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Un nuevo y contundente estudio publicado en la prestigiosa revista científica PLOS One ha presentado lo que muchos consideran la «prueba definitiva» de un cataclismo cósmico que cambió el mundo hace 12.800 años.
Un equipo internacional de científicos ha descubierto cuarzo de choque —un tipo de mineral que solo se forma bajo presiones y temperaturas extremas— en tres sitios arqueológicos clave de Norteamérica, vinculando directamente un evento de impacto con la extinción masiva de la megafauna y el misterioso colapso de la cultura Clovis.
Este hallazgo da un apoyo sin precedentes a la Hipótesis del Impacto del Dryas Reciente (YDIH, por sus siglas en inglés), una teoría que, aunque controvertida, explica de manera coherente la abrupta y dramática transformación que sufrió nuestro planeta en ese período.
El cuarzo de choque es considerado el «arma humeante» de los eventos de impacto cósmico. Su estructura cristalina se deforma de manera única bajo presiones inmensas, imposibles de generar mediante procesos terrestres convencionales como el vulcanismo o los terremotos. De hecho, estas estructuras solo se han encontrado en cráteres de impacto conocidos y en lugares de detonaciones nucleares.
Los investigadores, liderados por James P. Kennett de la Universidad de California en Santa Bárbara, analizaron sedimentos de tres sitios icónicos: Murray Springs (Arizona), Blackwater Draw (Nuevo México) y Arlington Canyon (California). En los tres lugares, justo en la capa que data del inicio del período glacial del Dryas Reciente (hace 12.800 años), encontraron estos granos de cuarzo fracturados y rellenos de sílice fundido, un claro indicio de alteración térmica y mecánica por un impacto.
Ubicación de los sitios de estudio en California, Arizona y Nuevo México. La figura fue adaptada de datos proporcionados por el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS). Crédito: J.P. Kennett et al., PLOS One, 2025.
Este cuarzo de choque no apareció solo. Coincide con picos previamente reportados de otros marcadores de impacto en la misma capa: platino e iridio, microesférulas de material fundido, nanodiamantes, y altas concentraciones de hollín (evidencia de incendios forestales a escala continental).
Según el estudio, aunque algunos de estos marcadores pueden tener otros orígenes, «el conjunto completo de marcadores solo se ha reportado en cráteres conocidos y en ningún otro lugar del registro geológico».
Imágenes ópticas de fracturas subplanares y subparalelas en cuarzo de cráteres conocidos. Crédito: J.P. Kennett et al., PLOS One, 2025.
Hace 12.800 años, el mundo cambió en un instante geológico. Dos eventos monumentales ocurrieron simultáneamente:
La hipótesis del impacto propone que la Tierra se encontró con los restos de un cometa en desintegración, de más de 100 km de diámetro, que provocó una serie de explosiones aéreas y/o impactos en la superficie. Estos eventos habrían generado un «invierno de impacto» debido al polvo y hollín lanzados a la atmósfera, provocando un enfriamiento global abrupto y desencadenando el colapso de los ecosistemas y las sociedades que dependían de ellos.
Representación visual de la explosión aérea de contacto de una nube de fragmentos de cometa de 100 m de ancho. Crédito: J.P. Kennett et al., PLOS One, 2025.
Durante décadas, las explicaciones tradicionales para estos eventos se han centrado en el cambio climático gradual o en la «hipótesis de la caza excesiva» por parte de los humanos. Sin embargo, la evidencia para estas teorías ha sido a menudo contradictoria o insuficiente para explicar la sincronía y la magnitud de la catástrofe.
Esta figura resume el contexto estratigráfico y la evidencia de marcadores para un potencial evento de impacto del Dryas Reciente cerca de Arlington Canyon, un sitio costero bien datado en la isla Santa Rosa. Crédito: J.P. Kennett et al., PLOS One, 2025.
El nuevo estudio no solo aporta una prueba física irrefutable, sino que también refuta directamente las críticas anteriores a la hipótesis del impacto, demostrando con análisis estadísticos que los eventos en los tres sitios, separados por 1.500 km, fueron sincrónicos.
El descubrimiento de cuarzo de choque en estos sitios arqueológicos fundamentales tiene, en palabras de los autores, «profundas implicaciones arqueológicas y paleontológicas». Fortalece el vínculo temporal y espacial entre un evento cósmico y uno de los mayores misterios de la prehistoria, ofreciendo una narrativa más completa y catastrófica de nuestro pasado reciente.
The Younger Dryas Impact Hypothesis explains so much about what happened to the world and our ancestors 12,800 years ago but infuriates archaeology's narrative-control freaks. Expect outrage at this compelling new evidence in support of the hypothesis:https://t.co/vlixMueAyP
— Graham Hancock (@Graham__Hancock) September 13, 2025
Tal como sugiere el investigador Graham Hancock, uno de los impulsores más heterodoxos de la YDIH, esta evidencia obliga a la ciencia a reconsiderar lo que creíamos saber sobre nuestros antepasados y el mundo dinámico y a veces violento en el que vivieron.
Por MysteryPlanet.com.ar.
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