El reciente descubrimiento del objeto interestelar 3I/ATLAS ha generado un intenso debate en la comunidad científica. Mientras que la Agencia Espacial Europea (ESA) lo cataloga como un cometa interestelar, otros expertos —como el astrofísico Avi Loeb de la Universidad de Harvard— sostienen que presenta características tan inusuales que podrían desafiar nuestra comprensión actual de estos visitantes cósmicos.

Debate científico por el objeto 3I/ATLAS: ¿cometa, asteroide gigante o algo aún más extraño?

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Detectado el 1 de julio de 2025, 3I/ATLAS fue observado a una distancia 4.5 veces mayor que la que separa la Tierra del Sol. Su brillo excepcionalmente alto llevó a estimar un tamaño de aproximadamente 20 kilómetros de diámetro, una dimensión sorprendente para un objeto interestelar. Para comparar, el famoso Oumuamua —el primer cuerpo confirmado de origen interestelar— era unas 200 veces más pequeño.

Según escribe Loeb en su blog, si 3I/ATLAS fuera realmente un asteroide de ese tamaño, sería un hallazgo estadísticamente extremadamente improbable. Basándose en modelos del reservorio de objetos interestelares, encontrar uno tan masivo debería ser 10.000 veces menos probable que detectar uno del tipo de Oumuamua. Por ello, propuso en un artículo reciente que el brillo podría deberse a una coma de gas y polvo, como ocurre en los cometas, lo que haría que su núcleo fuera mucho más pequeño.

En su punto de máximo acercamiento al Sol, el 29 de octubre de 2025, 3I/ATLAS pasará por el lado opuesto del Sol con respecto a la Tierra, lo que hará imposible observar desde nuestro planeta su fase más brillante. Crédito: CSS.

Sin embargo, esa explicación también enfrenta problemas. Dos estudios independientes publicados pocos días después (aquí y aquí) revelaron que el espectro de 3I/ATLAS no muestra las señales químicas típicas de una coma gaseosa, lo que debilita la hipótesis del cometa activo. En su lugar, los análisis detectaron solo enrojecimiento de la luz reflejada, un fenómeno que podría atribuirse a tolinas, compuestos orgánicos complejos que se forman en superficies heladas expuestas a radiación cósmica durante miles de millones de años, como en el cinturón de Kuiper.

Pese a estos indicios contradictorios, la ESA mantiene su postura de que se trata de un cometa interestelar, probablemente originado en el disco grueso de la Vía Láctea. Basan su conclusión en la órbita hiperbólica del objeto, su trayectoria entrante desde el espacio interestelar y su comportamiento general, similar al de otros cometas lejanos detectados anteriormente.

¿Objeto artificial monumental?

Ante la falta de una coma evidente y el tamaño estimado, Loeb ha ido más allá en su especulación: ¿y si 3I/ATLAS no fue un viajero interestelar fortuito, sino un objeto enviado intencionadamente hacia el sistema solar? Esta posibilidad, apenas mencionada en su artículo científico —y eliminada por los editores antes de su publicación final— evoca escenarios de ciencia ficción, como el descrito en Cita con Rama, la novela de Arthur C. Clarke donde una nave cilíndrica de tamaño similar entra al sistema solar sin previo aviso.

Curiosamente, 3I/ATLAS pasará más cerca del Sol el 29 de octubre de 2025, justo cuando la Tierra estará en el lado opuesto, dificultando su observación directa desde nuestro planeta. Loeb no descarta que este tipo de geometría, que impide un estudio detallado en el momento crucial, podría ser conveniente si el objeto fuera una sonda artificial diseñada para evitar ser monitoreada.

En su novela de ciencia ficción titulada 'Cita con Rama', Arthur C. Clarke narra una historia ambientada en la década de 2130, donde una nave espacial alienígena cilíndrica de 50 por 20 kilómetros —no muy diferente del tamaño máximo estimado de 3I/ATLAS— es interceptada por humanos que desean descubrir sus secretos.

La controversia también ha llegado a plataformas como Wikipedia, donde según Loeb se han omitido referencias a las anomalías del objeto pese a que su estudio ya había sido compartido públicamente. Esto ha reavivado el debate sobre cómo la comunidad científica y los editores de contenido tratan las ideas que cuestionan los paradigmas tradicionales.

En cualquier caso, se espera que nuevas observaciones con telescopios como el Hubble, el James Webb y el Observatorio Rubin ayuden a esclarecer la verdadera naturaleza de 3I/ATLAS en los próximos meses. Ya sea un cometa oscuro y lejano, un asteroide anómalo o algo aún más intrigante, este visitante interestelar vuelve a recordarnos lo poco que sabemos sobre lo que viaja más allá de las fronteras de nuestro sistema solar.

Por MysteryPlanet.com.ar.

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