Las llamadas estelas químicas o quimioestelas (chemtrails en inglés) son un supuesto fenómeno que consiste, según los convencidos de su existencia, en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos cuyo objetivo es dañar y/o reducir a la población. Sin embargo, un nuevo estudio llevado a cabo por un grupo de expertos en ciencia atmosférica no está para nada de acuerdo con esta teoría de conspiración y pretende demostrar que se trata solo de «una fantasía paranoica».

Este fenómeno habría aparecido o habría aumentado notablemente a partir de los años 90, mostrando claras diferencias respecto a las estelas de condensación y las nubes normales.

«Los procesos físicos y químicos bien entendidos pueden explicar fácilmente la supuesta evidencia que apunta a la existencia de un programa secreto de rociamiento de la población, referidos a menudo como chemtrails o geoingeniería encubierta», concluye el estudio publicado por la Instituto Carnegie para la Ciencia, de la Universidad de California en Irvine (UCI), en conjunto con la ONG Near Zero.

Publicado en Environmental Research Letters, el estudio consistió en una encuesta a dos grupos de expertos: químicos atmosféricos especializados en condensación de estelas y geoquímicos que trabajan para mitigar los efectos de la polución del aire. Los resultados mostraron que 76 de los 77 científicos participantes no encontraron evidencia sobre un programa secreto de experimentación o de exterminio de la población, y estuvieron de acuerdo con que la evidencia citada por los individuos que piensan que los chemtrails son reales puede ser explicada a través de otros factores, como estelas de condensación de aviones o una toma deficiente de las muestras.

El único científico que dijo sí haber encontrado evidencia basó su posición en el hallazgo de «altos niveles de bario (atmosférico) en un área remota donde fueron reportados chemtrails. De hecho, los seguidores de la teoría señalan que se ha detectado bario, aluminio y estroncio en muestras del suelo tras aparecer estelas químicas, así como bacterias.

Una respuesta anti-especulación web

En la última década, la teoría de la conspiración de las estelas químicas ha tenido una gran aceptación en el público, que abrumado por la evidencia presentada en un mogollón de sitios web, cree que realmente existe. El estudio de los expertos pretende «debunkear» tal teoría e informar adecuadamente a aquellos que aún no están convencidos de la misma.

«Queremos establecer un registro científico sobre este tema de los rociamientos atmosféricos secretos por el bien de aquellos que aún dejan margen a la duda», dijo Steven Davis de la UCI. «Los expertos con los que trabajamos rechazaron de manera contundente las fotografías sobre las estelas de condensación y las muestras de prueba como evidencia sobre una conspiración atmosférica a gran escala».

Las supuestas estelas químicas crean en ocasiones patrones en el cielo (líneas paralelas, líneas que se cruzan, etc.). Esto es interpretado como prueba de que se pretende que las estelas químicas cubran una gran área.

No obstante, el equipo de investigación está consciente que el público que cree que existe dicha conspiración tomará el estudio publicado como otra evidencia de encubrimiento y no como una fuente científica objetiva.

«A pesar de la perseverancia de estas teorías erróneas sobre lo que sucede en nuestra atmósfera, hasta ahora no habían estudios académicos revisados por pares que muestren que lo que la gente llama chemtrails son solo estelas de condensación ordinarias (contrails), las cuales se están volviendo más abundantes a medida que los viajes aéreos se expanden. También es posible que el cambio climático esté causando que las contrails persistan por periodos más largos de tiempo de lo que solían durar», argumentó Ken Caldeira, de la Institución Carnegie. «Siento que era importante mostrar de forma definitiva lo que piensan los verdaderos expertos. Tal vez no convenzamos a los creyentes más recalcitrantes que su amado programa secreto de rociamiento es solo una fantasía paranoica, pero con suerte algunos de sus amigos aceptaran los hechos».