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Según los hallazgos de un estudio reciente, los testigos de ovnis pueden no ser propensos a errores de percepción o factores cognitivos relacionados, sino que podrían poseer rasgos de personalidad específicos que aumentan su probabilidad de encontrarse con estos fenómenos.
El psicólogo clínico Dr. Daniel Stubbings de la Universidad Metropolitana de Cardiff y su equipo descubrieron que hay numerosos factores que contribuyen a que una persona piense que ha presenciado lo que el Departamento de Defensa de EE.UU. ahora llama fenómenos anómalos no identificados (UAPs).
Su estudio, publicado en el Journal of Scientific Exploration, examina los cinco grandes rasgos de personalidad: extraversión, neuroticismo, apertura, amabilidad y responsabilidad, junto con rasgos de esquizotipia (comportamientos que se asemejan a la esquizofrenia), para determinar si aquellos que tuvieron encuentros con UAPs pueden distinguirse de aquellos que no.
En la década de 1970, dos equipos de investigación —uno liderado por Paul Costa y Robert R. McCrae de los Institutos Nacionales de Salud y el otro por Warren Norman y Lewis Goldberg de la Universidad de Michigan en Ann Arbor y la Universidad de Oregón— descubrieron que la mayoría de los rasgos de carácter humano pueden explicarse por cinco dimensiones. Encuestas a miles de individuos revelaron estos rasgos mayormente distintos:
El experimento del Dr. Stubbings involucró a 206 participantes, incluyendo 103 que dijeron haber presenciado o reportado ver un UAP. El equipo analizó los rasgos de personalidad para ver cómo los participantes se agrupaban naturalmente.
El estudio consistió en tres grupos. El primer grupo tenía rasgos promedio, mientras que el segundo grupo presentaba altos niveles de neuroticismo y rasgos de esquizotipia. El último grupo, etiquetado como O-ACE, mostraba alta apertura, amabilidad, responsabilidad y extraversión, pero bajo neuroticismo y rasgos de esquizotipia.
«Estos fueron los grupos que emergieron del análisis de datos», dijo el Dr. Stubbings en declaraciones al medio The Debrief. «El análisis de perfil latente demostró estos tres patrones de perfiles de personalidad. Investigaciones previas analizaron correlación y regresión (patrones predictivos), pero no un perfil latente (subyacente)».
El estudio concluyó que el tercer grupo, O-ACE, era más probable que viera UAPs. A lo largo de los años, el estigma y los estereotipos han ayudado a crear narrativas de que las personas que ven UAPs son emocionalmente reactivas; en otras palabras, pueden mostrar comportamiento neurótico y son propensas a anormalidades perceptuales y cognitivas.
Sin embargo, los datos recientes no parecen apoyar esta narrativa. En cambio, el Dr. Stubbings y sus coautores afirman en su artículo que los «relatos descriptivos de UAPs por parte del público en general fueron similares a las descripciones proporcionadas por testigos militares».
Cuando se le preguntó por qué las personas con alta responsabilidad ven ovnis, Stubbings dijo que es difícil responder a esta pregunta con los datos actuales.
«Nuestros datos indican que hay una pequeña relación estadística, pero se necesita más investigación para explorar por qué existe esa relación», reconoció. «Mi suposición es que las personas con alta responsabilidad podrían estar más dispuestas a admitir ante sí mismas que han visto algo y creen que es lo correcto admitirlo».
No obstante, Stubbings señala que la responsabilidad por sí sola probablemente no sea todo en esta ecuación, sino que combinaciones de otras variables —específicamente puntuaciones bajas en neuroticismo y altas en apertura— también contribuyen.
«Necesitamos más investigación para explorar los matices de estos factores de personalidad en la aparición tanto de la creencia como de la experiencia», dijo.
El experto también destacó que «solo el 28 por ciento de los participantes informó sus avistamientos en alguna parte, y el 14 por ciento utilizó una organización de informes de ovnis, lo que sugiere que los eventos están vastamente subreportados». Su artículo, asimismo, apunta a que el estigma y la falta de vías de informes adecuadas son los principales obstáculos que afectan la disposición a reportar los avistamientos.
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