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El CEO de OpenAI tiene dos objetivos para el año 2025: el surgimiento de la inteligencia artificial general y tener un hijo, en ese orden...
Durante una charla con Gary Tan, presidente de la aceleradora de startups Y Combinator, Altman respondió casi con ligereza cuando sugirió que la inteligencia artificial general (IAG) se alcanzaría en el próximo año.
«¿Qué te emociona para 2025?», preguntó Tan. «¿Qué es lo que se viene?».
«IAG», respondió Altman de inmediato. «Eso me emociona».
Luego soltó la gran noticia de que él y su esposo, Oliver Mulherin, están esperando un hijo por subrogación.
«Estoy más emocionado por eso que por cualquier otra cosa», dijo mientras su interlocutor lo felicitaba. «Es lo que más me emociona en la vida».
Sam Altman says AGI is coming in 2025 and he is also expecting a child next year pic.twitter.com/5pn8D4Mfi0
— Tsarathustra (@tsarnick) November 8, 2024
Aun así, el hecho de mencionar primero su entusiasmo por la IAG antes de anunciar la llegada de su hijo podría dar a entender unas prioridades un tanto inusuales para el empresario que, dicho sea de paso, busca llamar la atención de financistas e inversores con cada declaración pública.
Esto último ha generado cierta cautela y escepticismo entre algunos expertos en el campo, quienes creen que la singularidad tecnológica planteada está lejos de concretarse el próximo año, poniendo como una fecha más realista desde unos pocos años más —algunos estiman 2027— hasta un par de décadas.
La IAG, que implicaría una inteligencia con capacidad para aprender y razonar de forma general y, en consecuencia, escalar para superar a la inteligencia humana, enfrenta desafíos técnicos significativos en varias áreas, como la energética por ejemplo.
«La combinación de energía solar más almacenamiento avanza a buen ritmo, así que incluso sin un gran avance en el campo de la energía nuclear, estaríamos bien; aunque, sin duda, reducir el costo de la energía y aumentar su abundancia tiene un impacto directo en la calidad de vida», comentó Altman al respecto.
«Con el tiempo, resolveremos cada problema en física; es solo cuestión de cuándo, y lo merecemos. Un día no hablaremos de fusión o de cualquier otra tecnología actual, sino de la esfera de Dyson, y eso también será increíble. En este punto, lo que sentimos como “energía abundante” les parecerá insuficiente a nuestros bisnietos, y hay un vasto universo allá afuera lleno de materia por explorar», añadió.
Por otro lado, existen riesgos éticos y de seguridad asociados con esta tecnología, como su impacto en el empleo y su alineación con los valores humanos. En este sentido, se ha señalado que Altman es algo laxo, priorizando que su compañía sea la primera en alcanzar la IAG. De hecho, hace apenas unas semanas, el director saliente de preparación para la IAG en la empresa, Miles Brundage, escribió en su Substack personal que dejó OpenAI porque considera que la compañía no está preparada para manejar la magnitud de lo que está desarrollando. Tras su partida, OpenAI disolvió su equipo de preparación para la IAG, lo que parece ilustrar perfectamente su postura.
Fuente: Y Combinator/The Byte. Edición: MP.
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