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El año pasado, el rover Curiosity descubrió unas singulares y blanquecinas venas en Marte que otorgaron a los investigadores en la Tierra una nueva perspectiva acerca del pasado acuoso del planeta rojo. Ahora, los científicos han descubierto que las extrañas estructuras minerales fueron formadas por ancestrales lagos que pudieron albergar vida.
El mineral original fue probablemente yeso, un mineral compuesto de sulfato de calcio hidratado, que se deshidrató cuando el lago desapareció.
Científicos británicos estudiaron la mineralogía de la bahía Yellowknife, en el cráter Gale, Marte. «El gusto del agua bajo el lago no debió ser nada agradable, contenía cerca de 20 veces la cantidad de sulfato y sodio que tiene, por ejemplo, el agua embotellada», dijo el profesor John Bridges, de la Universidad de Leicester. «Mi colega, el Dr. Schwenzer de la Universidad Abierta del Reino Unido, ha concluido que todo apunta a cierto nivel de habitabilidad, basado en que a algunos microbios de nuestro planeta les gusta el sulfuro y los fluidos ricos en hierro, pues son elementos que les proveen gran energía».
En estas perforaciones hecha por Curiosity en la bahía de Yellowknife (Marte), puede observarse una vena de sulfato en la pared del fondo de uno de los agujeros.
El nuevo estudio sugiere que las venas minerales fotografiadas nacieron a medida que los sedimentos del antiguo lago eran sepultados, calentados a aproximadamente 50° Celsius, y corroídos. La evaporación del agua en la bahía de Yellowknife llevó gradualmente a la formación de depósitos ricos en sulfato y de sílice, que se fueron disolviendo en el manto freático hasta ser una parte íntima de las rocas del cráter Gale.
La roca sedimentaria con las venas de sulfato en el cráter Gale eran similares en composición a las rocas de la bahía de Watchet, en las playas del norte de Devon, Inglaterra (izquierda).
«Estos resultados proveen más evidencia para la extensa y variada historia del agua en el cráter Gale», dijo Ashwin Vasavada, científico del NASA Jet Propulsion Laboratory. «Múltiples generaciones de fluidos, cada uno con química diferente, debieron estar presentes para que hoy podamos ver el registro que vemos en estas rocas».
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