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Un equipo de astrónomos ha descubierto un conjunto de cuatro exoplanetas rocosos orbitando la estrella de Barnard (HIP 87937), una enana roja situada a solo 5.97 años luz de la Tierra.
Una representación artística de la vista desde uno de los cuatro planetas que orbitan la estrella de Barnard. Crédito: Observatorio Internacional Gemini/NOIRLab/NSF/AURA/R. Proctor/J. Pollard.
Durante mucho tiempo, los científicos sospechaban que al menos un exoplaneta orbitaba la estrella de Barnard. Sin embargo, se creía que era un gigante gaseoso similar a Júpiter debido a los movimientos de oscilación de la estrella. Ahora, gracias a datos recopilados por los instrumentos MAROON-X en el telescopio Gemini Norte (Hawái) y ESPRESSO en el Very Large Telescope (Chile), los investigadores han determinado que estas oscilaciones no se deben a un solo planeta masivo, sino a la influencia combinada de cuatro mundos más pequeños.
Cada uno de estos exoplanetas tiene entre el 20 % y el 30 % del tamaño de la Tierra y son aproximadamente cuatro veces más masivos que Mercurio. Además, su proximidad a la estrella hace que sus órbitas sean extremadamente rápidas, completando un ciclo en cuestión de días. Esto implica que sus temperaturas son demasiado altas para albergar vida tal como la conocemos.
Los cuatro nuevos planetas orbitan Barnard, una estrella bien conocida en la constelación de Ofiuco. (Necesitarás binoculares potentes o un telescopio para verla por ti mismo). Crédito: BBC/Sky at Night/Paul Wootton.
A pesar de ello, el hallazgo no deja de ser fascinante, pues estos mundos podrían convertirse en objetivos clave para la exploración futura. Aunque la tecnología actual no permite alcanzar la estrella de Barnard en un tiempo razonable, se especula que en las próximas generaciones podrían desarrollarse sistemas de propulsión avanzados, como motores de fusión nuclear o velas solares, que posibiliten misiones tripuladas a este sistema estelar.
El descubrimiento de estos exoplanetas no solo amplía nuestro conocimiento sobre los sistemas planetarios cercanos, sino que también sugiere que los mundos rocosos pueden ser más comunes de lo que se pensaba alrededor de las enanas rojas, el tipo de estrella más abundante en el universo.
«Barnard es nuestra vecina cósmica y, sin embargo, sabemos muy poco sobre ella», afirmó Ritvik Basant, autor principal del estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters y candidato a doctorado en la Universidad de Chicago. «Encontrar estos planetas es un logro increíble y algo que la humanidad recordará para siempre».
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