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El Kremlin filtró información sobre el descubrimiento de una reserva gigante de hidrocarburos en una zona de la Antártida disputada entre Argentina, Chile y el Reino Unido.
Las reclamaciones sobre el territorio antártico cercano al mar de Weddell —entre Chile, Argentina y el Reino Unido— podrían intensificarse a raíz del descubrimiento de Rusia. Crédito: Oceanwide Expeditions.
«Rusia descubre reserva de petróleo y gas en territorio antártico británico. Contiene un valor estimado de 511 mil millones de barriles de petróleo, 10 veces la producción del mar del Norte en los últimos 50 años», comunicó BRICS News, el canal oficial de X del grupo que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
🇷🇺 Russia discovers oil and gas reserve in British Antarctic territory.
It contains an estimated 511 billion barrels worth of oil, 10 times the North Sea's output over the last 50 years. pic.twitter.com/7DTKC5AhuR
— BRICS News (@BRICSinfo) May 12, 2024
Según documentos discutidos en el parlamento del Reino Unido la semana pasada, el hallazgo fue realizado por el buque Alexander Karpinsky, operado por Rosgeo, una agencia rusa encargada de hallar reservas minerales para explotación comercial alrededor del globo. En esta ocasión, se trata del mar de Weddell, que se encuentra bajo la reclamación del Reino Unido, Chile y Argentina en el territorio antártico.
A pesar de no tener reclamaciones territoriales en la Antártida, Rusia —junto con Estados Unidos y China— ha estado aumentando gradualmente su presencia en la región en los últimos años a través de diversas campañas científicas, estableciendo cinco estaciones de investigación en el territorio desde 1957.
Russian Antarctic vessel docks in South Africa as green groups protest https://t.co/2yArXRcYAw pic.twitter.com/0I41P67hJN
— Reuters (@Reuters) January 28, 2023
Sin embargo, ahora se están planteando preocupaciones de que el país gobernado por Vladimir Putin esté tratando de afirmar su influencia en la zona a través de medios que no sean los oficialmente conocidos.
El Tratado Antártico de 1959 prohíbe actualmente la extracción de petróleo en la Antártida. Este tratado se estableció para garantizar que la región se utilice «exclusivamente con fines pacíficos» y que «no se convierta en escenario u objeto de discordia internacional».
En 1976, los firmantes del tratado decidieron implementar una moratoria sobre la exploración y explotación de minerales en la Antártida, adoptando un enfoque precautorio para proteger la región.
Aún así, los tratados no ofrecen garantías absolutas, dada la naturaleza impredecible de la geopolítica, especialmente en el momento actual.
La situación se complica aún más por el complejo marco legal y diplomático internacional concerniente a la región. La Antártida tiene siete reclamantes históricos: Argentina, Australia, Chile, Francia, Nueva Zelanda, Noruega y el Reino Unido. No obstante, estas reclamaciones de propiedad se suspendieron con la negociación del Tratado Antártico, designando efectivamente a la Antártida como un vasto territorio internacional.
El posible hallazgo de reservas de petróleo y gas en el territorio antártico por un buque ruso llega en un momento de tensiones exacerbadas entre Occidente y Moscú, en medio de la guerra de Ucrania y el regreso de la competencia entre grandes potencias al escenario político global.
Klaud Dodds, profesor de geopolítica en la Universidad Royal Holloway, argumentó que el conflicto en curso en Ucrania significa que hay «preocupación generalizada de que una relación deteriorada con Rusia desate una competencia estratégica y la haga aún más explícita en la Antártida».
Dada su proximidad continental, el país con más bases permanentes y de verano es Argentina, sumando un total de siete bases permanentes y seis de verano. Además, tiene más de 120 años de permanencia en la Antártida (1904). En la imagen, base científica argentina Orcadas.
«Las actividades rusas deben entenderse como una decisión para socavar las normas asociadas con la investigación sísmica y, en última instancia, como un precursor de la futura extracción de recursos», dijo al periódico británico The Telegraph.
La perspectiva de que Rusia desoiga el tratado en busca de la extracción de petróleo, además, podría tener graves consecuencias ambientales, ya que los científicos advierten que perforar en la Antártida podría resultar en daños ecológicos irreversibles.
Si bien Rusia posee actualmente reservas significativas de petróleo que podrían mantener al país abastecido durante otros 60 años aproximadamente, los economistas señalan que el suministro podría estar disminuyendo. Factores como la fluctuación de los precios del petróleo en los últimos años y las tensiones geopolíticas, incluido el conflicto continuo de Rusia en Ucrania y las sanciones occidentales resultantes, han aumentado el interés de Moscú en diversificar sus fuentes de energía.
Los analistas sostienen que incluso una caída de solo $5 en el precio del petróleo por barril podría costarle a Rusia casi $11 mil millones, y una disminución de $15 sería un gasto para el país que supera los $20 mil millones. Es una situación que, eventualmente, podría llevar a los funcionarios rusos a ver la minería en la Antártida como una solución necesaria.
Fuente: The Telegraph/Infobae. Edición: MP.
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