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Primero negaron tenerlos, ahora los censuran: los polémicos documentos del James Webb que la NASA no quiere que veas.
Crédito: ESA, NASA, S. Beckwith (STScI) y el HUDF Team, Northrop Grumman Aerospace Systems/STScI/ATG medialab/MysteryPlanet.com.ar.
La NASA se encuentra en el centro de una controversia sobre transparencia después de negarse a revelar el contenido de documentos internos relacionados con el telescopio espacial James Webb. A pesar de que la información estaba destinada a una audiencia pública en el Congreso de los Estados Unidos, la agencia ha ocultado casi todos los detalles, citando un privilegio de «proceso deliberativo».
La historia comenzó en septiembre de 2024, cuando John Greenewald del portal de investigación The Black Vault presentó una solicitud bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) para acceder a los informes, tanto clasificados como no clasificados, que la NASA hubiera presentado al Congreso sobre el Webb.
La solicitud fue motivada por una ola de rumores en internet que sugerían que el telescopio había hecho un descubrimiento revolucionario y que los legisladores habían sido informados en secreto. La especulación se intensificó cuando un video viral afirmó que el flamante telescopio había detectado un objeto misterioso dirigiéndose a la Tierra, y el representante Andre Carson, conocido por su interés en los fenómenos anómalos no identificados, se negó a comentar si había asistido a dichas reuniones secretas.
NEW 📰 EXCLUSIVE:
“No comment,” Rep. Andre Carson replies when Ask a Pol inquires about any James Webb Space Telescope classified briefings https://t.co/E606LQupo5
— @AskaPol_uaps (@AskaPol_UAPs) September 22, 2024
Inicialmente, la respuesta de la NASA a la solicitud de información fue rotunda: «no existen tales registros». Sin embargo, esta afirmación fue apelada con éxito, argumentando que era improbable que la NASA no tuviera material preparatorio para una audiencia pública sobre el telescopio celebrada en noviembre de 2022.
Tras la apelación, en diciembre de 2024, la NASA admitió que los documentos sí existían y que el caso sería procesado nuevamente. Finalmente, el 29 de agosto de 2025, la agencia entregó 24 páginas. Se trataba de las diapositivas utilizadas para preparar a los científicos y directivos de la NASA antes de su testimonio público.
Para sorpresa de Greenewald, aunque los títulos de las diapositivas eran visibles —con encabezados como «Temas», «Mensajes» o «Preguntas para reflexionar»—, el contenido debajo de ellos estaba casi completamente censurado con tinta negra:
Para justificar la censura, la NASA invocó la Exención (b)(5) de la ley FOIA. Es importante aclarar que esta exención no significa que la información sea clasificada o un secreto de estado. En cambio, protege las «comunicaciones deliberativas» internas del gobierno para, según la agencia, permitir que los funcionarios discutan temas con franqueza sin temor a que sus borradores o debates internos se hagan públicos. Liberar este material, argumentó la NASA, «haría que los empleados fueran mucho más cautelosos en sus discusiones».
Esta decisión de la NASA ha levantado sospechas por varias razones:
Aunque no hay evidencia de que las reuniones secretas sobre descubrimientos extraordinarios hayan ocurrido, este caso demuestra lo difícil que puede ser obtener información básica del gobierno, incluso cuando se trata de asuntos de interés público. The Black Vault ya ha presentado una nueva apelación para combatir el uso de esta exención y hacer públicos los detalles que la NASA prefiere mantener en la sombra.
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