma humanoide en la Tierra es el resultado de un número infinito de accidentes en un entorno genéticamente aislado. Evite responder a la lógica proposición de que si visitas interestelares han ocurrido, la Tierra no puede ser considerada genéticamente aislada en primer lugar.
  • Discuta que los extraterrestres harían o no harían, deberían o no deberían, pueden o no pueden comportarse de determinadas formas, porque tal comportamiento sería o no sería lógico. Base sus nociones de lógica en como los extraterrestres se comportarían o no se comportarían. Como los terrestres se comportan en todas las formas, puede teorizar cualquier tipo de comportamiento que se ajuste a sus argumentos.
  • Estereotipé los dichos sobre contactos de acuerdo con escenarios simplistas que estén bien establecidos en la imaginación colectiva. Si un contacto ET reportado parece no haber tenido consecuencias negativas, sarcásticamente acuse al contactado de creer devotamente que “¡ETs benévolos han venido a salvarnos mágicamente de autodestruirnos!” Si alguien dice haber sido traumatizado por un contacto ET, descártelo como “un clásico caso de histeria”. Si los contactados remarcan la esencial humanidad y limitaciones de ciertos ETs que dicen haber conocido, pregunte “¿por qué estos seres omnipotentes no han ofrecido resolver todos nuestros problemas por nosotros?”
  • Cuando testigos reticentes de un encuentro dan un paso al frente, acúselos de “buscar fama” indiscriminadamente con sus extrañas historias.
  • Pregunte por qué los supuestos contactados y abducidos no han recibido infecciones alienígenas. Rechace como “absurda” toda evidencia médica que sugiera que tal cosa pudo, de hecho, ocurrir. Categorice como “pura ciencia-ficción” la idea de que el entendimiento sobre inmunología de los alienígenas pueda estar más avanzado que el nuestro, o que los microorganismos alienígenas puedan estar lo suficientemente limitados en sus habilidades para interactuar con nuestros sistemas biológicos. Sobre todo, deseche cualquier cosa que pueda resultar en una investigación del asunto.
  • Viaje a China. Al regresar, reporte que “nadie allí me dijo haber visto OVNIs”. Insista en que eso prueba que no hay reportes de OVNIs fuera de los países cuya población está sobreexpuesta a la ciencia ficción.
  • Cuando la regresión hipnótica haya rendido testimonios de contactados en casos separados y completamente independientes, argumente que la hipnosis es probablemente poco confiable, y es siempre inútil en manos de practicantes no acreditados. Asegúrese de agregar que los sujetos deben haber tenido contacto con la literatura de contacto-ET, y que, cualquiera sean sus credenciales, los hipnotistas involucrados deben haber hecho preguntas guiadas.
  • Si alguien dice haber sido impactado emocionalmente por una experiencia de contacto, señale que las emociones fuertes pueden alterar las percepciones. Por lo tanto, los recuerdos del sujeto deben ser completamente carentes de confianza.
  • Mantenga que no puede haber un encubrimiento gubernamental de la cuestión ET… pero que existe por ¡legítimas razones de seguridad nacional!
  • Acuse a los teóricos de la conspiración de ser ¡teóricos de la conspiración y de creer en conspiraciones! Insista en que sólo teorías *accidentalistas* pueden explicar posiblemente patrones repetidos organizados de actividades de supresión, negación y desinformación.
  • Si ocurriera el peor de los escenarios (por ejemplo, uno donde la inteligencia extraterrestre es aceptada de repente como un misterio global de proporciones milenarias) sólo recuerde que el público tiene poca memoria. Simplemente tómelo como una “victoria para el método científico” y diga despectivamente, “Bueno, todo el mundo sabe que este es un asunto significativamente monumental. ¡De hecho, mis colegas y yo hemos estado comentando esto por años!”

NOTA: Intentamos hallar la imagen de algunos autorotulados “escépticos” que hayan cambiado la historia con sus conocimientos para ilustrar este artículo, pero nos encontramos con que tales personas nunca existieron.

Por Daniel Drasin

1 comentario
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 1 comentario
Comentarios
Dic 3, 2013
14:00
#1 JoaK:

Excelente Articulo, muy util para el dia a dia.

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